Detener a la Hegemon....

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Ya todos habían leído el decreto que la Hegemon había emitido esa mañana. Los jefes militares habían recibido sus instrucciones. Todos hablaban en términos de una determinación tomada, acatada y respaldada.

Hasta entonces la Mariscal entendió porque ella no había recibido ningún comunicado.

Su madre en persona iba a comandar el último y definitivo ataque que consumaría la expansión del Imperio sobre Nihon.

Tras eso, las diversas órdenes y comandos fueron para determinar las movilizaciones, los números, los generales a cargo...las acciones. No había sido una deliberación. La decisión había sido tomada desde mucho antes. La Mariscal se enteró como las primeras avanzadas saldrían de inmediato y el grueso del ejército que todavía estaba apostado en Nihon, recibiría centenas de refuerzos provenientes de diversas partes del Imperio. Tal como estaba planteado en las instrucciones que habían recibido, la Hegemon planeaba arrasar con Nihon en un ataque rápido, masivo, incuestionable.

La Mariscal se alegró de haber enviado a Zayns esa madrugada pero estaba empezando a dudar si su amigo y guerrero de confianza llegaría a tiempo para que esa acción realmente contara para algo.

Clara dio sus ultimas instrucciones generales y se preparó para tener una reunión exclusivamente militar para las acciones más inmediatas. En ese momento, Lauren aprovechó para solicitarle un momento a solas a su madre para hablar.

-No es el mejor momento...Lauren, dijo mirando a su hija con un dejo enojo.

-Yo esperaba que esté fuera tu lugar, tu liderazgo...

-Madre...esto es un error. No podemos iniciar un ataque masivo, una guerra a esta escala, solo por la sospecha que Nihon haya estado involucrado en este incidente, respondió  mirando a su madre con una suplica.

-¿Piensas darle tiempo a nuestros enemigos para seamos nosotros los atacados?, preguntó la Hegemon.

En lugar de responder, Lauren preguntó, -¿No te parece que todo esto es muy conveniente para los planes de alguien?.

Y la respuesta de su madre, la dejó helada; no solo en el cuerpo, sino también en el corazón.

-Desde luego Lauren...Resulta muy conveniente para nuestros planes.

Todos los intentos de la Mariscal y sus reducidos aliados, Megan, Sophia...la líder de la respetada familia Dalgrün, fueron fútiles.

El gran monstruo de la guerra estaba hambriento y en movimiento, y al parecer todos estaban ansiosos por alimentarlo.

Al atardecer de ese día, lo único que Lauren podía pensar era como iba a decirle a Camila la noticia.

Camino a la Torre...


Antes de dirigirse a la Torre para ver a su esposa, pasó a la habitación de su hermana que todavía con una palidez de muerte, estaba tendida, frágil e inconsciente.

-Me haces tanta falta en estos momentos, murmuró  arrodillada junto a la cama de Taylor, rozando la mano de su hermana que descansaba sobre las gruesas frazadas.

Ahora y para SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora