the unbearable patient

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Era una mañana ocupada en el hospital, y el bullicio de los pasillos anunciaba otro día lleno de retos

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Era una mañana ocupada en el hospital, y el bullicio de los pasillos anunciaba otro día lleno de retos. Kayla, Emily y el resto del equipo quirúrgico estaban revisando los casos cuando sonó la alarma de urgencias. Había llegado un paciente conocido por todos: Arthur Peterson, un hombre de cincuenta y tantos años con una reputación que lo precedía. Era famoso por su comportamiento agresivo y su falta de respeto hacia cualquier miembro del personal. Los rumores decían que había pasado por todos los hospitales de la ciudad y que en ninguno lo soportaban por más de una semana.

Emily, quien estaba encargada del turno en la sala de urgencias ese día, suspiró al ver el nombre de Arthur en la hoja de ingreso.

Emily: (mirando a Kayla con una expresión de resignación) "Oh no, no él otra vez… Este tipo es un auténtico desastre. La última vez, insultó a medio personal y rompió una silla en la sala de espera."

Kayla: (poniendo una mano en el hombro de Emily) "Buena suerte. Si necesitas ayuda, estaré por aquí."

Emily se dirigió a la sala de urgencias con una mezcla de profesionalismo y paciencia, preparándose mentalmente para lo que se venía. Entró en la habitación donde Arthur ya estaba quejándose en voz alta. Sus gritos resonaban en todo el ala de urgencias, haciendo que los pacientes más cercanos se removieran incómodos.

Arthur: (gritando mientras se retuerce en la cama) "¡Maldita sea! ¿Cuánto tiempo más tengo que esperar? ¡Este lugar es peor que una cárcel!"

Emily respiró hondo y entró en la habitación con su mejor sonrisa profesional.

Emily: "Buenos días, señor Peterson. Soy la Dra. Emily Parker. ¿Qué le trae hoy al hospital?"

Arthur: (mirándola con desdén) "¡Me duele todo! ¡Y ustedes incompetentes no hacen nada! ¿Quién te crees que eres para hacerme esperar?"

Emily mantuvo su compostura, ignorando los insultos mientras revisaba su expediente y comenzaba a examinarlo. Arthur no paraba de quejarse, lanzando insultos y comentarios sarcásticos con cada movimiento que Emily hacía.

Arthur: (empujando la mano de Emily cuando intenta palpar su abdomen) "¡No me toques! ¿Crees que porque llevas esa bata blanca puedes hacer lo que te dé la gana? ¡Vete al diablo!"

Emily se retiró un paso, tratando de mantener la calma. Los ojos de Arthur estaban llenos de furia, y su tono era desafiante y hostil. Cada intento de Emily de hacer su trabajo era recibido con resistencia y agresividad. A medida que el examen continuaba, Arthur golpeó una bandeja, tirando los instrumentos al suelo.

Emily: (con una calma forzada) "Señor Peterson, entiendo que está incómodo, pero necesito hacer mi trabajo para ayudarlo. Por favor, colabore conmigo."

Arthur: "¡Colaborar! ¡Tú no sabes lo que es dolor! ¡Mentirosa! Solo quieres llenarme de medicinas y largarte. ¡Eres igual que todos los demás!"

Los gritos de Arthur comenzaron a atraer la atención de otros médicos y enfermeras, quienes asomaban la cabeza por la puerta con expresiones de preocupación. Kayla, al escuchar el alboroto, se acercó a ver cómo estaba manejando Emily la situación.

Kayla: (desde la puerta) "¿Todo bien por aquí, Emily?"

Emily lanzó una mirada a Kayla que decía más que mil palabras. Estaba al borde de perder la paciencia, pero aún mantenía su postura profesional.

Emily: (sin apartar la vista de Arthur) "Sí, Kayla. Todo bajo control."

Arthur se giró y vio a Kayla, apuntando con su dedo de manera amenazante.

Arthur: "¡Tú también! ¡La reina del hospital! ¡No necesito sus aires de grandeza! ¡Solo quiero que me dejen en paz!"

Kayla cruzó los brazos y dio un paso adelante, manteniendo su voz firme pero calmada.

Kayla: "Arthur, sé que no se siente bien y eso puede ser frustrante. Pero insultar y maltratar a quienes están aquí para ayudar no es la forma de solucionar esto. Deje que la Dra. Parker lo examine. Estamos aquí para ayudarlo, pero necesitamos que coopere."

Arthur lanzó una carcajada sarcástica y volvió a desplomarse en la cama, mirando al techo como si el mundo entero estuviera en su contra.

Arthur: "¡Haz lo que quieras! ¡De todas formas, ninguno de ustedes sirve para nada!"

Emily finalmente logró tomar los signos vitales de Arthur y comenzó a hacer preguntas más detalladas sobre sus síntomas. A pesar de los constantes insultos, Emily se mantuvo enfocada, mostrando una paciencia que pocas veces había tenido que desplegar. Ella sabía que no podía dejarse llevar por las provocaciones de Arthur; su deber era tratarlo, no importaba cuán difícil fuera.

Emily: "Voy a ordenar algunos análisis de sangre y una tomografía para entender mejor qué está pasando. Le pido paciencia, señor Peterson."

Arthur lanzó un gruñido, pero no dijo nada más. Emily salió de la habitación, exhalando profundamente mientras se apoyaba contra la pared.

Kayla: "Lo manejaste bien. No es fácil, pero lo hiciste."

Emily: (sacudiendo la cabeza) "Gracias, pero este tipo… me saca de mis casillas. Ojalá entendiera que estamos aquí para ayudarlo, no para hacerlo sentir peor."

Kayla le dio una sonrisa alentadora y un apretón en el hombro antes de volver a sus propias tareas. Emily ordenó las pruebas necesarias y, mientras esperaba los resultados, se aseguró de que Arthur estuviera lo más cómodo posible, a pesar de su continua actitud desagradable.

Horas después, los resultados llegaron, y Emily descubrió que Arthur tenía una infección grave que requería tratamiento inmediato. Volvió a su habitación, preparándose para otra posible confrontación.

Emily: "Señor Peterson, encontramos una infección que necesita tratamiento antibiótico intravenoso. Esto explica sus dolores y malestar."

Arthur: (burlón) "¡Claro, otra medicina más! ¡Solo pónganme lo que quieran y lárguense!"

Emily comenzó el tratamiento, ignorando los comentarios mordaces. Sabía que no podía cambiar la actitud de Arthur, pero podía hacer todo lo posible para mejorar su condición. A medida que el día avanzaba, Emily se dio cuenta de algo importante: no todos los pacientes serían agradecidos, y algunos incluso podrían ser francamente hostiles. Pero eso no cambiaba su propósito ni su compromiso como médica.

Más tarde, cuando Emily finalmente salió de la sala de Arthur, se encontró con Kayla y Harper en el pasillo. Sus colegas la recibieron con palabras de apoyo y un poco de humor, sabiendo que necesitaba liberar algo de la tensión acumulada.

Harper: "¿Sigue vivo? ¿O lograste matarlo con tu amabilidad?"

Emily: (riendo) "No sé, quizás un día de estos. Pero hoy, solo lo curé… otra vez."

Kayla y Harper se rieron, y por un momento, la tensión se desvaneció en medio de las bromas sarcásticas y las sonrisas de complicidad.

Between life and deathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora