Capítulo 34

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Mónica Griego:

Eran las 7:13 de la mañana y sentía muchas ganas de hacer pipí, César me tenía abrazada de la cintura.
Mónica: amor quiero hacer pis -dije tratando de safarme de sus brazos y el no me soltaba.
César: quiero abrazarte un poco más nena -dijo adormitado.
Mónica: luego vengo si? Solo iré al baño mi amor -César me soltó y camine hacia el baño, hice mis necesidades y me acerqué a lavar mis manos y luego mis dientes, cuando levanté la mirada había el espejo vi mi rostro.
Mónica: ay por Dios! -exclamé casi gritando.
César: qué pasó nena? Estás bien? -dijo parándose rápidamente de la cama.
Mónica: mira como me dejó ese animal -dije ya llorando, tenía el rostro levemente hinchado y morado, mi labio también estaba inflamado y tenía marcas en mi cuello de las manos de Juan Pablo.
César: muñeca yo sé que no te gusta como se ven, pero se quitarán -dijo tomado mi cintura y me tocó como que si fuera una muñeca de porcelana.
Mónica: yo sé que se quitará pero se ve horrible César -mi novio solo me miraba con compasión.
César: tú maquillas hermoso mi amor, seguro que podrás taparlo, no es que le quiera restar importancia a lo que te hizo ese tipejo, pero te prometo que nunca volverás a pasar algo así.
Mónica: me preocupa que salgas perjudicado en los medios amor, ustedes no son de polémicas.
César: no te preocupes princesa seguro los medios entenderán -dijo para unir sus labios con los míos.
Una guerra entre su lengua y la mia para permitir el paso, sus manos sobre mis caderas bajaban a mis muslos y me impulsó para que rodeara su cadera con mis piernas poniéndome sobre el lavamanos.
César apretada más mi cuerpo contra el suyo, sentí su mano recorrer mi espalda debajo de mi blusa, su erección ya se hacía presente y la apretaba contra mis muslos. Poco a poco fue quitando mi blusa me besaba el cuello y parte de mis hombros, hasta que llego a una mordida de las que Juan Pablo me había dado.
Un gemido de dolor salió de mis labios.
César: perdóname nena, no fue mi intención -dijo desesperado y angustiado.
Mónica: está bien bebe -dije volviendo hacia sus labios y llevando mi mano hacia su erección para poder estimularlo mejor, él automáticamente tomó mi mano y no dejó que lo besara- que pasa?
César: muñeca no me siento cómodo.
Mónica: porque César? Te da asco que otro hombre me haya tocado? -realmente no sé porque dije eso, solo salió de mi boca porque me sentí rechazada, por la cara de César supe que lo había lastimado.
César: como te atreves a decir eso? No quiero que pienses así, solo no quiero que recuerdes lo que pasó ayer mientras estamos juntos nena, solo quiero cuidarte y que lo hagamos hasta que te sientas segura.
Mónica: perdóname flaco, solo que en verdad quiero estar contigo, solo quiero que tú me toques, que tú me beses, soy solamente tuya y me siento segura ahora.
César: de verdad te sientes segura mi amor?
Mónica: si César, quiero que me hagas el amor -en verdad lo necesitaba, quería borrar lo que había pasado con ese tipo y quien mejor que César para ayudarme.

Nuevamente volvimos a besarnos, César me cargo hacia la habitación y me recostó cuidadosamente sobre la cama, con una mano empezó a masajear mis pechos mientras la otra recorría mis piernas. Quito el pantalón de mi pijama y yo quité su pants, solamente teníamos nuestra ropa interior.
Quito mi calzón, y descendió hasta estar entre mis piernas, pasaba la lengua por mi centro haciéndome gemir levemente ya que no quería que los demás escucharan. César seguía dándome placer mientras yo metía mis manos en su cabello, estaba chupando mi clitoris mientras metía dos dedos en mi, ya casi estaba llegando a la cima, cuando el saco sus dedos y bajos sus bóxers, sacó un condon de la mesita de noche y lo puso sobre su erección.
César: lista -preguntó acomodándose entre mis piernas.
Mónica: para ti siempre estoy lista mi amor -fue ahí donde entro levemente en mi, me embestía lentamente mientras me decía cuánto me ama y fue así como hicimos él amor hasta quedarnos dormidos nuevamente.

Ya habían pasado dos semanas desde lo que había pasado con Juan Pablo, no iba mucho a la boutique solamente cuando era necesario y con la compañía de César, ya tenía otra proveedora su nombre era Camila. Iba manejando hacia el restaurante donde había quedado de almorzar con Carlos, me comentó que le urgía hablar conmigo y que necesitaba mi ayuda.

Mónica: hola cuñado, llevas mucho esperando? -pregunté para luego darle un beso en la mejilla en forma de saludo.
Carlos: no no, como has estado, ya mejor?
Mónica: si muchas gracias por preguntar, mi novio me cuida muy bien -dije sonriendo.
Pedimos algo de comer mientras hablábamos del embarazo de mi prima y de lo feliz que Carlos se encuentra.
Carlos: oye quiero tu opinión sobre algo.
Mónica; a ver dime
Carlos: quiero pedirle a Lilian que sea mi esposa, pero me da miedo que ella piense que lo hago por el bebé -dice con pena.
Mónica: no creo que mi prima piense eso cuñado.
Carlos: ya llevamos tres años juntos y la verdad es que ya estaba en mis planes pedirle su mano pero la cigüeña se adelantó.
Mónica: no te preocupes cuñado, yo sé que Lilian te dará el sí -Carlos me sonrió y estuvimos hablando de cómo se lo diría, planeamos algo para que el fin de semana se llevara a cabo nuestro plan y me enseñó algunos estilos de los anillos que tenía en mente.

Después de esto nos dirigimos a comprarlo y era un anillo precioso.

Luego de eso me pidió que eligiera un vestido para mi prima Lilian para que lo usara esa misma noche, todo estaba planeado para este sábado, con la excusa que los plebes grabarían un video ostentosos en un restaurante elegante, así Lilian no sospe...

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Luego de eso me pidió que eligiera un vestido para mi prima Lilian para que lo usara esa misma noche, todo estaba planeado para este sábado, con la excusa que los plebes grabarían un video ostentosos en un restaurante elegante, así Lilian no sospecharía nada.

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