Capítulo 27

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Cristhian Parra:

Mi corazón se aceleraba mientras entendía las palabra de Kike tratando de explicar lo que había pasado. No había traición, no había falsedad. Todo lo que soy le pertenece a ella, desde el primer momento en que la vi. A veces la vida nos pone pruebas absurdas, mal entendidos que empeñan lo que es real pero la verdad es simple. Nunca le fui infiel y jamás lo haría, nunca dudé de mis sentimientos la amo, la adoro, es el amor de mi vida y con quien quiero compartir el resto de ella. Me estacioné fuera del recinto de departamentos en donde vivía mi mujer, había comprado un ramo grande de rosas rojas, sus favoritas, me dirigí con seguridad hacia su depa y ella me abrió, cuando me vio automáticamente quiso cerrar la puerta yo se lo impedí poniendo mi pie, no me importa no la iba a dejar ir.

Vanessa Meza:

Cuando vi que Cristhian estaba fuera de mi apartamento con unas rosas mi corazón se aceleró y mariposas en mi estómago revolotearon a pesar de eso, intenté cerrar la puerta, él no me lo permitió, me suplico que le diera la oportunidad de escucharlo que ya todo estaba claro y que me iba a explicar cómo fueron las cosas. Me acordé de lo que había hablado con Lilian y estaba dispuesta a escucharlo.

Me explicó a detalle lo que había sucedido, Kike se acostó con ella, él no me había traicionado. Me tiré sobre el, me cargo por las piernas y nos estábamos besando apasionadamente, todo estaba arreglado, él era mío y yo quería que me hiciera suya en estos momentos. Hicimos el amor y nos juramos fidelidad. Lo amo tanto, es el amor de mi vida.

César Parra:

Hoy se cumplieron 20 días de 30, había planeado una cita romántica en una terraza en el centro de Phoenix. Estaba nervioso ya que sólo quedaban 10 días más para decirle a Mónica que fuera mi novia.
Le dije que iba a pasar a su departamento a las 8:00 de la noche, estaba terminando de alistarme ya que eran las 7:40, ya iba un poco tarde a traer a mi preciosa. La noche prometía mucho ya que había comprado un pequeño anillo para mí futura novia.

Salí de mi casa y me subí a mi carro manejé hacia su departamento y le puse un mensaje indicándole que ya me encontraba afuera

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Salí de mi casa y me subí a mi carro manejé hacia su departamento y le puse un mensaje indicándole que ya me encontraba afuera. Mónica se miraba realmente preciosa en serio admiro su belleza, su cabello largo y negro sus ojos claros que me cautivaron desde el primer momento en que la vi, en serio estoy enamorado de ella.

Mónica: hola guapo -dijo dándome un beso en la mejilla y entrando al carro.
César: hola preciosa, estás deslumbrante esta noche. -ella sonrió con las mejillas sonrojadas- estás lista? -le pregunté mirándole a los ojos, ella asintió gustosa. Conduje hasta el restaurante el cual tenía una hermosa terraza. Mónica en el camino miraba hacia todos lados dentro del carro como buscando algo así que me imagino que estaba buscando sus flores lo que ella no sabía es que ya estaban en el restaurante.
Entramos a éste y la dirigía hacia la terraza, había alquilado solamente este espacio para que ella se diera cuenta de lo mucho que puedo hacer por ella y consentirla.
Mónica: César me encanta el lugar, está hermoso muchas gracias.
César: quiero que te des cuenta chula cuánto te quiero y que me tienes muy enamorado.

Nos dirigimos hacia la mesa y en esta había un gran ramo de rosas rojas Mónica se quedó asombrada ya que era un ramo bastante grande. En estos días siempre le había dado un ramo mediano o pequeño pero este superaba a los demás.
Mónica: oh My God Cesar! Está precioso! Muchas gracias.

Transcurrió la noche entre risas y miradas coquetas estaba muy nervioso sentía en mi corazón que era el momento oportuno para decirle a Mónica que fuera mi novia, sin embargo, no estaba preparado como me gustaría para pedirle eso. A pesar de eso disfrutamos de la noche.

Estamos terminando de comer el postre, me sentía pleno Mónica era una gran compañía y me hacía muy feliz compartir mi tiempo con ella.
César: oye chula -dije llamando su atención, ella volteó a verme- te compré algo -ella me miró con atención ya que saqué la pequeña caja de la bolsa de mi chaqueta, abrió grande los ojos cuando entendió de qué se trataba- no te asustes preciosa -dije con gracia- te quiero regalar este anillo como símbolo del comienzo de nuestra historia, nunca olvidaré que la primera vez que te vi mi corazón se aceleró al mil por hora, eres una mujer extraordinaria, me encanta como te dedicas a lo que te gusta y eres perseverante para lograr tus metas. Necesito tanto de tu amor que lo quiero toda la vida este solo es el comienzo y por eso, no hay duda que en mi corazón eres la persona con la quiero pasar el resto de mi vida, prometo cambiar este anillo más adelante por uno de compromiso, pero por ahora solo quiero demostrarte que mi corazón es completamente tuyo nena, Te amo.
Mónica: César, en ti he encontrado un refugio, un puerto seguro donde mi alma descansa, te admiro por lo que eres y estoy tan agradecida porque eres el hombre que siempre soñé para mí, cumples con todas mis expectativas y gracias por esforzarte. Al principio creí que esto no iba a funcionar, que siempre habría alguien más en tu vida, pero hoy me doy cuenta de lo mucho que me amas. No hay rincón en mi corazón que no esté lleno de ti, de cada palabra, de cada gesto, cada susurro. Quiero que seas mi compañero mi amor y no puedo evitar sentir que al encontrarte, he encontrado la parte de mí que siempre faltó.
Estoy enamorada profundamente de ti y recibo este anillo con el significado que esta historia de amor no tendrá un fin. Te amo César Parra -dijo devorando mis labios en un beso lleno de amor.

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