Capítulo 33

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César Parra:

Mi ama me había mandado unos mensajes pidiéndome favor de que le comprara algunas cosas para hacer una lasaña y nos invitó a cenar a la casa.
Estaba terminando de pagar en la caja del supermercado, agarré las cosas y me dirigí hacia mi carro a guardar las compras. Luego de esto le mandé mensaje a mi hermano mayor para ver si podía venir por mi carro y yo me iría en la camioneta de mi mujer para mi casa él aceptó y solo me dijo que lo esperara unos minutos, así que decidí subir a la boutique para ayudar a cerrar.
Iba subiendo las gradas, cuando me percaté que por la parte de enfrente no había nadie en la boutique, pensé que las clientas de Mónica vendrían pero al parecer no.
Iba entrando cuando escuché que mi novia estaba hablando con alguien en la parte del baño, pero se escuchaba angustiada, asustada, con mucho miedo, aún no entendía lo que pasaba, hasta que la vi salir en ropa interior del baño, su labio estaba sangrando, el pelo lo tenía despeinado, sus mejillas estaban llenas de lágrimas, cuando ella iba saliendo del baño el maldito de Juanpa venía detrás de ella, con el pantalón desabrochado, alcanzándola y tomándola del cabello. Ahí fue cuando entendí que este cabron estaba tratando de tomar a mi mujer por la fuerza.
César: qué crees que haces -dije caminado hacia el y tomándolo por el cuello de su camiseta, me abalancé sobre él y empecé a golpearlo, no podía pensar, me sentía culpable, yo no debí de dejar sola a mi mujer sabiendo que este imbecil la deseaba, la ira controlaba mi cuerpo, estaba cegado, me sentía culpable, el dolor en mis nudillos era lo que menos importaba, solo podía ver la cara de este maldito imbecil deformarse gracias a mis golpes. A lo lejos escuchaba los gritos de mi novia pidiéndome que pare de golpearlo pero no podía hacerlo. Hasta que sentí a alguien que tomó mis brazos con fuerza, quitándome de encima de este maldito.
Cristhian: César no mames, los vas a matar -el piso estaba lleno de sangre, la gente miraba fuera de la boutique lo que estaba pasando, Vanessa tenía abrazada a mi novio, quien lloraba intensamente en su pecho.
César: este animal quiso aprovecharse de mi mujer Cristhian, déjame matarlo -dije tratando de abalanzarme nuevamente sobre el, quien estaba tirado en el suelo con el rostro lleno de sangre.
Cristhian: a ver César ya estuvo, lo vas a matar, piensa en las consecuencias cabron, Mónica te necesita.
Para esto Mónica y Vanessa estaban dentro del baño, mi novia estaba en ropa interior aún. Cuando Cristhian la mencionó solo quise abrazarla, besarla, hacerla sentir protegida.
Me dirigí hacia el baño donde aún estaba abrazada de Vanessa llorando, cuando me vio automáticamente saltó a mis brazos.
Mónica: Cé..sar grac...Gracias por salvarme...mi amorr... no.. no se... que hubiera sido de mi -ella me abrazaba fuertemente y no podía parar de llorar, yo también ya tenía lágrimas en los ojos, odiaba verla así.
César: discúlpame por dejarte sola mi reina -tome su rostro en mis manos y la bese, ella se quejó ya que tenía su labio partido.
Cristhian sacó a Juan Pablo de la boutique, el como pudo se subió a su camioneta y se fue.
Agarramos los más cómodo que encontramos en la boutique y se lo puse a mi mujer, ella aún estaba en shock. La cargué hacia su camioneta, Cristhian se llevó mi carro y Vanessa el carro de mi hermano. En el camino hacia mi casa mi novia aún seguía llorando, su cuerpo temblaba y en verdad estaba muy asustada.
Llegamos y bajé a Mónica cargada, ella solo escondía su cara en mi pecho y sollozaba en el.
Yo llevaba toda mi camiseta llena de sangre y mis nudillos también. Primero entró mi hermano y mi cuñada y luego seguí yo con mi mujer en mis brazos, mi familia al vernos se conmocionaron.
Ramón: pero que fue lo que pasó? -deposite a mi novia en el sofá de la sala pero aún seguía abrazada a mi y con su cara metida en mi cuello.
Paola: hijo que pasó? Por qué vienen así? Mira estas lleno de sangre César -mi mamá ya tenía los ojos rojos.
Lilian y Luna ya estaban llorando y Carlos solo miraba esperando una respuesta.
César: el proveedor de la boutique de Mónica intentó abusar de ella.
Todos se sorprendieron y fue evidente que les afectó.
Lilian: queeee? Ese cabron, prima estás bien? Que fue lo que ese estúpido te hizo?
Mónica sacó su cara de mi cuello y todos se dieron cuenta que la había golpeado.
Paola: mija tengo que curarte eso, se va a poner peor.
Mi novia tenía su labio abierto, su pómulo estaba morado, tenía marcas en el cuello y una que otra mordida.
Con todo el dolor de mi corazón la solté y mi mamá la llevó hacia su habitación, junto con todas la chicas.
Yo me quedé con mi papá y mis hermanos, quienes me ayudaron a limpiar mis nudillos, después fui hacia mi habitación y tomé una ducha, salí con un pants puesto y fue hacia la habitación de mi mamá donde estaban curando a mi novia.
Ya estaba un poco más tranquila, ya no estaba llorando pero aún se veía el miedo en sus ojos, mi mamá desinfecto cada una de sus heridas, por las cuales Mónica se quejaba constantemente.

Mónica Griego:

Jamás había sentido tanto pánico en mi vida, ese animal quiso aprovecharse de mí y gracias al cielo César apareció a tiempo, pero casi lo mata a golpes, y eso es lo que más me preocupa que César salga perjudicado por todo esto, ya que es una figura pública. Fuimos hacia su casa en donde Paola me curo y las plebes me dieron apoyo, luego de esto fuimos a la habitación de César, donde tome una ducha y él me presto una pijama de Paola para poder estar más cómoda.
Estaba recostada sobre la cama cuando sentí el peso de mi novio depositado en la misma.
César: mira como te dejo ese tipo, discúlpame por no estar ahí mi reina -sus ojos se llenaron de lágrimas, él también estaba asustado y se veía culpable.
Mónica: tú me salvaste mi amor, gracias por llegar, no imagino que hubiera pasado si tú no llegas -estaba muerta de miedo.
César: esto no volverá a pasar mi reina, te lo prometo -dijo para luego depositar un beso en mi frente.
Escuchamos como alguien tocó la puerta de la habitación y era Paola diciéndonos que bajemos a comer, aunque no tenía hambre yo sé que preocuparía a César sino comía así que bajamos a comer, después de esto regresamos a la habitación y lavamos nuestros dientes, nos acostamos y me acomodé en los brazos de mi novio por fin sintiéndome segura. Así fue como me quedé dormida.

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