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La noche había sido un torbellino en el hospital. La sala de pediatría estaba finalmente en calma, pero la energía pesada seguía flotando en el aire. Kayla y Nathan, exhaustos tras la emergencia con el niño, se encontraban en la sala de descanso, cada uno con un café en la mano.
Nathan: "Definitivamente este hospital no tiene noches tranquilas."
Kayla: (bebiendo un sorbo) "Bienvenido al caos. Aunque admito que pediatría siempre me pone más nerviosa que otras áreas."
Nathan asintió, mirándola fijamente.
Nathan: "Se nota que te importa. Eso es raro de ver."
Kayla apartó la mirada, incómoda con el elogio.
Kayla: "Solo hago mi trabajo."
Nathan: (con una sonrisa) "No te hagas la modesta. Sabes que eres buena en lo que haces."
El silencio se instaló entre ellos, cargado de algo que ambos parecían rehuir reconocer.
•Una Visita Inesperada
A la mañana siguiente, mientras Kayla revisaba expedientes en su oficina, Emily entró apresuradamente.
Emily: "Tienes que venir ahora. Es... importante."
Kayla la miró confundida, pero siguió a su amiga sin hacer preguntas. Al llegar a la recepción principal, vio un grupo de hombres trajeados, claramente de seguridad privada, y una mujer elegantemente vestida que hablaba con la directora del hospital.
Emily: (susurrando) "Es la esposa de ese político famoso... ¿cómo se llama? Oh, sí, Victoria Altamonte."
Kayla frunció el ceño.
Kayla: "¿Por qué está aquí?"
Antes de que pudiera decir algo más, una enfermera se acercó rápidamente.
Enfermera: "Doctora, la señora Altamonte solicitó específicamente que usted maneje su caso. Está en la sala privada 3."
Kayla no tuvo tiempo de protestar. Al entrar a la sala, encontró a Victoria sentada en la cama, rodeada por su equipo de seguridad y con una expresión altiva.
Victoria: "Finalmente. Esperaba a alguien competente."
