Vanesa había elegido la cama de abajo, esto por solo dos razones. Solía ser muy inquieta al dormir y no quería arriesgarse a caer desde esa altura. Por otro lado, no había ninguna razón más simple que porque Tom estaba exactamente acomodado en la cama de su lado.
Michelle se había ubicado en la cama que estaba sobre la suya con un poco de vergüenza, no se sentía realmente cómoda en aquel lugar, pero sí agradecía no haber tenido que pasar esas noches en una cabaña fría, como lo había hecho los dos años anteriores. En esta cabaña, muy por el contrario, estaba muy bien calefaccionado y tenía sábanas limpias y secas.
Cuando Vanesa acabó en su lado, tomó sus bolsos y los dejó a un rincón con cuidado, quitando del interior de estos las cosas más importantes y dejándolas sobre un pequeño mueble asignado para sus pertenencias.
Estaba agotada, y la voz emocionada de Georg le era molesta. Él estaba ansioso por ir de una buena vez a darse un chapuzón, así que obligando a Michelle a cubrirse los ojos si no quería ver un espectáculo nudista, se cambió rápidamente y partió. Vanesa ya estaba media dormida sobre la cama, así que no le dio mayor importancia a lo que hacía el resto.
—Vanesa, ¿te quedarás aquí? —La inconfundible voz de su mejor amigo susurrándole en la oreja fue como un fuerte y doloroso golpe bajo.
Dentro de la habitación ya no había nadie más a parte de ellos dos, y oírlo de aquella manera le hacía desear darse la media vuelta y atraparlo entre sus brazos para mantenerlo ahí. Estaba muriéndose por volver a besarlo, no importaban las consecuencias, quizás podría hacerlo y luego ignorarlo, como si nunca hubiese sucedido. Ya lo había hecho una vez, y a pesar de todo Vanesa no estaba arrepentida.
Eso era lo que debía hacer, y buscaría también una nueva ocasión para poder hablar con él a solas y comentarle algunas cosas. Ella necesitaba sincerarse con él.
Entonces se volteó con la esperanza de encontrarlo inclinado sobre su cuerpo para que solo tuviese que alzar los brazos y apresarlo entre ellos. Pero Tom no estaba ahí, y la puerta se cerró de golpe, exaltándola. Él acababa de irse, y ella estaba sola, no había alcanzado ni siquiera a contestarle.
.
—Son casi las doce, ha estado dormida desde que llegamos. —Georg sacudió su cabello humedecido y apretó a su cuerpo la toalla que lo envolvía. Había sido realmente horrible salir de las temperadas aguas en compañía de Tom solo para regresar a la cabaña y despertar a la pelirroja, quien dormía como un tronco, hasta roncaba.
—Vamos, sacúdela entonces, ya quiero regresar.
—Llevas toda la mañana metido bajo el agua. ¿No te aburres? Acabarás como una pasa por la noche si sigues así. —Georg se encogió de hombros y se sentó sobre la cama utilizada por Tom, observando fijamente a Vanesa, quien dormía con la boca semi abierta y respiraba como si le faltara el aire, tan relajada que le dio incluso lastima tener que despertarla.
—No te acerques mucho que puede tragarte. —Tom rió disimuladamente y se sentó junto a ella, observándola en silencio—. ¿Por qué no vamos y la dejamos ahí? Es hora de que tú también entres al agua.
—Sabes que lo odio, además está muy helado.
—No, lo que tú tienes es un puto complejo. Eres muy idiota, Kaulitz. Vamos, ¿es que nunca has entrado al mar o un lago? Hay hombres y mujeres realmente obesos que se muestran creyéndose los seres más sensuales de la tierra ¿y tú te acomplejas por estar flaco?
—Cállate, no es eso, no sabes nada.
—Soy tu amigo, te conozco.
—Cállate.
—Vas a entrar a esas malditas piscinas quieras hacerlo o no… de hecho, estoy seguro de que te mueres por hacerlo, pero eres demasiado imbécil. ¿Has visto lo gordo que Sam está? Pero ni a él ni a nadie le importa. Tienes que quererte a ti mismo, entonces da igual cómo te veas porque siempre te sentirás fabuloso, así como yo. —Georg se puso de pie y sacudió su cabello. Tom se rió despacio—. Vamos, por algo te has puesto traje de baño, y aunque sea en bolas yo voy a meterte bajo el agua. Solo prepárate. —El castaño salió triunfante, dejándole a su amigo el arduo trabajo de despertar a la pelirroja, quien más bien parecía un oso invernando.
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Mi Nerd Favorito.
RomanceTom no era el típico chico popular de la escuela que tenía cientos de amigos y chicas rendidas a sus pies. Él tenía un algo que lo hacía especial y muy diferente a todos quienes lo rodeaban. Lo único malo era que eso simplemente Vanesa podía notarlo...