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El hospital estaba decorado con luces doradas y guirnaldas que se enredaban elegantemente en las columnas del vestíbulo. El ambiente estaba cargado de una mezcla de emoción y nostalgia mientras el equipo se reunía para celebrar el aniversario del hospital. Los médicos, enfermeras y personal administrativo, que rara vez tenían tiempo para eventos sociales, ahora se congregaban en el salón de actos, transformado en un salón de fiestas con mesas cubiertas de manteles blancos y centros de mesa florales.
Kayla, Emily y Harper estaban juntas, riendo y recordando algunos de los momentos más caóticos que habían vivido en el hospital. Emily llevaba un vestido verde esmeralda que realzaba sus ojos, mientras que Harper había optado por un traje azul marino que le daba un aire sofisticado pero relajado. Kayla, por su parte, lucía un vestido negro sencillo pero elegante, que destacaba su figura esbelta y profesionalidad. Sin embargo, a pesar de las risas y la música, había una corriente de expectativas y miradas curiosas que se lanzaban por la sala.
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El Dr. Collins entró poco después, vestido con un esmoquin clásico. Aunque todavía se estaba recuperando de los recientes problemas de salud, se veía notablemente mejor y más relajado. Varios miembros del personal lo saludaron con sonrisas de agradecimiento y admiración; la noticia de su breve susto cardíaco se había extendido por el hospital, y todos estaban aliviados de verlo recuperado.
Emily: (bromeando) "¿Quién diría que el Dr. Collins también puede verse como un caballero de gala? Deberíamos pedirle que haga más rondas así."
Kayla rió, pero sus ojos no perdieron detalle de cómo Collins se movía con cautela, como si estuviera consciente de cada paso que daba. Sabía que, a pesar de la aparente mejora, el peso del trabajo y la salud seguían siendo una preocupación.
La música comenzó a sonar más fuerte, y Harper, siempre el alma de la fiesta, dio un paso adelante.
Harper: "¡Vamos, chicas, es hora de bailar antes de que la noche termine y volvamos a salvar vidas a las tres de la mañana!"
Con un movimiento animado, arrastró a Kayla y Emily a la pista de baile, donde ya había grupos de médicos y enfermeras moviéndose al ritmo de una alegre melodía pop. La risa de Harper era contagiosa, y en poco tiempo, todas las preocupaciones del hospital parecían desvanecerse, al menos por un rato.
Mientras el trío disfrutaba de la música, Kayla notó a un joven médico que no había visto antes. Era alto, con cabello rubio claro y unos ojos azules que reflejaban una mezcla de curiosidad y diversión. Sus miradas se cruzaron brevemente y, aunque ella rápidamente desvió la suya, no pudo evitar la pequeña sonrisa que se formó en sus labios.
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Harper: (notando la escena) "Bueno, bueno, ¿quién es ese y por qué no lo conocíamos antes? ¿Kayla, te interesa hacer las presentaciones?"
Kayla: (rodando los ojos, pero riendo) "Por favor, Harper, ni siquiera lo conozco. Probablemente es un nuevo residente."
Emily: (con una ceja levantada) "Pues alguien debería conocerlo antes de que la noche termine."
El misterioso médico se acercó poco después, presentándose como el Dr. Nathan West, un nuevo cirujano cardiotorácico que acababa de unirse al equipo. Su sonrisa era genuina, y su voz, segura y amigable, lo hacía destacar de inmediato entre el resto.
Dr. West: "He oído que este hospital tiene el mejor equipo médico y las mejores fiestas. Hasta ahora, no me han decepcionado."
Kayla sintió un leve calor en las mejillas, sorprendida por la espontaneidad de la conversación. Nathan West parecía tener una habilidad innata para hacer que todos a su alrededor se sintieran cómodos, y pronto se unió al grupo en la pista de baile, riendo y contando historias de sus primeras semanas en el hospital.
Desde el otro lado del salón, el Dr. Collins observaba la escena con una mezcla de cariño y una ligera preocupación. Sabía que Kayla había dedicado tanto tiempo al hospital que a veces olvidaba cuidar de su vida personal. Verla sonreír y relajarse, incluso por un momento, era un alivio, pero no podía evitar sentirse protector, como si el bienestar del equipo fuera una extensión de su propia responsabilidad.
La noche continuó con brindis y discursos. El director del hospital, un hombre mayor con canas plateadas y voz profunda, tomó el micrófono para agradecer a todo el personal por su dedicación y compromiso.
Director: "Hoy celebramos más que un aniversario; celebramos a cada uno de ustedes, que hacen de este hospital un lugar donde se salvan vidas y se construyen historias."
Los aplausos llenaron el salón, y por un momento, todos se sintieron parte de algo más grande, unidos por el propósito compartido de servir y sanar.
La celebración avanzó y, entre las luces y la música, Kayla y Nathan intercambiaron miradas y palabras esporádicas que no hacían más que aumentar la curiosidad de ambos. Por primera vez en mucho tiempo, Kayla sintió que su mundo, normalmente centrado en el trabajo, podría abrirse a nuevas posibilidades, aunque todavía le costara admitirlo.
Emily: (con una sonrisa pícara) "Parece que la noche trajo más sorpresas de las que esperábamos."
Kayla: (con una sonrisa contenida) "Puede ser, Emily. Solo puede ser."
La celebración se prolongó hasta bien entrada la noche, dejando tras de sí un rastro de risas, promesas y la sensación de que, pese a los desafíos, siempre había un motivo para seguir adelante.