in the dark

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La jornada había sido agotadora, y el hospital, que usualmente estaba lleno de movimiento, comenzaba a calmarse con la llegada de la madrugada

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La jornada había sido agotadora, y el hospital, que usualmente estaba lleno de movimiento, comenzaba a calmarse con la llegada de la madrugada. Kayla se encontraba en una sala de descanso semioscura, dejando caer su peso sobre el pequeño sofá de cuero. Apenas había cerrado los ojos cuando sintió la presencia de alguien más en la habitación.

Nathan: (apoyándose en el marco de la puerta) "¿Piensas dormir aquí o necesitas un empujón para ir a casa?"

Kayla levantó la mirada, sus labios curvándose en una sonrisa cansada.

Kayla: "¿Y dejarte manejar todo esto solo? Ni lo sueñes, Carter."

Nathan se acercó lentamente, sus pasos resonando apenas en la silenciosa sala. Se inclinó sobre el respaldo del sofá, acercándose a ella con esa mirada descarada que siempre lograba desarmarla.

Nathan: (en voz baja) "Sabes que siempre puedes contar conmigo... para lo que sea."

Kayla rodó los ojos, pero no pudo evitar el rubor que subió por su cuello. El tono de su voz era un arma peligrosa, y lo sabía demasiado bien.

Kayla: (arqueando una ceja) "¿Para lo que sea, eh? Cuidado, Carter. Podría tomarte la palabra."

Nathan no respondió de inmediato. En cambio, sus ojos recorrieron lentamente su rostro, deteniéndose un momento en sus labios. El ambiente entre ellos cambió de forma tangible, cargándose de una tensión eléctrica que no podía ignorarse.

Nathan: (susurrando) "Por favor, hazlo."

...La Línea que se Rompe

Kayla no supo qué la empujó a hacerlo, si la adrenalina acumulada del día o el simple deseo de dejar de contenerse, pero se levantó de golpe, acortando la distancia entre ellos.

Cuando sus labios se encontraron, fue como si algo dentro de ambos se encendiera. Nathan la tomó por la cintura con fuerza, levantándola ligeramente y haciéndola retroceder hasta que su espalda chocó contra la pared.

Kayla: (jadeando contra su boca) "Nathan... estamos en el hospital."

Nathan: (mordiéndole suavemente el labio inferior) "Entonces, tendrás que aprender a callarte."

El gemido que escapó de sus labios fue todo lo que él necesitó para perder el control. Sus manos recorrieron su cuerpo con urgencia, deslizando su bata ligeramente hacia abajo mientras sus labios se deslizaban por su cuello.

Nathan: (susurrando contra su piel) "Maldita sea, Kayla... ¿Tienes idea de lo que haces conmigo? Siempre tan condenadamente perfecta, tan fuera de alcance."

Kayla: (aferrándose a su camisa) "Y tú... siempre tan malditamente molesto y... sexy."

El sonido de unas voces acercándose por el pasillo los hizo detenerse abruptamente. Ambos quedaron congelados, sus respiraciones pesadas llenando el espacio.

Nathan: (en voz baja, con una sonrisa traviesa) "Creo que casi nos descubren."

Kayla: (mordiendo su labio para reprimir una sonrisa) "Y eso sería terrible, considerando que estabas a segundos de arrancarme la ropa."

Las voces se desvanecieron y, aunque la urgencia aún latía entre ellos, Kayla lo empujó ligeramente, tomando aire para calmarse.

Kayla: (mirándolo con una mezcla de reproche y deseo) "Esto no puede pasar aquí, Nathan. Nos meteríamos en problemas."

Nathan: (acariciando su mejilla) "¿Y si dijera que vale la pena el riesgo?"

Kayla negó con la cabeza, aunque no podía borrar la sonrisa de su rostro.

Kayla: "Dios, eres imposible."

Nathan: (sonriendo de lado) "Y tú, una tentación andante."



Mientras ambos se ajustaban la ropa, Nathan se acercó una última vez, tomando su rostro entre las manos.

Nathan: (en voz baja) "Te advierto, Kayla. Esto no va a desaparecer. Y la próxima vez, no pienso detenerme, ni aunque tengamos a medio hospital detrás de la puerta."

Kayla lo miró fijamente, su corazón latiendo con fuerza ante la intensidad de sus palabras.

Kayla: (susurrando de vuelta) "La próxima vez... veremos quién tiene el control."

Nathan se rió suavemente, apartándose con esa seguridad tan propia de él.

Nathan: "No sabes con quién estás jugando, king."

Mientras él salía de la sala, Kayla dejó escapar una risa nerviosa, su cuerpo aún vibrando con la intensidad del momento. Sabía que lo que había comenzado entre ellos estaba lejos de terminar.

Between life and deathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora