The VIP patient

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El hospital ya estaba sumido en su habitual bullicio cuando un grito de alerta resonó en los pasillos

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El hospital ya estaba sumido en su habitual bullicio cuando un grito de alerta resonó en los pasillos. Código rojo en urgencias. Minutos después, un equipo de paramédicos irrumpió en la sala de trauma empujando una camilla con un paciente inconsciente. Sangre. Moretones. Una costilla fracturada perforando el pulmón. Todo apuntaba a un accidente de tránsito, pero Kayla tuvo una sensación extraña al examinarlo.

—¿Quién es? —preguntó mientras ajustaba los guantes.

Uno de los paramédicos, jadeando por la carrera, apenas pudo soltar:

—Ethan Calloway.

El nombre cayó como un misil en la sala. Ethan Calloway, el famoso actor, estaba ahí, al borde de la muerte, y los medios no tardarían en enterarse.

—Mierda —murmuró Harper, preparándose para una avalancha de periodistas.

Nathan, que ya estaba revisando los informes preliminares, frunció el ceño.

—Esto no fue solo un choque. Mira estos hematomas antiguos.

Kayla también lo notó. El cuerpo de Ethan estaba cubierto de cicatrices y moretones de distinta antigüedad, signos de golpes que no correspondían a un accidente reciente.

—Vamos a intubarlo y llevarlo a quirófano. Ahora.

La sala de operaciones se llenó de tensión. Pulmones colapsados. Fracturas múltiples. Hemorragia interna. Ethan necesitaba una cirugía inmediata. Mientras trabajaban en su cuerpo destrozado, Kayla y Nathan intercambiaban miradas cargadas de significado.

—No me jodas, Kayla —susurró Nathan, retirando un coágulo. —Estos golpes no son de un choque.

Kayla apretó los labios. Sabía que tenía razón. Alguien le había estado pegando antes del accidente.

Afuera, el hospital era un infierno. Periodistas, cámaras y fanáticos bloqueaban la entrada. La dirección del hospital envió un comunicado vago, pero el morbo crecía.

Y entonces ella llegó.

Victoria Blackwell, pareja de Ethan, irrumpió en el hospital vestida de negro y con unas gafas oscuras que no podían ocultar el pánico en su rostro.

—¡Exijo verlo! ¡Soy su prometida!

Emily y Harper se interpusieron.

—Señorita Blackwell, está en cirugía. No puede verlo ahora —dijo Harper con paciencia.

—¡Déjenme pasar! ¡Lo amo!

Kayla, que ya estaba harta del espectáculo, decidió intervenir.

—Si realmente lo ama, siéntese y déjenos salvarle la vida.

La actriz tragó saliva, pero sus manos temblaban demasiado para disimularlo.

La cirugía fue un éxito, pero Ethan seguía en coma inducido. Mientras tanto, Kayla, Nathan y Emily revisaron los resultados de los exámenes.

—Esto confirma nuestras sospechas —dijo Emily, mostrando las radiografías. —Ethan ha estado sufriendo abuso físico por meses.

Harper chasqueó la lengua.

—¿Quién carajos le haría esto?

Kayla y Nathan se miraron.

—Victoria Blackwell.

El silencio en la sala fue sofocante.

La situación se tornó aún más turbia cuando llegó un nuevo paciente: el conductor que había atropellado a Ethan.

Era un hombre de cincuenta y tantos, con las manos cubiertas de heridas y la cara pálida como un cadáver.

—¿Nombre? —preguntó Harper, revisando los datos.

El hombre levantó la mirada y vio a los padres de Ethan, que acababan de llegar.

Lo que ocurrió después fue un caos absoluto.

La madre de Ethan gritó. El padre palideció. Y el hombre en la camilla se quedó sin palabras.

—Dios mío —susurró Emily. —Él es el padre biológico de Ethan.

Kayla sintió que le faltaba el aire. El hombre que había atropellado a Ethan era su verdadero padre.

La madre del actor se lanzó contra él, golpeándolo con furia.

—¡TÚ LO ABANDONASTE! ¡Y AHORA INTENTASTE MATARLO!

Guardias de seguridad entraron corriendo para separarlos.

—¡Yo no sabía! —gritó el hombre, desesperado. —¡Yo no sabía que era mi hijo!

Todo el hospital quedó en shock.

La única persona que no se inmutó fue Victoria Blackwell.

—No entiendo por qué tanto escándalo —dijo con frialdad. —Ese imbécil arruinó mi carrera.

Kayla sintió náuseas.

—¿Lo golpeaste?

La actriz sonrió con arrogancia.

—Se lo merecía.

Nathan estalló.

—¡Tú causaste el accidente, perra psicópata!

Harper lo detuvo antes de que hiciera algo más impulsivo.

—Tienes derecho a permanecer en silencio, Victoria —dijo Emily con una mueca de burla. —Porque en cuanto Ethan despierte, estarás jodida.

Los guardias escoltaron a la actriz fuera del hospital mientras las cámaras la grababan.

Kayla suspiró, sintiéndose agotada.

—Voy por café.

—Yo necesito algo más fuerte —murmuró Nathan.

Ethan Calloway seguía inconsciente. Pero cuando despertara, el mundo sabría la verdad.

Between life and deathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora