Capítulo 1

271 23 4
                                    

Siempre supuse que lo peor que podría pasarnos como paraje era terminar, o divorciarnos. Y es que nunca imaginé, ni en mi peor pesadilla, la situación en la que estoy ahora.

Un sábado en la tarde, en lugar de estar en el sofá de casa mirando una película y comiendo comida chatarra con mi esposo, estoy parado en medio del lúgubre cementerio, viendo como el amor de mi vida yace en un ataúd de madera y lo bajan a un pozo frío y oscuro de tierra.

Él no debería estar ahí. No cuando era alguien cálido y lleno de luz.

No he podido derramar una sola lágrima desde que desperté inmovilizado en esa cama de hospital, luego de haber sufrido ese accidente que le arrebató la vida a la persona que yo más amaba.

Desearía estar muerto. Al menos si hubiéramos muerto los dos estaríamos juntos.

Siempre me encantó la película de Robbie Williams, aquella en la que él va hasta el infierno con tal de recuperar a su esposa que se suicidó. Y que luego al final ambos reencarnan para volver a encontrarse.

Ahora entiendo por qué. Quiero aferrarme a cualquier idea que me haga creer que lo volveré a ver. Aunque sea por un momento.

Creo que se por que aun no he podido derramar las lágrimas que tengo acumuladas en mi interior. Y es que no logro entender. No encuentro manera de hacerle comprender a mi cerebro que él ya no está, que no lo volveré a ver, que no oiré su voz, ni oleré su aroma, o sentiré su calor. No lo veré sonreír, dormir a mi lado, desayunar frente a mi. Tampoco lo escucharé enojarse conmigo, ni frunciendo el ceño cada vez que no hacía algo de lo que me pedía.

Es... que... es que... yo no logro comprender. Él estaba ahí, y ahora desapareció por completo.

¿Cómo una persona puede evaporarse de esa manera? ¿Cómo es que alguien con un nombre, recuerdos, pensamientos y sueños, simplemente ya no está?

¿Cómo es eso posible? Es una locura.

Un día estás desayunando con el amor de tu vida, proyectando a futuro. Y al otro.... lo estás enterrando, junto con todos sus sueños.

Siento como si mi hubieran desgarrado el pecho, dejándome destrozado el corazón y el alma. No queda nada por salvar. Y me duele, me duele como nunca algo me dolió en la vida.

No se como le estoy haciendo para mantenerme en pie, cuando por dentro estoy temblando.

¿Lo peor de todo? Es que la última conversación que tuvimos fue una discusión.

Sun conducía camino a la fiesta, e íbamos peleando. Veníamos pasando unos meses difíciles, y yo ya estaba desbordado por la situación, fue por lo que grite ese "Lo mejor sería que nos divorciáramos". Giró su cabeza de golpe hacia mí y me miró con sus ojos bien abiertos, los cuales reflejaban dolor. Y cuando estaba por responderme, impactamos contra algo. Al despertarme yo me encontraba en esa cama de hospital, y él... él estaba muerto.

No lo decía enserio. Solo quería que fuera como un especie de llamado de atención. Quería que ambos nos imagináramos el peor final para nuestra relación, y que nos diéramos cuenta de que eso no era lo que queríamos. Lo sé porque ni había terminado la frase, que yo ya tenía la certeza de que no quería divorciarme de él. ¿Cómo podría? Si es todo lo que tengo, y lo que más amo.

Era todo lo que tenía...

Ahora no tengo nada.

*******

Estoy tirado en el sofá, con la vista fija en la pantalla del televisor, sin embargo mis pensamientos están en otro lado por lo que no presto atención a lo que se está reproduciendo.

Si (no) te hubiera conocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora