—Tomy. —Vanesa ardió de celos.
Elisa era alta, uno o dos años mayor que ella. Era demasiado delgada, tanto que Vanesa se sintió gorda a su lado. Aun así, Elisa no se veía mal, muy por el contrario, era sumamente guapa. Se veía mayor, y lo era, debía tener unos diecisiete años. Vanesa tenía apenas quince. Se notaba que era una chica mayor, ya no parecía una niña. Su cabello castaño claro le llegaba a las caderas y estaba perfectamente planchado. Vanesa sintió que su cabello se parecía al de un espantapájaros al lado del de ella. Los enormes y claros ojos de la chica llamaban la atención y sus mejillas sonrojadas no pasaban desapercibidas. Seguro Tom sí se fijaba en ella.
—¿Qué? —Tom parecía tan despreocupado ante su presencia. La observaba como lo hacía con cualquier otra persona. Seguro que estaba acostumbrado a su presencia.
—Es que yo quería hablar contigo.
—Claro. —Cuando Tom le sonrió, Vanesa enfureció y se plantó frente a su amigo con posesión.
—Estamos hablando algo importante. —Vanesa oyó la disimulada risa de Tom a su espalda pero no le dio importancia. Elisa la miró hacia abajo con desprecio—. Luego tendrá tiempo para ti.
—¿A sí? —La castaña alzó su pecho y ladeó la cabeza. No parecía alguien presumida, pero en ese momento era hora de sacar todas las herramientas. Era claro que estaban luchando. Vanesa ya la había estudiado muchas veces antes, ella era una chica humilde y sencilla, pero que también conocía su enorme potencial y sabía lo atractiva que era. Así que se mantuvo en su lugar con seguridad. Elisa, al igual que Vanesa, sentía celos.
Tom y ella se conocían hacía más de cinco años y nunca habían podido crear una amistad como la que él tenía con la pelirroja. Tenía envidia de ella.
—Ah, bueno, Elisa. ¿Me esperas? Hablamos luego.
—Es que... Tom. —Ella ignoró a Vanesa y simplemente se acercó a él, dejando a la pelirroja de lado—. Es rápido, solo quería decirte algo. Sé que eres mi amigo hace mucho y esto te parecerá extraño, pero necesito que me escuches.
Vanesa entró en pánico. Esa mirada, Elisa se lo comía con los ojos a y Tom no lo notaba. ¡Qué estúpido, qué ingenuo!
Él nunca imaginaría que era tan codiciado. Quizás los ñoños estaban de moda.
Elisa no quería hacer así las cosas, pero ya que veía que alguien se había interpuesto en su camino, las cosas serían rápidas. Ella sabía que a Vanesa le gustaba Tom, pero no iba a quitárselo así. No lo merecía.
—Te escucho entonces, no te preocupes por Vanesa, puede oírlo.
La pelirroja alzó ambas cejas y se rió en la cara de Elisa. Pero ella no perdía tan fácilmente, y luego de hacerle un gesto de desprecio a su contrincante, tomó las mejillas de Tom entre sus manos y lo besó.
Tom no supo cómo reaccionar, eso era demasiado. Todo era demasiado.
¿Qué les pasaba a todas? ¿Por qué lo besaban? Quizás era su cabello, quizás el cabello largo atraía a las mujeres. No, eso no era posible... Pero entonces,¿cómo lo hacía Georg? ¡No podía ser nada más!
De haberlo sabido antes.
Elisa sintió como todo se revolvía dentro de su estómago, y cuando supo que Tom no podría corresponderle por la sorpresa, se apartó.
—Tom, me gustas, me gustas mucho. No te aterres, es en serio. Es así desde hace mucho tiempo y quiero que... —ella se sonrojó—, me gustaría que me dieras una oportunidad.
Vanesa ahogó un sollozo, cubrió su boca y sus ojos se llenaron de lágrimas. Tom ni siquiera se percató de sus actos, estaba pálido, estaba confundido y aturdido. Elisa y él estaban sonrojados, y ella de pronto olvidó a Vanesa y bajó la mirada muy nerviosa.
—Yo...
—Tom, no me digas que no... por favor —él no supo qué contestar.
¿Qué pasaba si le decía que si? Ella era atractiva, mucho, Tom siempre lo había creído, pero todo lo había tomado por sorpresa.
Aunque quizás no tendría nada de malo. Su orgullo y autoestima recibieron un tirón. Al parecer no era tan feo como pensaba, y su cabello largo le estaba ayudando.
Era sumamente increíble, y luego de reír nervioso recordó a su amiga. A penas giró su cabeza para mirar a Vanesa, esta se volteó y salió rápidamente del lugar, impidiendo que él viese sus lágrimas, que viese su dolor.
Luego hablarían, necesitaban sentarse y conversar tranquilos. Estaba seguro de que Vanesa lo comprendería. Su amistad era muy importante para él y no quería perderla, pero ahora que sabía que le gustaba a una chica, y si decidía darle una oportunidad, no podía seguir juntando con Vanesa como lo habían estado haciendo.

ESTÁS LEYENDO
Mi Nerd Favorito.
RomanceTom no era el típico chico popular de la escuela que tenía cientos de amigos y chicas rendidas a sus pies. Él tenía un algo que lo hacía especial y muy diferente a todos quienes lo rodeaban. Lo único malo era que eso simplemente Vanesa podía notarlo...