Kayla King ajustó su bata blanca, mirando su reflejo en el espejo del vestuario. El logo del Seattle Grace Memorial brillaba sobre su bolsillo, un recordatorio constante de que estaba en el hospital más prestigioso de América. A sus 23 años, había roto todos los récords y expectativas, convirtiéndose en la doctora más joven en ser admitida como residente de cirugía. La presión era inmensa, pero Kayla estaba lista para enfrentarla.
Mientras caminaba por los pasillos llenos de médicos y pacientes, se cruzó con el Dr. Ethan Collins, el jefe de cirugía. Un hombre en sus cuarenta y tantos, con una mirada severa y una reputación de ser implacable.
Dr. Collins: (mirando su reloj) "King, llegas temprano. Me gusta esa actitud."
Kayla: (con una sonrisa segura) "Es el primer día, doctor. No puedo dar una mala impresión."
Dr. Collins: "En este hospital, cada día es como el primero. Recuerda eso."
La jornada comenzó con la ronda matutina. Kayla estaba rodeada de otros residentes, todos mayores que ella y con más experiencia clínica. Sin embargo, ninguno tenía su determinación.
Dr. Harper Lewis , un residente de segundo año con una actitud relajada y un sentido del humor sarcástico, se colocó a su lado.
Harper: "¿Nerviosa por tu primera cirugía, prodigio?"
Kayla: (sin inmutarse) "¿Y tú? ¿Nervioso por no quedar en ridículo?"
Harper soltó una carcajada, impresionado por la rapidez de Kayla. A lo largo del día, ella demostró que no solo tenía conocimiento, sino que también sabía cómo moverse en un ambiente competitivo y exigente. Entre suturas y diagnósticos, Kayla se enfrentó a sus propios desafíos, desde ganarse el respeto de sus colegas hasta lidiar con pacientes complejos que requerían su total atención.
Dr. Emily Roberts ,una residente de tercer año con una actitud protectora, se acercó a Kayla al final de la ronda.
Emily: "Si necesitas ayuda, no dudes en pedirla. Este lugar puede ser… abrumador."
Kayla: (asintiendo) "Gracias, lo tendré en cuenta. Pero prefiero aprender haciendo."
Emily sonrió, reconociendo en Kayla la misma chispa que la había llevado a donde estaba. A medida que avanzaba el día, Kayla demostró su valía, pero no sin enfrentar sus primeras críticas.
Dr. Collins: "King, tu técnica es buena, pero necesitas ser más rápida. Aquí, cada segundo cuenta."
Kayla: (tomando una respiración profunda) "Lo sé, doctor. Estoy trabajando en ello."
La jornada terminó con una cirugía de emergencia, un paciente con un trauma severo que requería la intervención inmediata de un equipo completo. Kayla fue asignada para asistir, pero cuando el residente principal se desmayó en medio del procedimiento, Kayla tomó el mando.
Harper: "¿Kayla, estás segura de esto?"
Kayla: "¿Tienes una mejor idea? Porque yo no pienso dejar que este paciente muera."
Con manos firmes y un enfoque inquebrantable, Kayla lideró la operación, salvando al paciente y ganándose la admiración de todo el equipo.
Dr. Collins: (observando desde la galería) "Tal vez esta chica tiene lo que se necesita después de todo."
Al final del día, Kayla se quitó los guantes ensangrentados y salió del quirófano, exhausta pero satisfecha. Era solo el comienzo de su travesía en Seattle Grace Memorial, y aunque sabía que los desafíos apenas comenzaban, estaba lista para enfrentarlos.
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Between life and death
Short StoryUna médica cirujana de 23 años se embarca en el hospital mas famaso y conocido de toda américa siendo la más joven.