C I N C O

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18 de octubre del 2018

💚✨Perfectos maldosos✨💚

—Bueno, pues... —. Mario se levantó de la banca de piedra en la que nos sentamos hacía cinco minutos—. Luego hablamos.

—¡Sí! ¡Cuando tú quieras! —le dije emocionada, viendo su delgada figura alejándose de mí.

Pero él no volteó para ver mi entusiasta despedida. Él no me sonrió cuando supo que era yo quién le escribía cartas de amor anónimas. Pareciera que ese misterio se le arruinó apenas me vio la cara. Mi sonrisa se fue borrando conforme me di cuenta que no le agradé, y que, probablemente, no pasaría nada entre nosotros.

Al llegar al salón para contarles a mis amigas, hubo una chica que pareció prestarme más atención que al principio. Las pecas en su rostro se tiñeron de un oscuro gris, y su cabello café claro, dándole casi a un rubio miel, caía sobre su rostro enojado. Caminó delante de mí en busca de su amiga más cercana, y a cuchicheos se comunicaron. Unos minutos después, Susan junto con su amiga se ponen en la esquina del salón, y como si tuvieran megáfonos instalados en sus bocas, comenzaron a hablar:

—¿A poco? —. La sorpresa de la amiga de Susan me hizo voltear hacia ellas.

—¡Sí! ¡Le gusto a Mario! —. Su sentencia me hizo tragar la saliva con pesadez. Mis amigas dejaron de hablar de Shawn Mendes, y solo dedicaron su mirada a mis ojos desorbitados.

—Jamás creí que eso pasara —le dijo su amiga, viéndome para corroborar si estaba escuchando—. Oh, disculpa ¿te interesa algo de nuestra plática?

—No, yo solo...

—¿A poco creías que Mario se iba a fijar en alguien como tú? —. Y en ese momento, Susan me dio el primer insulto de los miles que soporté—: A él le gustan las chicas delgadas, ah sí, y que bailen bien.

Quise salir llorando como en las películas, pero me aguanté. Cargar con el rechazo de Mario, y ahora con lo que Susan me dijo con alevosía y ventaja, me estaba matando porque creí que le agradaba. Mis amigas intentaron callarla, intentaron animarme, pero de la tristeza caí en una gripe casi mortal todo el fin de semana siguiente.

Así comenzó el infierno.

Y todo porque tuve la mala suerte de enamorarme del mismo chico que Susan quería.

Primero fueron indirectas hirientes metiéndose con mi peso (que estaba en su punto ideal, pero parecía agradarles hacerme sentir que no si no se me veían las costillas), después de metieron con brazos bofos, que quedaron así por una extrema pérdida de peso  cuando por poco enfermé de Salmonella. Siguieron con mis dientes, con mi cabello y con mi falda
larga que me llegaba más abajo de la rodilla.

Después, parecía que el hecho de ser amiga de Amy, me había contagiado del virus tan asqueroso del bullyng. Ahora no solo a ella le decían tonta, o que no aportaba nada a la clase, ahora era a las tres. Cualquier cosa que dijéramos en clase era razón de burla o de fastidio, ganándonos una carcajada dolorosa o un abucheo colectivo.

Nadie se salvaba de los perfectos maldosos. Ellos también tenían muchísimos defectos, ellos también tenían cosas que reprochar. Pero nadie decía nada. Ni siquiera los profesores.

De un insulto, llegaron las bromas pesadas: encontrábamos nuestros cuadernos pisados una vez llegábamos del descanso, nuestro lunch era escondido, y a mí, una vez, me lo quitaron para dárselo a un perro y lo grabaron para enseñármelo después.

Parece que no llegó a los extremos de golpes o esas cosas que tanto advierten en televisión. Pero sí que fue acoso, un acoso que a las tres nos dejó marcadas.

Pero había una solución. Había una sola forma de dejar atrás todo el bullying, y esa era dejar de ser amiga de Amy.

Pero eso nunca iba a pasar.

💜💚Datos curiosos💜💚

1- Mario le rompió a Lena la carta de despedida que le hizo después del rechazo, y se la envió por una de sus amigas.

2- Mario no le hizo caso a ninguna de las dos amigas bullies.

3- Perfectos maldosos, si alguno de ustedes me está leyendo, dejen de hacer la mierda que hacen. No saben el daño que hace una "broma inocente" a un pobre joven que apenas está construyendo su personalidad.

4- Los profesores jamás hicieron nada para detener el acoso. Se excusaban diciendo que eran bromas de niños.

MoonCat IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora