Luego de tomar el móvil que había dejado bajo su almohada, apagó las luces y se recostó bajo las mantas de su cama. Estaba cansada y sentía los ojos pesados. Diana ya se había dormido hacía una hora. Vanesa había luchado consigo misma un par de minutos, no se había atrevido a llamarlo, así que decidió optar por escribirle.
No estaba preparada aún para no recibir una respuesta, pero era la única oportunidad que tenía.
"Tom, no me odies, por favor. Yo no quería que te fueras así realmente, pero me sentía molesta. Solo espero que me perdones por haberte hablado de esa forma, estoy demasiado enojada conmigo misma por haber hecho esto. Me importas demasiado como para no intentar arreglar las cosas."
Luego de darle enviar, Vanesa dejó el móvil bajo su almohada y cerró los ojos. Supuso que Tom ya estaría dormido, así que se relajó. No esperaba una respuesta de su parte, pero luego de pasados unos quince minutos, su móvil comenzó a vibrar.
Ella se exaltó y rebuscó el aparato. Él le había contestado.
"Lamento haber tardado, estaba duchándome.
Y claro que no te odio, muy por el contrario, yo creí que eras tú quien ya no quería saber más de mí. Supongo que también tengo que disculparme... y no sé aún qué decirte, solo me alegro de que no estés deseando matarme ahora."
Vanesa no supo si reír o comenzar a llorar nuevamente. Pero le hacía demasiado feliz que Tom no estuviese odiándola. Ella lo quería demasiado para aceptarlo.
"De todas formas, me arrepiento por haberte echado a ti toda la culpa. Simplemente estaba harta de sentir que no querías que yo estuviese cerca de ti, o de que te incomodaba mucho mi compañía por todo lo que ha pasado. Yo solo quería que me dijeras la verdad, nada más. Fuese la que fuese, iba a tener que aceptarla."
"¿La verdad? No hay ninguna verdad a parte de la que ya sabes. Simplemente yo no estoy seguro de cómo es que debo actuar ahora... supongo que sería un poco absurdo que ambos continuásemos como siempre, cuando somos conscientes de... eso, tú sabes. Aún no encontraba la manera de comenzar a hacer las cosas... simplemente es eso."
Ella lo había supuesto, Michelle, Natalie, ellas se lo habían dicho, pero ella se había desesperado, se había sentido demasiado mal. Quizás deseó que todo sucediera muy rápido, pero ya casi había pasado un mes, eso para ella había sido suficiente... No para Tom. No aún.
La única egoísta era ella.
"Tom, tú no eres egoísta, ¿vale? No sé porqué dije eso, la única que sí lo es soy yo. Ahora, supongo que lo único que quiero es que todo vuelva a ser como antes, realmente no quiero hacerte sentir incómodo o presionado. Dejemos las cosas así... somos amigos y te quiero."
"Los amigos no suelen besarse... y yo quiero hacer eso ahora. Así que supongo que es un poco complicado que algo vuelva a ser como antes después de lo que ha padado.
Qué lástima que tú lo quieras, porque yo no, pero me cuesta mucho controlar mis propias emociones."
Vanesa no supo qué cosa contestar. Ella también estaba deseando besarlo con todas sus fuerzas.
"Creo que ahora, con toda razón, puedo decir que la única culpa de que no nos hayamos besado es tuya. No te molestes por decirte esto... por lo menos, sé consciente de que yo también quiero hacerlo... y seguro que si no estuviese acostada ya, iría de inmediato a tu casa por un beso de buenas noches. =)
Duerme bien."
"Duerme bien"
Esa fue su única corta respuesta, pero para Vanesa fue suficiente.
Volvió a dejar su móvil bajo la almohada y suspiró mientras intentaba dormir. Algo se removió dentro de su estómago. Aquel mensaje de Tom la había dejado sin respiración.
Tom era muy complicado, al menos había tratado de ser sincero con ella y Vanesa sabía él también se sentía atraído por ella pero no sabía cómo demostrarlo. Por suerte, ella ya tenía las cosas claras, y en tres días sería su cumpleaños, el mejor momento para que pudiesen hablar a solas y sin interrupción. Esperaba que Tom no se hubiese olvidado.
Él se lo había prometido.

ESTÁS LEYENDO
Mi Nerd Favorito.
Storie d'amoreTom no era el típico chico popular de la escuela que tenía cientos de amigos y chicas rendidas a sus pies. Él tenía un algo que lo hacía especial y muy diferente a todos quienes lo rodeaban. Lo único malo era que eso simplemente Vanesa podía notarlo...