Quieren hacer una revuelta..

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Semanas despúes...

La Mariscal Jauregui revisaba y organizaba varios pergaminos sentados a la mesa de la austera habitación donde pasaba una gran parte de su tiempo desde que su madre le hubiera encargado esa importante misión.

Era muy temprano todavía pero ella ya estaba ahí, como todos los días desde que había regresado de Nihon comprometido con una mujer a la que apenas conocía; una mujer que por cierto, la odiaba con todas sus fuerzas ya quien ella había violado en más formas de las que se atrevía a admitir.

Esos días posteriores a su boda, habían transcurrido en una "aparente y rutinaria calma" que aunque no lo pareciera estaba cobrando ya su precio en ella. Casi nadie notaba ese sutil cambio, pero alguien muy cercano a ella, si lo había percibido.

La guerrera Belka levantó la cabeza de los papeles que revisaba cuando esa persona abrió la puerta de la habitación y entró sin anunciarse.

Taylor estaba ataviada como siempre con un sencillo pero impecable vestido que la hacía lucir regia y elegante aún a esa temprana hora del día. Lauren la miró con una sonrisa; ella todavía vestía unos sencillos pantalones y una camisa ligera en lugar de su uniforme regular de Mariscal de la guardia. Mirar a su hermana a veces era como mirar lo que ella nunca podría ser.

La otra ojiverde por su parte ni siquiera la saludó; sin quitarle la mirada de encima en ningún momento, rodeó la mesa y se plantó frente a ella. La Mariscal la miró con extrañeza sin decir, ni pregunta nada; esperando que su hermana hiciera el primer movimiento. Su hermana podría parecer frágil e indefensa, pero una inteligencia aguda y penetrante reposaba detrás de esos ojos verdes; una de esas que además estaba aderezada con un dejo maquiavélico de astucia. Ella muchas veces veía cosas que Lauren fallaba en notar y esa misma mirada estaba ahora posada sobre ella.

-¿Y bien?, le preguntó Taylor con su voz bordeando el límite de la exasperación.

-Y bien, ¿Qué?, le respondió  con estudiada tranquilidad.

-No te hagas la inocente conmigo. Algo está pasando. Algo grave que no me has dicho y no logro entender porque…entre muchas otras cosas que no logro entender. Dijo la joven princesa.

La Mariscal podía entender que su hermana estuviera exasperada. No le gustaba no tener un conocimiento exacto y preciso de todo lo que pasaba a su alrededor; Ella mucho más que la heredera, se parecía mucho a su madre en ese aspecto aunque en su propio estilo. Al igual que su tía Megan, podía parecer pasiva o lejana, pero siempre tenía una visión aguda de lo que realmente ocurría. Y en esos momentos, no sabía que estaba pasando y que además, Lauren entre todas las personas no se lo dijera, no le gustaba en lo absoluto.

-Hace mucho tiempo que no salimos a cabalgar juntas,, dijo  desviando la mirada de su hermana Taylor hacía la ventana y al cielo intensamente azul que esa mañana les regalaba.

Montemos un poco, ¿te parece?, propuso la Mariscal .

Antes de que la princesa pudiera decir si aceptaba o no, la Mariscal se puso de pie y se encaminó fuera de la habitación.

Después de cambiarse con ropas más apropiadas, ajustarse el cabello en una coleta y que los encargados de las cabellerizas tuvieran listos sus caballos, Taylor se encontró saliendo por la puerta sur de Stier Castle; la que estaba más lejos de la ciudad y más cercana al borde del bosque en el feudo del castillo, notando que Normani y Zayns las seguían a prudente distancia con varios perros de caza. Los guerreros de confianza de su hermana cabalgando con estudiada indiferencia, se mantenían lo suficientemente cerca para reaccionar si los necesitaban y lo suficientemente lejos para que las hermanas pudieran hablar en privado. La Mariscal llevaba su arco y casi parecía que salían en un paseo matutino para que su hermana se entrenara con algunos blancos móviles que después podrían degustar en la comida.

Ahora y para SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora