Capítulo 15

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César Parra:
Hoy era el primer día de los 30 días que habíamos acordado con Mónica, quería hacerlo especial aunque sabía que ella estaría bastante ocupada.
Lo primero que hice al despertar fue escribirle a Mónica un mensaje de buenos días, me comentó que no había desayunado aún y ya era algo tarde así que decidí mandarle un panini de pollo y papas. También le compré un pequeño ramo de flores muy bonito y la invité a cenar quiero que se dé cuenta de lo mucho que la quiero con estos pequeños detalles y cumplir el objetivo que es conquistarla.

Me vestí así

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Me vestí así. Ya eran las 7:30 y quería pasar comprando unos chocolates para mi chula, quiero llenarla de detalles, me subí a mi carro, manejé hacia la tienda y le compré esto.

Manejé hacia su departamento y cuando estaba abajo le dije que ya me encontraba ahí, estaba un poco nervioso ya que en verdad quiero que noté que estoy enamorado de ella, venía caminando hacia el carro se miraba hermosa

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Manejé hacia su departamento y cuando estaba abajo le dije que ya me encontraba ahí, estaba un poco nervioso ya que en verdad quiero que noté que estoy enamorado de ella, venía caminando hacia el carro se miraba hermosa.

( sin los lentes, ya que era de noche)

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( sin los lentes, ya que era de noche)

Mónica: hola César -dijo abriendo la puerta del carro y sentándose del lado del copiloto-
César: hola preciosa, mira te traje esto -dije dándolo los chocolates- no está demás decirte que te ves hermosa nena.
Mónica: -con las mejillas sonrojadas- muchas gracias César no te hubieras molestado, tú también te ves guapo la noche de hoy.
César: gracias hermosa, lista?
Mónica: claro, ya tengo hambre.

Maneja hasta Richter Roll Sushi Home, ya que sabía que Mónica le encantaba este lugar, a decir verdad el suchi no me encanta, pero por ver feliz a Mónica hago lo que sea. Bajamos del carro y nos adentramos al restaurante nos otorgaron una mesa para dos personas.

Mónica: me encanta este lugar César, gracias por traerme -dijo sonriendo y dándome un
beso cerca de comisura de mis labios- que vas a pedir?  -esto a lo que me refiero al consentir a Mónica, recibir casi un beso en este momento me aceleró el corazón-
Cesar: creo que un mar y tierra preciosa, tu que quieres? -dije viéndola, ella miraba concentrada el menú-
Mónica: no sé qué elegir, todo me gusta -dijo pensativa- creo que será unos rollos empanizados con camarón.
César: perfecto, entonces pidamos.

El mesero nos tomó la orden y esperamos aproximadamente 15 minutos en que nos trajeran nuestros platos, veía la expresión molesta en el rostro de Mónica y es donde me percaté que ya tenía bastante hambre.

César: tienes hambre veda chula?
Mónica: si es que no como desde la mañana, lo último fue el panini que me enviaste César.
Cuando exactamente Mónica terminó de decir eso los platos ya estaban en la mesa y empezamos a comer.
César: como es que sabes usar los palillos? Nunca he podido hacerlo -mentí pero quería que me enseñara para poder tomar su mano-
Mónica: es bien fácil, quieres que te enseñe? -pregunto, sonreí con satisfacción ya que había resultado lo que pensé-
César: a ver muéstrame -lo estuve intentando "fallidamente" un par de veces y ya que solo la quería tener cerca, después de esto terminamos de comer entre risas y pláticas-

César: voy a pagar y nos vamos preciosa.
Mónica: César déjame ayudarte con la cuenta por favor -dijo sacando la billetera de su bolsa-
César: no nena yo te invité no quiero que me ayudes en nada -me paré de forma apresurada y me acerqué al cajero para pagar, Mónica venía detrás de mí, sonreí al ver que la cuenta estaba saldada, empecé a caminar hacia afuera, abrí la puerta para Mónica y ya fuera del local la tome de mano-
César: y ahora muñeca, que quieres hacer? -íbamos caminando por la plaza donde estaba el suchi-
Mónica: vamos por un postre, pero me dejas invitarlo si? -se puso frente a mí e hizo un puchero-
En verdad no quería que Mónica me invitara pero quise aprovechar la situación y le dije lo siguiente.
César: claro nena, con una condición
Mónica: dime cuál?
César: que me des un beso -dije con una sonrisa pícara, Mónica me observaba y soltó una risita nerviosa-
Mónica: está bien pues, solo porque me invitaste a suchi.
Ella cerró los ojos justo antes de que nuestros labios se encontraran, fue un beso suave como una brisa de verano, apenas un toque que transmitía más de mil palabras, era un beso delicado lleno de ternura y si en este momento fue cuando me percaté, estaba perdidamente enamorado de Mónica, la amaba.

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