Mientras Kayla seguía navegando por los desafíos de ser la residente más joven en el hospital, los pasillos de Seattle Grace Memorial vibraban con la vida y las historias de los otros médicos. Cada uno de ellos tenía sus propias ambiciones, miedos y secretos que influían en su manera de enfrentarse a la medicina y a los pacientes.
"Dr. Ethan Collins"
El jefe de cirugía, era conocido por su reputación de perfeccionista implacable. Sin embargo, pocos sabían que su feroz dedicación al trabajo se debía a una tragedia personal: su hija, a quien había perdido en un accidente automovilístico cuando tenía solo cinco años. Desde entonces, Collins había canalizado su dolor en su carrera, usando su posición como un escudo para mantener a raya sus emociones.
En su oficina, rodeado de certificados y fotos de sus años como cirujano, Collins solía quedarse solo, observando la foto de su hija en su escritorio.
Dr. Collins: (hablando para sí mismo) "La excelencia es la única forma de rendirle homenaje. No hay espacio para errores."
Collins rara vez hablaba de su pasado, pero su intensidad en el quirófano y su rigidez con los residentes eran un reflejo de su deseo de evitar que otros experimentaran la pérdida que él conocía demasiado bien.
"Dr. Harper Lewis"
había crecido en una familia de médicos y había ingresado a la medicina con la presión constante de estar a la altura del legado de su padre, un famoso cirujano cardíaco. Aunque Harper tenía habilidades naturales y un don para conectar con los pacientes, su actitud despreocupada y su humor sarcástico a menudo eran su forma de lidiar con la presión.
Un día, después de una cirugía exitosa, Kayla encontró a Harper sentado en la azotea del hospital, mirando la ciudad.
Kayla: "Siempre pensé que estarías en el bar después de una victoria como la de hoy."
Harper: (sonriendo) "A veces, incluso los rebeldes necesitan un respiro. ¿Sabías que mi padre me desheredó cuando decidí no seguir su especialidad?"
Kayla: "No, no lo sabía. Pero parece que te las arreglas bien por tu cuenta."
Harper: "Sí, bueno... la presión de ser un 'Lewis' nunca desaparece, aunque hagas todo lo posible por ignorarla."
Kayla entendió en ese momento que Harper no solo competía con sus colegas, sino con la sombra de su propio apellido. Era una lucha constante entre querer destacar y desear liberarse de las expectativas familiares.
"Dr. Emily Roberts"
tenía una historia completamente diferente. Su madre había sido una enfermera que trabajó en un pequeño hospital rural, donde Emily pasó la mayor parte de su infancia. Inspirada por la dedicación de su madre, Emily decidió que se convertiría en cirujana para marcar una verdadera diferencia en la vida de las personas. Sin embargo, las cosas no siempre habían sido fáciles para Emily. Había tenido que abrirse camino en un entorno dominado por hombres, enfrentando constantemente prejuicios y subestimaciones.
Una noche, mientras revisaban juntas el caso de un paciente complicado, Emily le confió a Kayla un poco de su historia.
Emily: "Cuando empecé, los cirujanos de este lugar pensaron que no duraría ni un mes. Era 'la chica buena', 'la simpática'. Ninguno veía a la cirujana que llevaba dentro."
Kayla: "Bueno, no solo duraste; ahora eres quien da órdenes."
Emily: (sonriendo) "Sí, pero no fue fácil. Tuve que trabajar el doble de duro y ser el triple de astuta."
Emily no solo quería ser una buena cirujana; quería ser un modelo a seguir para otras mujeres jóvenes que soñaban con una carrera en medicina, pero que dudaban de su capacidad para competir en un campo tan exigente.
Dr. Lucas Bennett"
Por otro lado, era hijo de un prestigioso cirujano plástico que había construido un imperio médico en Los Ángeles. Lucas había pasado gran parte de su vida siendo comparado con su exitoso padre, algo que lo había marcado profundamente. La presión por sobresalir lo había convertido en una persona competitiva y, a veces, fría con sus colegas. Cada éxito para Lucas no era solo una victoria personal, sino una forma de probar su valía ante la imagen inalcanzable de su padre.
Durante una ronda nocturna, mientras revisaba los expedientes, Kayla vio a Lucas hablando por teléfono con su padre, una conversación tensa y llena de reproches.
Lucas: "No, padre, lo entiendo perfectamente. Claro que sé que no soy tú. Lo escucho cada vez que hablo contigo."
Lucas colgó el teléfono, claramente frustrado, y se dio cuenta de que Kayla había escuchado parte de la conversación.
Lucas: "Espero que hayas disfrutado del espectáculo."
Kayla: "No vine a espiar. Solo pasaba por aquí."
Lucas: "No importa. Solo haz tu trabajo y no te metas en lo que no te incumbe."
Lucas se alejaba rápidamente, dejando a Kayla reflexionando sobre la presión que todos en el hospital enfrentaban, aunque de diferentes formas.
Kayla comenzó a ver a sus colegas bajo una nueva luz. Aunque cada uno tenía sus propias razones para estar allí, sus pasados y ambiciones se entrelazaban en los pasillos del hospital. En un lugar donde la vida y la muerte eran una constante, los médicos no solo luchaban por sus pacientes, sino también por ellos mismos, tratando de encontrar un balance entre sus sueños, sus miedos y las expectativas que los perseguían.
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Between life and death
Short StoryUna médica cirujana de 23 años se embarca en el hospital mas famaso y conocido de toda américa siendo la más joven.