No dejare a Dinsmark en manos de ellos ...

143 26 8
                                    

El trayecto de Stier Castle a la Torre de Dinsmark fue una experiencia que Lauren jamás había vivido en su vida. Ella había estado en campos de batalla, peligrosos y violentos, llenos de humo y sangre…pero donde todos eran soldados experimentados y peleaban de frente. Todos sabían a lo que iban.

Ahí estaban en plena ciudad, no en un campo de batalla. Y no eran soldados los que morían. Era la ciudad de Lauren que se había convertido en un campo de batalla y sus ciudadanos los que morían.

Los guerreros negros asolaban diversas zonas de la ciudad en grupos de ocho o diez hombres, que sobre sus caballos incendiaban casas, creaban bloqueos y confusión…y mataban a todos aquellos con los que se encontraban. No había un solo frente de ataque y los capitanes de la heredera pese a las ordenes de Normani y Veronica habían dado estaban siendo sobrepasados por los diferentes flancos y por una estrategia que nunca habían visto.

No había un orden, ni se podía apreciar un plan establecido. No había una estrategia. Cada grupo de guerreros parecía tener un objetivo diferente al de los demás pero uno solo en común: Crear el mayor caos y la mayor destrucción posible.

La Mariscal junto a su capitana, tras enfrentarse a varios de ellos terminaron cubriéndose con capas y yelmos negros de los soldados negros caídos para poder avanzar por las asoladas calles de Dinsmark más rápidamente. Demi ya iba vestida de negro pero aún así tomó uno de los yelmos.

Con esa cubierta les fue mucho más fácil llegar a la torre pese a que durante el camino, no pudieron evitar confrontarse con algunos de los guerreros negros para evitar más daños a los ciudadanos de Dinsmark de lo que ya sufrían. La Mariscak tuvo que recurrir a todo su coraje para no abandonar su camino a la Torre y quedarse a combatir con los intrusos.

-No podemos Jauregui, le había dicho su capitana al ver como se debatía.

-¡Lo sé!, dijo con rabia e impotencia, para decir lo siguiente.

-Tenemos que reagruparnos, ver con que fuerzas contamos y planear algo….

Ocultas detrás de una de las construcciones cercanas a la torre, pudieron ver como un par de escuadrones de guerreros negros estaban ya atacando la puerta frontal de la Torre que como una fortaleza, resistía los ataques fácilmente. La misma estrategia que los intrusos habían seguido en la ciudad no iba a funcionar ahí.

Pero la Mariscal sabía que no tardarían en darse cuenta. Aunque las guerreras belka no sabían que numero de fuerzas los atacaban o con que recursos contaban, si tenían claro que ellos todavía tenían la ventaja estratégica y al parecer numérica, de momento.

Moviéndose lo más sigilosamente posible con ayuda de las sombras, las tres mujeres finalmente lograron llegar a una de las entradas laterales ocultas de la Torre. Al igual que Stier Castle; la Torre de Dinsmark, pensada como una fortaleza desde históricos tiempos inmemoriales, tenía más de una forma de entrar y de salir. Una de las capillas que la Doctrina tenía distribuidas en diferentes partes de la ciudad, era uno de esos accesos a la Torre.

Con la ayuda de las antorchas preparadas para tal fin, que siempre estaban disponibles en los accesos secretos, no les tomó más de algunos minutos llegar al patio principal de la torre donde una actividad frenética tenía lugar.

La primera en verlas fue Lucia, quién desde los muros de la Torre gritaba ordenes.

La Mariscal sintió una profunda desazón. Muy pocos hombres, principalmente guardias de la Torre, corrían de un lado a otro, preparándose lo mejor que podían para el asalto que sabían que vendría. Esos hombres eran guardias, carceleros, no soldados. Incluso la imponente figura de Garyu, de pie junto a Lucia, no fue suficiente para animar a la Mariscal.

Ahora y para SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora