El tren sigue su marcha mientras el paisaje cambia gradualmente. Las verdes colinas y los campos de cultivo desaparecen, dando lugar a las montañas bajas y las costas de la isla de Jeju. No puedo evitar mirar de reojo a Sunny, quien sigue absorto en la vista a través de la ventana, con su postura algo tensa. A pesar de que decidió venir, sigue mostrándose distante. Pero lo conozco lo suficiente como para saber que hay algo más detrás de esa rigidez. Tal vez está procesando, tal vez simplemente no sabe cómo relajarse conmigo.
Intento no presionarlo. Sé que lo mejor en este momento es dejar que las cosas fluyan a su ritmo. Pero al mismo tiempo, no puedo dejar de sentir esa urgencia en mi pecho, ese deseo de reconectar con él, de volver a ese lugar donde las risas y las charlas casuales eran nuestra norma.
Cuando finalmente llegamos a la estación en Jeju, el aire es fresco y salado. Una brisa ligera acaricia mi rostro, y el cielo azul sin una nube en el horizonte me da la bienvenida. Bajo del tren y estiro los brazos, sintiendo el alivio en mis músculos después de horas sentado. A mi lado, Sunny respira profundo, pero aún no me mira.
- Es más bonito de lo que recordaba. - digo, mirando a mi alrededor. Trato de romper el hielo, aunque no estoy seguro de cómo recibirá mi comentario.
Sunny se limita a asentir, su rostro imperturbable mientras ajusta la mochila en su hombro.
- Sí, lo es. - responde con una voz neutral, pero hay algo en su tono, un matiz apenas perceptible que me hace pensar que está empezando a relajarse, aunque sea un poco.
Caminamos hacia la salida de la estación y encuentro un taxi que nos llevará al pequeño hostal que reservé. El trayecto es relativamente corto, pero está lleno de un silencio que, aunque cómodo, aún tiene esa tensión sutil, como si ambos estuviéramos esperando que el otro dijera algo.
Llegamos al hostal, un lugar sencillo pero acogedor, rodeado de árboles y flores. Al registrarnos, la dueña nos recibe con una cálida sonrisa y nos entrega las llaves de nuestra habitación. Cuando finalmente entramos, Sunny se sienta en una de las camas sin decir nada, mientras yo abro la ventana para dejar entrar el aire fresco. La vista es increíble. Desde aquí podemos ver el océano en la distancia y los acantilados que se elevan sobre el agua.
- ¿Qué opinas? - le pregunto, señalando la vista.
Sunny se inclina un poco hacia adelante, mirando por encima de mi hombro. Se encoge de hombros.
- Está bien. - dice, aunque noto que sus ojos brillan un poco más de lo usual.
Dejo escapar una risa suave.
- ¿"Está bien"? Eso es lo mejor que tienes para decir. - bromeo, intentando alivianar el ambiente.
Él me lanza una mirada rápida, casi divertida, pero vuelve a caer en su reserva.
- No vine aquí para hacer turismo. - responde con su tono serio. - Recuerda, este viaje fue idea tuya.
Sus palabras no son del todo frías, pero sí distantes, como si quisiera recordarme que todavía no hemos resuelto todo lo que hay entre nosotros. Me acerco a la ventana y me apoyo en el marco, mirando el horizonte.
- Lo sé. - admito. - Pero pensé que sería una buena oportunidad... ya sabes, para tomar un respiro de todo. Y, honestamente, me alegra que estés aquí, aunque sea un poco reacio.
Sunny me mira de nuevo, pero esta vez su expresión parece más suave, menos defensiva.
- ¿Por qué tanto interés en la fotografía? - pregunta de repente, cambiando de tema, aunque noto que está tratando de abrir una pequeña puerta en la conversación.
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Si (no) te hubiera conocido
RomanceTae-ho, un joven abogado, despierta en un universo paralelo donde su esposo, Yong-sun, a quien perdió en un accidente de auto, sigue vivo, pero no lo conoce y no están casados. Decidido a acercarse a él, Tae-ho consigue un trabajo en el prestigioso...