Capítulo 41

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Los siguientes tres días Lan Zhan no pudo ver a Weiying tanto como quería porque estaba muy ocupado ayudando a a los Jin con el asunto de seguridad. Las amenazas de expansión de la secta Wen habían resurgido después de varios años y no era algo que pudiera tomarse a la ligera. Lo más probable era que Jin Guangshan convocaría pronto a todas las sectas para una conferencia y establecer una mejor estrategia entre todas.

Hacía pocos días que habían atrapado a un grupo de tres cultivadores de la secta Wen que habían intentado escabuirse en el Receso de las Nubes para robar libros prohibidos de su biblioteca, era un asunto grave, pues si esos libros caían en manos equivocadas, el futuro del mundo del cultivo sería muy siniestro. Entonces, como líder, Xichen había decidido quedarse en su secta para interrogar a los intrusos y por si algún otro asunto urgente sucedía y encomendó a Wangji la tarea de ir a Lanling a apoyar a Guangyao.

A pesar de que el asunto era muy demandante, Lan Zhan se daba el tiempo de ir a visitar a Weiying aunque fueran solo quince minutos al día. A veces iba solo y otras iba a acompañado de su amigo, el general Nan Yang. Weiying se preguntaba cuáles eran sus razones para hacerlo, pues Lan Zhan apenas y hablaba durante esas visitas y era el general Nan Yang el que se encargaba de llevar la conversación y como resultado había congeniado muy bien con Weiying.

En el cuarto día, Weiying iba caminando de regreso a la casa de Huaisang después de haber comido con Yanli, cuando escuchó la voz del General Nan Yang saludándolo.

—General, buenas tardes. ¿Ya han terminado la junta hoy?

—Afortunadamente sí. ¿Y usted dónde se dirige?

—Iba de regreso a casa de Guangyao y Huaisang.

—Lo acompaño si gusta.

—Estaré encantado con su compañía. ¿Cuánto tiempo planea quedarse en Lanling Jin?

—Hasta que Wangji decida, estoy a su disposición.

—Varias personas aquí parecen estar a disposición de Wangji. Me he dado cuenta que así como muchos lo admiran, también otros muchos parecen odiarlo.

—No me sorprende. Wangji es una persona que se puede malinterpretar fácilmente, pero pienso que es más la gente que lo quiere que la que lo odia.

—Si mucha gente lo odia, ¿quizás sea un problema de él?

—No precisamente. Hay personas que simplemente son difíciles de entender, pero la mayoría juzga injustamente lo que no entiende.

—Sus palabras son sabias.

—Si yo no pensara así, quizás ahorita no estaría casado. Mi esposo es una persona que a menudo la gente malinterpreta, si yo me hubiera quedado con la primera impresión que tuve de él, nunca me hubiera dado la oportunidad de darme cuenta del gran ser humano que es realmente. Pienso que a la mayoría de la gente le pasa así con Wangji.

Weiying analizó las palabras de Nan Yang, quizás tuviera razón y debía quitarse esa primera mala impresión que tenía de Lan Zhan y que aún le impedía tener sentimientos libremente por él.

—Por cómo cambió su mirada al hablar de su esposo, puedo ver que en verdad lo ama mucho.

—Me tiene como un tonto a sus pies —dijo con una sonrisa— Es mi dolor de cabeza del cual no quiero curarme nunca.

—Jajajajaja es usted muy romántico, General.

—Gracias. Cuénteme, ¿qué más ha escuchado de mi amigo?

—Varios se preguntan porqué no se ha casado y estoy seguro que más de una familia lo tiene como prospecto para sus hijos omegas.

—Supongo que no ha llegado el indicado para Wangji.

Orgullo y Prejuicio. Versión MDZSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora