Ella no respondé...

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Cuando entraron en el claro, Lauren y Austin ya estaban ahí, de pie uno frente a otro, cubiertos por un largo manto blanco, con sus acompañantes, Normani y Dennis de pie detrás de ellos.

Siguiendo las instrucciones, nadie entró al terreno del duelo; todos caminaron en dos hileras por el borde del claro hasta ocupar sus posiciones.

Sophia ocupaba el puesto de honor en el extremo oeste, alineada con el centro del árbol. Taylor y la Hegemon tomaron sus posiciones de honor a sus costados y después de ellas, todos los demás se formaron hasta formar un perímetro humano en el borde del claro. Varios guardias de la doctrina que los habían acompañado ocuparon posiciones estratégicas dentro del bosque pero cerca del claro.

La segunda heredera les había explicado que las familias de cada contendiente se ubicaban detrás del oponente al principio del duelo, por lo que en esos momentos no podía ver el rostro de Austin, pero si el de Lauren.

Su esposa se veía serena y apacible, aparentemente sin ninguna tensión en su rostro. La heredera Belka había recogido su cabello para el duelo en una cola baja pero muy firme, sosteniendo además el cabello en su longitud restante con delgadas bandas de cuero oscuro distribuidas hasta final. Camila había visto ese arreglo en otros guerreros Belka pero jamás en su esposa quien casi siempre lo llevaba suelto o apenas sujeto por un lazo.

Por breves segundos, los rayos del sol cayeron un poco más intensamente sobre la heredera haciendo brillar su oscura cabellera y los ojos de ambas se encontraron por primera vez.

Camila sintió el impulso de correr e ir hasta donde ella se encontraba, y mentalmente se reprimió, apretando los puños y la quijada. Miró a Sophia y recordó su voz en una frase que ni siquiera sabía que recordaba.

(Aquí yace el pacto entre dos almas...)

La heredera Belka le había dicho que si perdía sería libre...pero que siempre sería su esposa.

Viéndola ahí de pie frente a Austin, la castaña se estremeció. No quería por nada del mundo que Lauren perdiera.

También recordó que su cuñada le había dicho que una vez iniciada la ceremonia, nadie debía hablar y mucho menos entrar al terreno del duelo.

Tal y como Lauren había dicho, los Dioses decidirían. Ellos tendrían permitido presenciar su decisión pero nadie debía intervenir de ninguna forma.

Sophia levantó una caja oscura sobre su cabeza y Camila sintió que un puño helado le apretaba el corazón y que la voz de la sacerdotisa retumbaba en sus oídos.

(Aquí y Ahora)

Había comenzado.

En el suelo sagrado......

(Aceptas unir)

-Skoll y Hati... Los lobos de la oscuridad han sido convocados....repulsión y odio...la oscuridad que persigue a la luz...

Sophia avanzó hasta el centro del claro. Ella como la sacerdotisa era la única que podía entrar en el suelo sagrado a parte de los combatientes.

Abrió la caja que sostenía entre sus manos, y las dagas dentro de ella atraparon la luz como si la devoraran, refulgiendo con una brillantez salvaje. La princesa Consorte no se imaginaba que metal o que gema, podía causar ese efecto con la luz.

Ahora y para SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora