Capítulo 17

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Es temprano en la mañana cuando Ji-hoo se acerca a mi escritorio, con esa expresión seria que rara vez usa conmigo. Me inclino sobre los papeles que tengo frente a mí, intentando ignorarlo, pero sé que no va a dejarlo pasar. Su presencia es imposible de ignorar, y antes de que pueda decir algo, él rompe el silencio.

- Tae, necesito hablar contigo. - dice, su tono más frío de lo usual. No es una petición, más bien una orden disfrazada de sugerencia.

Levanto la vista, sorprendido por su actitud. Lo miro con una ceja levantada, pero asiento, sabiendo que no tiene sentido discutir. Me levanto de la silla y lo sigo fuera de la oficina, hasta la terraza del edificio. El aire fresco de la mañana me golpea al salir, y por un momento me pregunto qué demonios está pasando.

Cuando llegamos a la terraza, Ji-hoo se detiene en seco y se gira hacia mí, con una mirada que no había visto en mucho tiempo, una mezcla de enojo y... decepción.

- ¿Desde cuándo eres tan cercano con el dictador? - me suelta, sin rodeos. Su voz está cargada de reproche, como si acabara de descubrir una traición personal.

Parpadeo, confundido por la intensidad de su tono.

- ¿Qué? - respondo, sin entender del todo a qué se refiere.

- No te hagas el tonto, Tae. Sabes perfectamente de qué hablo. - continúa, visiblemente molesto-. Yong-sun. El dictador. ¿Desde cuándo están tan cercanos? Se suponía que estabas de mi lado.

Ah, claro. Sunny. Lo que menos me esperaba era tener que lidiar con los celos de Ji-hoo tan temprano en la mañana, y mucho menos por algo tan insignificante. Suspiro, cruzándome de brazos, intentando mantener la calma.

- ¿De tu lado? - replico, sintiendo un leve malestar ante su acusación. - Esto no es una guerra, Ji-hoo. Estamos en un trabajo, no en la escuela. Me parece una tontería que estés tan preocupado por eso. Somos adultos.

Veo cómo su expresión se endurece aún más, como si mis palabras le hubieran dado justo en el orgullo. No me importa. Esto es absurdo, y no voy a jugar este juego infantil. Pero él no parece dispuesto a dejarlo pasar.

- No lo entiendes. - dice, sacudiendo la cabeza con frustración. - No puedo creer que estés dispuesto a pasar tiempo con él. Después de todo lo que me ha hecho pasar. Es arrogante, odioso... y mírate, ahí estás, comiendo con él, trabajando juntos como si nada.

Miro hacia otro lado, sintiendo una mezcla de incomodidad y cansancio. Ji-hoo siempre ha sido un poco dramático, pero esto... esto es demasiado. Me cruzo de brazos, intentando encontrar las palabras adecuadas para hacerle entender lo ridículo que suena.

- Ji-hoo, de verdad... no es tan malo. Solo es tímido, un poco difícil de acercarse al principio, pero... no es lo que piensas. No es el villano de esta historia.

- ¿Tímido? - escupe, como si la palabra fuera una ofensa personal. - Tae, no puedes estar hablando en serio. Él siempre ha sido un cabrón conmigo. No puedo creer que estés defendiendo a alguien así. Se supone que somos amigos, y en vez de apoyarme, te pones de su lado.

Me siento atrapado en una conversación que no quiero tener. No es que quiera tomar partido en algo tan infantil, pero la forma en que Ji-hoo habla de Sunny, como si fuera un monstruo, me molesta más de lo que debería. Me paso una mano por el pelo, suspirando.

- Mira, sé que las cosas entre ustedes no son buenas. - admito, intentando ser razonable. - Pero eso no significa que tenga que elegir bandos. No somos niños. Trabajamos en el mismo lugar, y tengo que llevarme bien con él. No es una traición a nuestra amistad, Ji-hoo. Simplemente... estamos en situaciones diferentes.

Si (no) te hubiera conocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora