Capítulo 45

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César Parra:

Mi mujer estaba sobre mi, cabalgándome de una manera sutil, me recibía todo dentro de ella, sus pechos me deleitan y sus gemidos hacen que me excite más. Devoró sus labios y ella adentro sus dedos en mi cabello para jalarlo suavemente y morder mi labio.
César: vamos nena, un poco más rápido -dije agitado, ella se desliza sobre mi miembro y gime fuertemente, segundos después llega al clímax de una manera deliciosa. Hacía falta mi liberación así que sin salir de ella la tomé fuerte de la cintura y la recosté en la cama, para poder penetrarla algunas veces más, fue ahí donde llegué a la cima.

Recargué mi cabeza sobre su pecho, mientras intentábamos llevar aire a nuestros pulmones, ella deposito un sutil beso en mi cuello y susurra.
Mónica: te amo -sacó su rostro de mi cuello y me vio directamente a los ojos.
César: te amo nena -ella sonríe y me besa- gracias por todo lo que hemos vivido, eres el amor de mi vida.
Mónica: también eres el amor de mi vida César -comienza a besarme de nuevo, la conexión que tenemos y todo lo que me hace sentir, provoca que tengamos un segundo encuentro para deleitarnos uno del otro. Después de hacerle el amor por segunda vez, se recuesta sobre mi pecho y nos quedamos dormidos nuevamente.

Eran las 11:13 de la mañana cuando escuché que mi teléfono estaba sonando.
César: alo -contesté adormitado.
Carlos: no mames wey sigues dormido?
César: estoy descansando mamon, que quieres? -Mónica se removió un poco sobre mi pecho y se dio la vuelta para dejarme ver sus deliciosos glúteos desnudos.
Carlos: estoy afuera de tu casa, quiero hablarte de algo.
César: ya voy pues -dije colgando el teléfono y dándome la vuelta para poder abrazar a Mónica de la cintura- nena, Carlos está afuera voy a bajar si?
Mónica: mjm, bajo en un rato -dijo adormecida.

Me puse mi boxer y un pants negro, baje las escaleras y quité los seguros de la puerta de la entrada.
Carlos: que pedo perrillo, porque andas tan sexy?
César: que ocupas que me vienes a despertar?
Carlos: ah pinche popreno, como ya vives en mi privada te sientes la gran cosa -dijo dándome un pequeño empujón y si es así, hace dos semana que estoy viviendo con mi chula, desde que regresamos del viaje.
César: no seas mamon -dije riéndome.
Carlos: ya vez que ya viene el cumpleaños del Cristhian y estábamos platicando con la Lilian y queremos ver si nos vamos a un viaje familiar.
César: me parece wey, a donde quieren ir?
Carlos: estábamos pensando ir a las cabañas donde nos llevaron las plebes para nuestro cumpleaños, pero las que están más adentro, qué piensas?
César: jalo, cuando nos vamos?
Carlos: mañana temprano.

Estuvimos platicando un poco más y luego Mónica bajó a hacer el desayuno y Carlos se quedó con nosotros conversando.

Le platiqué a mi chula lo que habíamos planeado y estábamos haciendo maletas, ya todos estábamos listos para mañana.

A la mañana siguiente nos levantamos temprano y duchamos y nos fuimos a la privada de mi mamá.
Íbamos en diferentes carros, iba Paola, Ramón, Lilian y mi sobrino, en el carro de mis papás, Luna, Vanessa y Cristhian en el carro de mi hermano mayor, Mónica, Carlos y yo en la camioneta de mi chula.
En la carretera íbamos en caravana uno tras otro, nosotros éramos los primeros, Carlos iba de copiloto y yo iba manejando Mónica iba atrás. Todo estaba tranquilo.
Mónica: oye amor, no podemos pasar comprando unas chips?
César: si preciosa vamos, Carlos háblale a los demás para que paren en la gasolinera que está acá derecho.
Mi gemelo aviso, nos bajamos a la tienda, compramos algunas golosinas y comida y luego agarramos camino de nuevo.
Carlos: estoy cansado plebes, me voy a dormir un rato -dijo para acomodar el sillón del copiloto y quitarse el cinturón.
Mónica: no mames wey ponte el pinche cinturón.
Carlos: solo me dormiré un rato cuñada.

Yo iba manejando, cuando de pronto vi que al carro de enfrente se le poncho una llanta y empezó a descontrolarse por la carretera esto hizo que yo también me descontrolara y por la velocidad a la que iba manejando, la camioneta se volcó, dando varias vueltas en el aire. Explotaron las bolsas de aire y cuando voltee a ver Carlos no estaba en el asiento del copiloto. Quedamos varados sobre la carretera el techo de la camioneta estaba sobre el pavimento y Mónica estaba inconsciente. La desesperación me llevó a otros límites, no sabía dónde estaba Carlos, veía a Mónica sangrar por la cabeza y como pude desabroche mi cinturón y salí de la camioneta.
Cristhian: César César!!! Estás bien wey que pasó?? -Me sostuvo por mis brazos.
Mi nariz estaba sangrando mi cabeza estaba en blanco, me dolían las costillas.
Paola: mijo estás bien? Dónde está el Carlos? Y la Mónica?
Mis oídos estaban pitando, mi cabeza dolía fuertemente.
Escuché el grito de mi papá, pidiéndole a Lilian y a la luna quedarse dentro del carro, Vanessa estaba cargando a mi sobrino mientras mi cuñada y mi hermana se abrazaban.
César: Carlos no está dentro de la camioneta apa, búsquenlo -grité, mi corazón estaba acelerado, tenía que ayudar a Mónica a salir de la camioneta- Cristhian ayúdame, Mónica esta adentro aún.
Cristhian y yo tratábamos de abrir las puertas de la camioneta pero no lo estábamos logrando, mis papás buscaban a mi gemelo y Lilian se había desmayado por la impresión.
Gracias a la desesperación de todo lo que estaba ocurriendo, empecé a pegarle a la ventada de la camioneta para sacar a mi chula. Estaba tan asustado, tanto por ella como por Carlos.
Mi mano ya estaba sangrando y solo podía escuchar las sirenas de las ambulancias llegando al lugar.
Encontraron a mi gemelo sobre el pavimento con la cabeza sangrando e inconsciente, estaba muy lastimado, después los bomberos abrieron la puerta de la camioneta para sacar a mi chula, también estaba inconsciente.
También se llevaron a mi cuñada quien estaba desmayada y yo me subí a la ambulancia donde iba mi gemelo, ya que yo también estaba lastimado.
Todo estaba pasando demasiado rápido, tomé la mano de Carlos y le supliqué que no me dejara, las lágrimas corrían por mis ojos y solo podía pedirle a Dios que no me quite a las personas que más amo en el mundo.
Llegamos al hospital y rápidamente ingresaron a Carlos a una cirugía ya que su cerebro estaba muy inflamado por el golpe que se dio.
Mónica seguía inconsciente, estaba lastimada y al parecer tenía una fuerte contusión.
Yo tenía dos costillas rotas, dos de mis dedos estaban quebrados y mi mano sangraba. Tenía uno que otro golpe en el rostro.
A Lilian se le había bajado la presión y estaba en observación.
Mis papás y hermanos estaban preocupados en la sala de espera.
Yo me estaba muriendo por saber que iba a suceder, el miedo invadió mi cuerpo.

My soulmate 🤍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora