Un alma gemela es una persona con la que sientes una afinidad y empatía profunda, especialmente en un sentido amoroso.
César: La amo tanto que daría mi vida por ella.
Mónica: Realmente es el amor de mi vida.
Eran las 6:00 a.m. me había despertado temprano ya que le tenía una gran sorpresa a Mónica, hoy se cumplen los 30 días exactos, hoy le pediré a Mónica que sea mi novia. Me desperté temprano ya que había alquilado un pequeño jardín el cual tenía que decorar, mis hermanos me van a ayudar y también vamos a cantarle a Mónica. Primero la iba a llevar a cenar, así que manos a la obra, le compré un ramo de rosas. Había alquilado una habitación de hotel para pasar la noche juntos, ya todo estaba planeado espero que todo salga a la perfección.
Transcurrió el día y ya eran las 7:30 de la noche, pasé por Mónica al departamento, se miraba preciosa.
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Llegamos al restaurante y ordenamos nuestra comida, pasamos un ameno momento hasta que decidí mandarle mensaje a mis hermanos de que ya era hora. Invité a Mónica hacia el jardín que estaba decorando así.
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Mis hermanos estaban a un lado y empezamos a cantar la de Creo estar soñando, cuando termine de cantar me acerqué hacia ella con un ramo de rosas en las manos.
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César: chula quiero empezar agradeciéndote por darme la oportunidad de conquistarte, quiero pasar el resto de mi vida junto a ti. ¿Quieres ser mi novia? -le preguntó con una sonrisa. Mónica: obviamente quiero ser tu novia César -la tomé de la cintura y la acerqué hacia mis labios, nos dimos un beso lento lleno de ternura. Todos nos felicitaron, estuvimos bailando un poco y dándonos besos, definitivamente la amo.
César: amor, te tengo otra sorpresa -le dije con una sonrisa. Mónica: ah siiiii? Dime cuál es? César: te voy a vendar los ojos -dije sacando una bufanda de la guatera del carro, ya nos encontrábamos en el estacionamiento. Le vende los ojos y conduje hasta el hotel, no quiero hacerme ver como que si estuviera aprovechando la situación, pero en verdad deseaba estar con ella y si ella me da la oportunidad esta noche, voy a ser el hombre más feliz.
Monica Griego:
Todo lo que César había preparado para mí esta noche estaba precioso, me había pedido ser su novia y obviamente acepté. Una última sorpresa nos espera, César vendo mis ojos y caminos por unos minutos, al quitarme la bufanda de mis ojos me percaté que estábamos dentro de una habitación de hotel muy elegante, estaba adornado así.
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Voltee a verlo sorprendida ya que no esperaba que sucediera el día de hoy, pero a decir verdad César y yo nos deseamos y ambos queríamos que esto sucediera. César: mi amor esta noche quiero que sea especial para ambos -dijo tomando mis manos- solo quiero saber si me permites compartir nuestro amor, quiero hacerte mía -me todo por la cintura y me acerco hacia sus labios. Mónica: nada te detiene mi amor -dije cerrando ese apasionado beso.
Los labios de César recorren desde mi oreja hasta mi cuello dejando besos cálidos, una de sus manos busca el cierre de mi vestido y lo baja lentamente y pieza va cayendo por mi cuerpo, quedó solamente en tanga de encaje blanca que llevaba puesta. César: me encantas preciosa -dijo cargándome por la piernas y sentándose en la orilla de la cama mientras nos besamos. Aprieta mis glúteos y eso me hace soltar un leve gemido, todo está siendo perfecto. Pasó mis manos por sus hombros para quitar su chaqueta, seguimos besándonos cada vez más intenso.
Desabroche cada botón de su camisa mientras César soltaba mi cabello y besaba mi cuello nuevamente. Se separó de mí y admiro por unos momentos mi cuerpo sobre el suyo.
César: eres hermosa Mónica y eres mía, solamente mía -dijo para luego recostarme en la cama poniéndose sobre mí sin dejar caer todo su peso. Nos besamos con pasión, ternura, deseo y sobre todo con amor, como pude desabroche su cinturón, el quitó sus zapatos y bajo su pantalón. Solamente dos prendas estaban de por medio. César tocaba mis senos y los disfrutaba de gran manera, yo solamente podía gemir ante su roce, empezó a descender por mi cuerpo, hasta que estuvo frente a mi parte íntima. Bajo mi ropa interior con suavidad para después hundir su nariz en mi entrepierna. César: hueles delicioso -susurro- no puedo resistir a probarte. Pasó la lengua por mi centro ya empapado haciendo retorcerme de placer y continuó lamiendo y chupando mi clitoris, me estaba haciendo llegar. César estaba demasiado excitado, quité su boxer y automáticamente el rozó nuestro sexos. Entrelazó nuestras manos por arriba de mi cabeza, estaba completamente a su disposición. Cesar: quiero que me veas a los ojos cuando te haga mía mi amor. -poco a poco lo sentí entrar en mi, era grande, el roce de nuestros cuerpos me había echo soltar un profundo gemido lo cual provocó más a mi precioso novio. César: nena, estás deliciosa -dijo entre gemidos, ahogándose en mi interior. Sus movimientos seguían mientras cada vez sentía más placer y satisfacción. Mónica: te amo César -dije ahogando un gemido mientras besaba sus labios. César: vamos a llegar juntos preciosa -dijo mordiendo mi barbilla, esto solo fue un detonante para que ambos llegáramos a la cima. César: te amo mi amor, gracias por compartir esto conmigo -dijo mirándome a los ojos detenidamente y con ternura. Mónica: te amo flaquito.
César Parra:
Haberla tenido había sido lo mejor de la noche para mí, es hermosa, su cuerpo es perfecto. Se acomodó en mi pecho y nos acurrucamos dentro de la sábanas bese su cabello y le dije cuánto la amaba mientras ella se quedaba dormida en mi pecho. Ahí fue donde recordé, que no habíamos usado protección, mierda.
