Capítulo 41

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El sol comienza a desvanecerse tras los edificios de Seúl mientras yo miro la ciudad a través de las enormes ventanas del departamento de Sunny. Los colores cálidos del atardecer tiñen el horizonte, y me pregunto en qué momento las cosas comenzaron a sentirse tan diferentes. El silencio en la sala se siente espeso, y lo único que lo rompe es el lejano ruido de los autos en la calle. Es un silencio que no solía molestarme, pero hoy me pesa de una manera que no puedo describir.

He estado pensando en esto desde hace semanas, tal vez meses, y no puedo evitar darle vueltas. ¿Qué somos realmente? A veces parece que somos todo, que lo tenemos todo: la conexión que compartimos, la intensidad, el cariño. Pero otras veces... hay una distancia que no puedo ignorar. Sunny está cambiando, o tal vez soy yo quien ha cambiado. 

Lo veo llegar del trabajo, cansado pero impecable como siempre. El traje se le ajusta perfectamente, su cabello aún reluciente a pesar de las largas horas en la oficina. Entra y me sonríe, esa sonrisa que hace que todo lo demás desaparezca por un momento. Pero detrás de esa sonrisa, hay algo más. No sé si es la tensión del trabajo o si hay algo más profundo, algo que no me está diciendo.

- ¿Todo bien? - le pregunto, acercándome a él y dándole un beso en la mejilla.

- Sí, solo un poco agotado. - responde, quitándose el saco y dejándolo caer sobre el sofá. Suspira profundamente y se sienta en la sala, estirando los brazos detrás de la cabeza.

Me siento a su lado y apoyo la cabeza en su hombro. El contacto es reconfortante, pero no suficiente. Quiero más. Quiero todo. Hemos estado juntos en este extraño vaivén de realidades, emociones y carreras, pero siento que estamos estancados. Algo en mí quiere avanzar, dar el siguiente paso, lo que sea que eso signifique. Mudarnos juntos, tal vez. Compartir más que solo los momentos entre su trabajo y el mío.

- He estado pensando... - comienzo, sintiendo cómo mi corazón empieza a latir más rápido.

- ¿Sobre qué? - Sunny me mira, sus ojos cansados pero atentos.

Respiro hondo, preparándome para lo que voy a decir.

- ¿Te has planteado alguna vez que podríamos... mudarnos juntos? Bueno, prácticamente ya vivo aquí. 

Hay un silencio que se instala entre nosotros, un silencio incómodo que no esperaba. Sunny se queda mirándome, como si estuviera procesando lo que acabo de decir, pero sin saber cómo responder. El peso de sus responsabilidades en el bufete, la rivalidad con Ji-Hoo y su propio estrés parecen caer sobre él de golpe.

- Tae... no sé si es el momento. - dice finalmente, con la voz calmada pero firme. Se pasa la mano por el cabello, un gesto que hace cuando está nervioso.

- ¿Por qué no? - insisto, tratando de no sonar molesto, aunque el rechazo me duele más de lo que esperaba. No me atrevo a decirlo en voz alta, pero en mi interior esperaba que simplemente dijera que sí, que él también lo ha pensado, que está listo para dar ese paso conmigo.

- Es que... - Hace una pausa, mirando hacia la ventana por un momento, antes de volver sus ojos hacia mí. - Mi carrera ahora mismo es una prioridad. El ascenso a socio está cada vez más cerca, y si me lo proponen, va a implicar más tiempo en la oficina, más viajes, más reuniones. No sé si podría dedicarle a nuestra relación el tiempo que merece.

Mis manos se tensan, y aparto la mirada de él, mirando hacia el suelo. Siento una mezcla de decepción y frustración. Sé que su carrera es importante, lo sé. Pero no puedo evitar sentir que estoy en segundo plano, que siempre seré algo que viene después de su trabajo.

- Entiendo que tu carrera sea importante. - respondo, tratando de mantener la calma. - Pero nuestra relación también lo es, ¿no? Quiero que avancemos, Sunny. Quiero que demos el siguiente paso. No quiero seguir sintiendo que nos estamos moviendo en círculos.

Si (no) te hubiera conocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora