Capítulo 51

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César Parra:

Me sentía molesto, abrumado e impotente, pero porque? En verdad tenía muchas ganas de tener un hijo? Quería que Mónica estuviera embarazada? Me hubiera gustado?
Esas y muchas más preguntas pasaban por mi cabeza, había manejado aproximadamente por una hora y solo podía pensar en el enojo tan grande que sentía.
Tenía 20 llamadas de Mónica y 10 mensajes diciéndome que habláramos, no respondí a ninguno, no quería ser grosero con ella, me sentía tan confundido ya que sobre mi enojo estaba el querer estar con mi mujer.
Creo que el pensar que me iba a ocultar algo tan importante me dolía. Me estacioné fuera de una gasolinera y me bajé a comprar un par de botellas, una de tequila y otra de whisky.

Ya eran las 2:10 de la mañana y yo seguía fuera de esta gasolinera, ya me había bebido las dos botellas yo solo y la verdad me sentía algo borracho, tomé mi teléfono y por estúpido y sin razón alguna marqué el número de Elizabeth.
Que estaba pensando? Yo no quería lastimar a mi mujer, pero el alcohol me estaba haciendo perder el control de mis actos.

LLAMADA 📞

Elizabeth: bueno? César porque me llamas? -dijo adormecida- está todo bien?
César: disculpa gorda -dije para luego colgar el teléfono. 📞

Minutos después la gorda llamó nuevamente, no conteste las primeras dos llamadas, pero luego contesté nuevamente, me preguntó que porque estaba borracho y que donde estaba que ella vendría por mí. La gorda no le llegaba ni a los talones a Mónica, sin embargo, yo no estaba buscando tener sexo con ella, solo quería conversar con una amiga.
20 min después ella había llegado en Uber, me bajé de mi carro y la abracé, empecé a llorar por todo lo que tenía guardado y ella me subió a mi carro y nos fuimos directo hacia su departamento, GRAN ERROR.

Mónica Griego:

Eran las 7:15 de la mañana, cuando me desperté buscando a César por toda la cama, él no estaba ahí, no había llegado a dormir a casa.
Una preocupación grande me invadió ya que no había contestado mis llamadas ni mensajes, decidí buscar por toda la casa, quizás había dormido en otro cuarto, pero aún así no lo encontré, le escribí a Carlos y a Cristhian para saber sino se encontraban ahí y ellos contestaron de que seguro estaba con mi suegra.
Después de esto me metí a bañar y arreglar ya que tenía citas pendientes en el estudio.

No me gusta pelear con César, quiero que estemos bien así que decidí hacer un desayuno, lo dejé sobre la barra con una nota

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No me gusta pelear con César, quiero que estemos bien así que decidí hacer un desayuno, lo dejé sobre la barra con una nota.
NOTA: buenos días amor, espero te agrede el desayuno que dejé para ti, no quiero pelear contigo. Te amo y te extrañé toda la noche flaco.
Lo dejé sobre la barra y me fui para la plaza donde se encuentra la boutique y el estudio, me sentía algo cansada y con un poco de náusea, pero nada grave, solamente pasé comprando un café, así transcurrió la mañana, me sentí muy sola ya que César aún no había contestado mis mensajes y no sabía nada de él.

César Parra:

Mi cabeza dolía intensamente, tenía la boca seca y me dolía la nuca.
Eran las 3:09 cuando abrí mis ojos lentamente y me percaté de donde estaba, era evidente que no estaba en mi casa junto con mi mujer.
Me paré rápidamente de la cama en donde estaba, no tenía mi camiseta puesta la cual busqué y no encontré.
Elizabeth: buenos días César -dijo entrando a la habitación.
César: no mames no -dije con angustia y desesperación, empecé a caminar por la habitación- que vrgas hago acá gorda?
Elizabeth: tranquilo César -dijo tratando de acercarse a mi, pero me hice para atrás, a mi cabeza venían muchas escenarios en los cuales había engañado a mi mujer de mil maneras diferentes, el miedo invadía mi cuerpo, no quería perderla.
César: no mames gorda, no me digas que tuvimos sexo? - pregunté horrorizado.
Elizabeth: no mames César! No pasó nada entre nosotros.
César: entonces que vrgas hago acá? -grite.
Ella solo me miró con un semblante serio, soltó un suspiro y me empezó a explicar lo que había sucedido, fue ahí donde me acordé de todo y aún sigo sin entender porque la llame a ella y no a alguno de mis hermanos.
Elizabeth: y tu camiseta la tuve que poner a lavar porque te vomitaste todo wey -estaba sorprendido de que entre ella y yo no haya sucedido nada- no te creas la última coca del desierto, hace mucho entendí que Mónica y tú se aman y nada me costaba ayudarte anoche César, tranquilo.
César: gracias gorda -dije para luego darle un abrazo, ponerme mi camiseta y zapatos. Salí del departamento de la gorda, me subí a mi carro sintiéndome un poco culpable por haber buscado a la gorda, pero agradecido porque no pasó nada entre nosotros. Ya me sentía más tranquila y lo único que deseaba en este momento era reconciliarme con mi mujer.
Pase comprando un ramo de rosas y me dirigí hacia mi casa. Cuando llegué ahí, la camioneta de mi chula no estaba estacionada afuera, no sabía dónde estaba ya que mi teléfono estaba apagado, entré a la casa y fui hacia la cocina y me percaté de lo que había sobre la barra.
NOTA: buenos días amor, espero te agrede el desayuno que dejé para ti, no quiero pelear contigo. Te amo y te extrañé toda la noche flaco.
Me sentí un poco miserable, porque a pesar que entre la gorda y yo no había pasado nada, yo la busqué y sé que eso se da a muchas malas interpretaciones.

Mónica Griego:

Estaba terminando de realizar una aplicación de pestañas, cuando una llamada entré a mi teléfono, era la secretaria del consultorio de la Dra. Smith, pidiéndome que me presentara urgentemente al consultorio ya que ya tenían mis resultados. Afortunadamente esta era la última clienta que tenía durante la tarde, así que cerré el estudio y la boutique un poco más temprano.

No les voy a negar que si me asusté por la urgencia con que la doctora quería verme, pero así me fui para el consultorio.
Dra. Smith: Mónica que bueno que si pudiste venir -dijo con una gran sonrisa.
Mónica: sí doctora, le soy sincera, estoy un poco nerviosa por lo que están en esos resultados, tengo algo malo? Estoy enferma?
Dra. Smith: pues por el momento si te vas a sentir más cansada de lo normal y vas a tener muchas náuseas y mareos, pero es pasajero -dijo con una sonrisa.
Mónica: qué pasa doctora? -pregunté con curiosidad.
Dra. Smith: felicidades Mónica, estás embarazada.
Mónica: queeee? Pero si la prueba que me hice ayer salió negativa -ya sentía que las lágrimas estaban saliendo por mis ojos, me sentía tan feliz, César y yo seríamos padres.
Dra. Smith: esas pruebas siempre tiene algún margen de error, aparte de los estudios que te realicé ayer quisiera hacerte otros para saber cómo se encuentra tu bebé.
Mónica: si doctora muchas gracias.
Dra. Smith: quieres conocer a ese pequeño o pequeña? -yo asentí con la cabeza, no podía dejar de llorar, era una felicidad inmensa, lo único que quería era contarle a César, me recosté sobre la camilla y descubrí mi vientre- mira ahí está -dijo señalando la pantalla donde se podía ver una pequeña silueta.
Mónica: por dios está tan pequeño -dije con una gran sonrisa.
Dra. Smith: tienes 5 semanas de embarazo Mónica felicidades.

Después de ver a mi bebé, la doctora me dio una receta con diferentes medicinas y una fotografía de mi bebé.

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My soulmate 🤍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora