Racheakt....

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Eso sorprendió y desconcertó profundamente a la princesa Consorte. De alguna forma, se sintió avergonzada de que Salber se enterara de lo que había ocurrido. Y especialmente, de que supiera que se había casado con la heredera Belka a la fuerza, por motivos políticos.

Salber por su parte, la había saludado sonriéndole con extrema cortesía y gentileza sin hacer ninguna pregunta pese a que se la quedó mirando con detenimiento y una pequeña tensión en la línea de su mandíbula la traicionó. Camila sabía que había visto los cortes que su enfrentamiento con Austin habían dejado y que todavía eran visibles en su cara; pero solo viendo a Salber no podía saber si la Hegemon le habría dicho algo y qué podría haber sido.

Su ansiedad se tranquilizó cuando Salber le habló de la misma forma serena que la noche anterior y vio la misma profundidad y respeto en los ojos verdes azulados. Podría ser el efecto que la luz matutina, pero la princesa podría jurar que incluso, la guerrera extranjera la miraba con mayor intensidad si es que eso era posible.

Mientras caminaban en grupo hacia los cuarteles de la guardia, Dinah tomó a la princesa del brazo para acercarse a ella y susurrar a su oído sin que nadie más escuchara.

-Normani me dijo que Salber viene con nosotros por instrucciones directas de la Hegemon.

Ante la mirada desconcertada de la castaña, agregó la doctora.

-Ella tampoco sabe porque. Lo que si me dijo es que a tu esposa no le va a gustar nada verla llegar con nosotras. Y lo peor es que no puedes avisarle. Una vez que inician el juicio de sentencia, se encierran hasta que termina. Nosotras podremos entrar pero no podremos salir hasta que...todo termine.

Que quería decir exactamente su amiga con eso, Camila no tenía la menor idea y por la expresión de la doctora, ella tampoco.

Para tratar de aliviar un poco la tensión, cambió de tema indagando la situación de Dinah con Normani.

-Al parecer ya hablas más con la Capitana de la guardia.

Dinah gritó y se ruborizó pero explicó:

-Ha sido gracias a mi hermana. Ella me ha dado algunas...ideas.

Dentro de todo, Camila también suena sonriente mirando hacia el frente donde Normani y Salber encabezaban la marcha mientras Allyson y Alto, hablando en voz baja, la cerraban detrás de ella y Dinah. Resultaba difícil imaginar a esa fría, distante y seca guerrera Belka hablando con Dinah. Aunque también le habría resultado difícil imaginarla besándola apasionadamente sino la hubiera visto haciendo.

Y eso le recordó a otra guerrera Belka que también tenía esa costumbre de llegar y besar a las personas sin ninguna palabra de por medio. La princesa Consorte hizo un esfuerzo para apartar de su mente los recuerdos de la noche anterior y volvió a concentrarse en las figuras en el frente.

Pese a que la capitana Belka le sacaba un buen tanto en estatura a Salber, se notaba claramente que ambas eran guerreras. Ambas caminaban de esa forma erguida y controlada, con el cuerpo relajado pero con una energía latente que parecía lista para ser liberada en cualquier momento y una mano siempre lista en el pomo de la espada. Incluso el llevar siempre la espada al cinto las hacía caminar de una manera especial. Camila no se imaginaba como ella podría andar con ese pedazo de metal colgado de la cintura todo el día y solo quitársela para dormir.

Ahora y para SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora