Si (no) te hubiera conocido

Capítulo 15

Estoy sentado en la habitación del hotel, mirando a Sunny mientras se prepara para su gran noche. La inauguración de su primera exposición en Seúl está a solo unas horas. Lo observo desde la cama, mientras ajusta su traje frente al espejo, concentrado en cada detalle. Aunque su rostro está tranquilo, conozco ese brillo en sus ojos; está nervioso. Y con razón. Esta es una de las noches más importantes de su vida, y aunque sé que lo va a hacer increíble, no puedo evitar notar lo que no dice, lo que evita mencionar: su padre.

Hace unos años, su madre falleció, y su ausencia dejó un vacío en él que nunca ha podido llenar. Ella fue su apoyo más grande, la única persona de su familia que creyó en su futuro como fotógrafo desde el principio. Pero su padre... su padre nunca lo entendió. Nunca apoyó su decisión de dejar Harvard, ni mucho menos su relación conmigo. Y ahora, en un momento tan importante para Sunny, su familia no estará allí. O al menos, eso es lo que él cree.

- Mi única familia eres tú, Tae. - me dice a menudo, como si eso fuera suficiente. Pero sé que no lo es. No realmente. No puedo soportar verlo tan dolido, fingiendo que todo está bien cuando sé que en el fondo, aún anhela la reconciliación con su padre.

Me levanto de la cama y me acerco a él. Le rodeo la cintura con los brazos, apoyando mi cabeza en su espalda. Siento cómo su respiración se calma un poco cuando me acerco.

- ¿Estás nervioso? - le pregunto en voz baja, sabiendo la respuesta.

- Un poco. - admite, aunque su tono intenta sonar despreocupado. - Pero estoy bien, cariño. Esta noche va a ser perfecta.

Me giro para mirarlo a los ojos a través del espejo. No puedo evitar la sensación de que falta algo, que esta noche no será perfecta a menos que esté completa. Y sé lo que tengo que hacer.

- Voy a salir un momento. - le digo, soltando su cintura lentamente.

- ¿Salir? - me mira con el ceño fruncido, sorprendido. - Tae, la inauguración es en dos horas. ¿Adónde vas?

- Volveré pronto, no te preocupes. - le sonrío y me acerco para darle un beso rápido en los labios antes de que pueda seguir cuestionándome. - Confía en mí.

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Cuando llego a la casa del padre de Sunny, la tensión en mis hombros es palpable. No es la primera vez que estoy aquí, pero sí la primera que lo hago sin Sunny a mi lado. Estoy a punto de enfrentarme a un hombre que nunca me ha visto como alguien digno de su hijo. Respiro hondo, reuniendo el valor antes de tocar el timbre.

La puerta se abre lentamente, y ahí está él: el padre de Sunny, alto, con su porte rígido y la misma mirada severa que siempre ha dirigido hacia mí. Me recibe con una ceja levantada, la sorpresa cruzando brevemente su rostro antes de borrarse.

- ¿Tú? - su tono es seco, casi despectivo, pero su curiosidad es evidente. - ¿Qué haces aquí?

Tomo aire antes de responder.

- Vine a hablar sobre Sunny. - digo, directo al punto. - Necesito que vaya a su exposición esta noche.

Su expresión cambia de sorpresa a frialdad. Me mira como si mi pedido fuera ridículo, como si no entendiera por qué haría algo así.

- Ya sabes lo que pienso sobre eso. - su tono es tajante, definitivo. - No lo voy a apoyar. Esa "exposición" no tiene nada que ver con la vida que yo quería para él. Fotografía... Eso no es una carrera.

Sus palabras me enfurecen, pero me controlo. He venido aquí por Sunny, no para discutir. Aunque cada fibra de mi ser quiere gritarle, me obligo a respirar hondo y a mantener la calma.