¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El hospital parecía sumido en una calma relativa, algo inusual para el turno nocturno.terminaba de revisar los informes de pacientes, deseando que esa noche fuera tranquila. Pero algo en el aire se sentía diferente, como si el caos estuviera esperando para desatarse.
Una llamada por el sistema interno rompió el silencio.
Voz de Operaciones: “Atención personal, alerta roja en el área de maternidad. Requerimos apoyo inmediato.”
Me levantó de un salto, dejando los informes en mi escritorio. No era común que se declarara una alerta roja sin explicación previa. Corri hacia el ascensor mientras mi mente comenzaba a formular hipótesis sobre lo que podía estar sucediendo.
Cuando llegó al área de maternidad, el caos era evidente. Una joven madre, que parecía apenas superar los 18 años, lloraba desconsoladamente mientras un grupo de enfermeras intentaba calmarla. La mujer estaba en la cama, retorciéndose de dolor, y el monitor fetal mostraba latidos irregulares.
Kayla: "¿Qué pasó aquí?"
Una enfermera, claramente agotada, se acercó para explicarle.
Enfermera: "Es Sarah Mills, 19 años. Vino con su madre diciendo que tenía dolores abdominales, pero cuando hicimos una revisión inicial, notamos que el bebé está en peligro. No podemos estabilizarlo."
tome los guantes que le ofrecieron y se acercó a la joven.
Kayla: "Sarah, soy la doctora Kayla King. Necesito que te calmes, ¿de acuerdo? Voy a revisar qué está pasando."
Sarah levantó la mirada, sus ojos llenos de lágrimas.
Sarah: "Por favor... salven a mi bebé."
Mientras revisaba los signos vitales de Sarah y el estado del bebé en la pantalla, quedó claro que tenían poco tiempo. respire profundamente, intentando mantener la calma.
Kayla: "Necesitamos prepararla para una cesárea de emergencia."
Sarah: "¿Cesárea? ¿No pueden salvarlo sin eso?"
Kayla le sostuvo la mano, tratando de transmitirle algo de seguridad.
Kayla: "Es la mejor opción para ambos, Sarah. Confía en mí."
La joven asintió, aunque sus manos temblaban visiblemente. Mientras tanto, la madre de Sarah discutía con otra enfermera.
Madre de Sarah: "¡Esto es culpa suya! Le dije que no debía quedar embarazada tan joven. ¡Siempre fue irresponsable!"
gire hacia la mujer con una mirada firme.
Kayla: "Señora, su hija necesita apoyo, no reproches. Si no puede hacerlo, por favor espere afuera."
La mujer pareció quedar en shock por el tono de mi voz, pero sali sin decir una palabra más.
El quirófano estaba preparado en minutos.lidere el equipo mientras los anestesiólogos trabajaban para estabilizar a Sarah. La tensión en el aire era palpable.
Kayla: (pensando) "No hay margen de error. Este bebé tiene que salir ya."
Mientras hacía la primera incisión, su concentración era absoluta. Cada movimiento era preciso, cada instrucción clara.
Kayla: "Pinza. Succión. Necesito más luz aquí."
El corazón del bebé seguía mostrando irregularidades en el monitor.
Kayla: (pensando) "Aguanta, pequeño. Estamos casi ahí."
Finalmente, el bebé salió. Pero el silencio en la sala fue ensordecedor. No había llanto.
entrege al bebé al neonatólogo, quien comenzó de inmediato con las maniobras de resucitación. Cada segundo parecía eterno.
Kayla: (pensando) "No puede terminar así. No hoy."
Finalmente, un débil llanto rompió el silencio. Kayla dejó escapar un suspiro de alivio mientras el resto del equipo celebraba.
Kayla: "Buen trabajo, equipo. Sarah, tu bebé está bien."
La joven sonrió débilmente antes de perder el conocimiento por el cansancio.
Horas después, mientras revisaba los informes del día, no podía dejar de pensar en Sarah y su bebé. Pensó en lo joven que era, en lo abrumadora que debía ser la situación para ella.
Kayla: (pensando) "La maternidad no debería ser algo que enfrentes sola. Y menos con tanta presión encima."
Mientras dejaba el informe sobre el escritorio, se permitió un momento para cerrar los ojos y respirar profundamente.