Otro día en la oficina. Estoy en mi escritorio, intentando concentrarme en los papeles del caso que Sunny y yo compartimos. Es irónico cómo el destino puede jugar con uno de las maneras más crueles. Quiero decir, después de todo, pasamos horas juntos ahora. Justo lo que tanto deseaba cuando llegué a esta realidad alterna. Pero este no es el Sunny que conocía. Aún me cuesta aceptarlo, pero cada día en la oficina me lo recuerda. Este Sunny es tan frío, tan distante, que parece que un abismo nos separa, y esa barrera parece inquebrantable.
Miro el reloj. Aún falta un rato para nuestra próxima reunión con el cliente. Nos han asignado a los dos para llevar este caso complicado, y aunque inicialmente Sunny protestó, ahora ha aceptado, al menos superficialmente, que somos un equipo. No diría que se alegra de trabajar conmigo, pero ya no me mira con ese desdén absoluto del primer día. Eso ya es algo, ¿no?
Hoy tenemos que revisar algunos documentos importantes, y hemos acordado vernos en su despacho. Camino hacia allí, respirando hondo mientras me preparo mentalmente. Cada vez que nos sentamos juntos, el ambiente es tenso, pero también hay una parte de mí que se emociona con cada pequeña interacción, con cada palabra que compartimos, incluso si son solo cosas triviales del trabajo.
Cuando llego a su puerta, toco dos veces antes de abrirla lentamente. Sunny está sentado detrás de su escritorio, con su mirada fija en la pantalla de su computadora. Apenas levanta la vista cuando entro.
- ¿Ya tienes los documentos? - pregunta sin mucho interés, sus dedos aún tecleando sobre el teclado.
- Sí, aquí están. - respondo, tratando de sonar tranquilo mientras le acerco una carpeta con los papeles que he estado revisando.
Tomo asiento frente a él, observando cómo ojea los documentos en silencio. Puedo notar su concentración, su enfoque total en el trabajo. Es algo que siempre admiré de Sunny. Siempre se ha entregado por completo a lo que hace, aunque ahora esa intensidad parece dirigida a todo menos a mí.
Después de unos minutos en silencio, me animo a hablar.
- He estado pensando que podríamos abordar este caso desde un ángulo diferente. - digo, esperando que podamos tener una conversación más extensa, algo que rompa esta pared de hielo entre nosotros.
Sunny levanta la vista, arqueando una ceja con expresión neutral.
- ¿Qué sugieres? - pregunta, su tono más suave que en ocasiones anteriores, pero aún distanciado.
Me animo un poco al ver que al menos no me ha cortado en seco.
- Estuve revisando algunos casos previos que podrían ser similares a este. Creo que podríamos enfocarnos en cómo la jurisprudencia nos respalda en lugar de intentar una negociación directa con el cliente contrario. Ellos son muy agresivos, así que si mostramos una postura más firme desde el principio, podríamos evitar ceder terreno.
Sunny me observa por un momento, sus ojos oscuros escudriñando los míos. No puedo leer sus pensamientos, pero después de una pausa, asiente lentamente.
- Eso podría funcionar. - dice, aunque su tono sigue siendo contenido.
Siento una pequeña chispa de satisfacción. Es la primera vez que acepta una sugerencia mía sin cuestionarla de inmediato. El silencio vuelve a caer sobre nosotros mientras revisa los documentos, pero esta vez no se siente tan insoportable. O al menos, eso quiero pensar.
Después de unos minutos más de revisión, Sunny deja la carpeta a un lado y me mira directamente. Por primera vez en mucho tiempo, parece que su mirada tiene algo más que indiferencia.
- No pensé que querrías trabajar conmigo. - comenta de repente, con una voz tan baja que casi no lo escucho.
Lo miro, sorprendido por su comentario. No esperaba que él iniciara una conversación de este tipo, pero decido aprovechar la oportunidad.
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Si (no) te hubiera conocido
RomanceTae-ho, un joven abogado, despierta en un universo paralelo donde su esposo, Yong-sun, a quien perdió en un accidente de auto, sigue vivo, pero no lo conoce y no están casados. Decidido a acercarse a él, Tae-ho consigue un trabajo en el prestigioso...