Es de noche, y la oscuridad se siente más pesada de lo normal. Estoy en el departamento, pero algo está mal, muy mal. La sensación de vacío me invade, y mi pecho se aprieta como si hubiera cometido un error irreversible. Las luces están apagadas, solo hay una tenue luz que entra desde la ventana, y cuando miro alrededor, veo restos de lo que parece haber sido una celebración. La mesa está puesta, velas apagadas, un pastel a medio cortar... todo está ahí, pero el ambiente es frío, casi hostil.
- Sunny... - digo en voz baja, como si el simple hecho de pronunciar su nombre pudiera traer algo de calma. Pero no hay respuesta. Solo silencio.
Siento que el tiempo se estira. Cada segundo se siente eterno mientras trato de entender qué pasó. Entonces, lo veo. Sunny está parado al lado de la ventana, dándome la espalda, con los brazos cruzados. No se mueve, no me mira, pero sé que está esperando algo, algo que probablemente no sé cómo darle.
- Sunny, ¿qué está pasando? - pregunto, dando un paso hacia él, mi voz temblorosa.
Finalmente, se gira, y su rostro... su rostro me parte el alma. Sus ojos están apagados, llenos de decepción y tristeza. No dice nada al principio, pero esa mirada me lo dice todo. Lo he arruinado. Siento que mi estómago se revuelve, como si una mano invisible lo estuviera retorciendo. Entonces habla, y su voz es baja, pero cargada de una mezcla de dolor y enojo.
- No te acuerdas, ¿verdad? - dice con amargura, su tono cortante como una cuchilla.
Me quedo congelado. Mis pensamientos se atropellan, tratando de entender a qué se refiere. Pero no lo sé. Me esfuerzo por recordar, por encontrar algún detalle que explique su reacción, pero todo es un borrón.
- ¿De qué hablas? - pregunto, sintiendo el pánico crecer dentro de mí.
Sunny deja escapar una risa seca, casi sin emoción.
- Nuestro aniversario, Tae. Hoy es nuestro aniversario de boda.
Me golpea como un tren. El aire se me escapa del pecho, y todo a mi alrededor parece tambalearse. ¿Cómo pude olvidarlo? El día más importante para nosotros, el día que significa todo... y lo olvidé. La culpa se instala en mi garganta, ahogándome. Intento hablar, pero las palabras no salen. Todo lo que puedo hacer es mirarlo, esperando que, de alguna forma, entienda lo mucho que lo lamento.
- Sunny, yo... no sé qué decir. Lo siento tanto. No fue intencional, he estado... he estado trabajando mucho y...
- ¿Trabajando? - me interrumpe, su tono volviéndose más agudo, casi hiriente. - ¿Eso es tu excusa? ¿Otra vez el trabajo, Tae? Siempre es el trabajo. ¿Sabes cuántas veces he tenido que escuchar eso? Y ahora... en nuestro aniversario.
Siento que mi corazón se hunde en el pecho. Cada palabra que dice es como una puñalada, porque sé que tiene razón. He estado tan absorbido por el trabajo, por los casos, por todo lo que me rodea, que dejé de lado lo más importante. A él.
- No quise... - intento decir, pero él me interrumpe de nuevo.
- ¿No quisiste? - repite, su voz temblando. - Tae, te esperé toda la noche. Preparé todo esto para nosotros. Quería hacer algo especial. Y tú... ni siquiera te diste cuenta. Ni siquiera pensaste en mí hoy.
Me siento impotente, pequeño. Quiero arreglarlo, quiero decir algo que lo alivie, pero cada vez que abro la boca, siento que solo empeoro las cosas.
-Lo sé, lo sé... -murmuro, frotándome la frente con frustración. - Lo arruiné, lo sé. Pero podemos... podemos hacer algo ahora, todavía estamos aquí. Podemos celebrarlo. Podemos...
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Si (no) te hubiera conocido
RomanceTae-ho, un joven abogado, despierta en un universo paralelo donde su esposo, Yong-sun, a quien perdió en un accidente de auto, sigue vivo, pero no lo conoce y no están casados. Decidido a acercarse a él, Tae-ho consigue un trabajo en el prestigioso...