Capítulo 45

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Guiados por uno de los discípulos, los cuatro subieron unas largas escaleras a través de la montaña. Con cada peldaño, los corazones de los Lotos se agitaban aún más. No sabían qué iban a decirle a sus Jades. ¿Cómo reacionarían al verlos? ¿Les alegraría? ¿Les causaría incomodidad?

-¿Se encuentra Lan Qiren? -dijo Xielian.

-No se encuentra. Fue a atender un asunto el Pico An Ding -contestó el discípulo- Pero no se preocupe, aún así mandaremos ayuda para arreglar su carruaje. Mientras pueden esperar en uno de los salones para que estén más cómodos.

-Muchas gracias.

-Y...¿Hanguang-Jun y Zewu-Jun tampoco están? -preguntó Weiying con temor.

-No. Se fueron a una misión y no han vuelto.

Los pasos de Jiang Cheng y de Weiying se detuvieron ante la noticia y se miraron con incredulidad. Todas sus esperanzas se habían esfumado en un instante.

-¡Esto es el colmo! -dijo Jiang Cheng por lo bajo- ¿Es en serio que justo cuando llegamos se les ocurre irse?

-Esto no es posible. ¡Estuvimos días planeando esto!

-¡Y yo rompiéndome la cabeza ideando cómo me voy a disculpar! ¡Ah! ¿Por qué me haces esto Lan Huan?

-Jiang Cheng, este sería un excelente momento para enfermarte.

-¡Ja! Ya estás igual que madre.

-Y ahora la comprendo. Hicimos muy mal en juzgarla. Debes admitir que nuestra madre es muy lista.

-No lo niego. De no ser por ella, tú y yo no estaríamos aquí. Pero escucha -señaló a Weiying con un dedo-, no pienso usar la misma táctica para quedarme aquí.

-Tienes razón. No puedes enfermarte de nuevo o se vería sospechoso. ¿Que tal si esta vez solo te lastimas?

Jiang Cheng lo miró con ojos entrecerrados.

-Probablemente te ofrezcan quedarte para que te recuperes. Y yo, como buen hermano que soy, me tendré que quedar a acompañarte. Con suerte, nuestros alfas llegaran mientras seguimos aquí -dijo con una sonrisa traviesa.

-¿Ah sí? ¿Y por qué mejor no te sacrificas tú esta vez? Estás escaleras me parecen muy bien para ese propósito, ¿te ayudo a aventarte?

-Es lastimarme ¡No matarme!

-Chicos, ¿qué están haciendo? -les dijo Hua Cheng al ver que se habían quedado atrás de nuevo.

-Nada ¡Ya vamos! -dijo Weiying, y salió corriendo antes de que a su hermano en verdad se le ocurriera aventarlo por las escaleras.

Al llegar al final de las escaleras, ambos se quedaron boquiabiertos con el escenario que tenían frente a ellos. Habían muchas construcciones preciosas, localizadas en distintos niveles de la montaña, algunas incluso daban la impresión de estar flotando. Varias cascadas se deslizaban entre las construcciones dando vida a una basta vegetación a su alrededor. Todo parecía estar en perfecto equilibrio.

-Es muy hermoso, ¿cierto? -dijo Xielian al ver a sus sobrinos asombrados.

Los Lotos solo asintieron mientras sus miradas seguían recorriendo el paisaje.

-¿Es su primera vez en el Receso de las Nubes? -dijo el discípulo.

-Sí.

-Oh. Si es así, podemos darles un recorrido si gustan.

-¿En serio? -dijo Weiying.

-Por supuesto. Lo hacemos solo con ciertos visitantes cuando vienen por primera vez.

Orgullo y Prejuicio. Versión MDZSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora