- Sí, yo sé que la Mariscal Jauregui arde en deseos de pararse, caminar y especialmente, regresar a sus labores pero debe tomar las cosas con calma unos días más... ¡Hace dos días todavía estaba inconsciente y hace apenas cuatro, todavía ardía en fiebre!, insistía Dinah a una heredera que estaba tercamente sentada sobre su cama, después de ordenarle a Linith que le trajera su armadura.
-No es la primera vez que me hieren...sanadora Hansen, insistió la heredera entrecerrando los ojos, con ese tono serio y autosuficiente que hacía que Camila quisiera golpearla con un mazo.
-Dinah, Linith, dijo la princesa que había entrado justo cuando la heredera le estaba dando instrucciones a Linith en su ausencia, -¿Podrían dejarnos a solas unos momentos?.
La sanad deora y la valet de Lauren inclinaron la cabeza y salieron como les solicitaban.
Parándose frente a su esposa tomando sus manos frente a ella, Camila la miró y esperó.
Dos días habían pasado desde que había despertado y Lauren ya estaba insistiendo en retomar sus labores en la guardia Imperial.
-No puedo quedarme aquí sin hacer nada, Camila...además, dijo la princesa notando la actitud de su esposa y en un tono mucho más suave que el que había usado con Dinah. Inclinando un poco la cabeza añadió casi avergonzada.
-Debo ver a mi madre. Ella no vendrá. Y cada minuto que pasa seguro que está más furiosa...
Camila sabía que ese momento llegaría, pero no esperaba que fuera tan rápido. Su esposa realmente se recuperaba con rapidez pero ella podía darse cuenta que no estaba completamente bien todavía.
La noche anterior, Dinah había accedido a que Normani le diera un reporte de las situaciones que habitualmente Lauren dirigía. La heredera había insistido en que la reunión entre su capitana y ella fuera privada, así que la castaña no sabía de qué habían hablado pero si sabía que no le había gustado la cara de preocupación que su esposa tenía cuando la reunión terminó.
La heredera se había ido a dormir más silenciosa que de costumbre y esa mañana le había pedido a su esposa el desayuno más temprano de lo habitual.
Y ya sabía porque.
Durante su breve ausencia, Lauren aprovechó para llamar a Linith y pedirle su armadura así como ayuda para vestirse, pero no contaba con que la sanadora Hansen estaría al pendiente de ella tan pronto su esposa salió.
En esos momentos Lauren la miraba de esa forma que ella ya conocía bien; demasiado bien para su gusto...y como ya había comprobado de múltiples maneras, cuando está tenía esa mirada no había nada que la hiciera cambiar de opinión.
El último par de días, ambas habían interactuado en paz. No habían hablado de nada...profundo...pero al menos no habían discutido por pequeñeces como solían hacer tan a menudo antes. La Mariscal se había comportado amablemente con ella y ella...bueno, ella no encontraba un adjetivo para la forma como se había comportado con su esposa.
Tenían una especie de silenciosa pero frágil tregua que se podía romper en cualquier momento.
Inspirando profundamente, Nanoha le preguntó, -¿Solo iras a ver a tu madre?
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Ahora y para Siempre
FanfictionUna historia medieval, que cuenta como el poder puede corromper a las personas y terminar con la vida de tu familia junto a muchos inocentes en una guerra sin sentido. Una joven que debe casarse para salvar a su familia y pueblo de la maldad de una...