22 de noviembre del 2021
💚✨La primera ola✨💚
Lena actual:
Aquel noviembre del 2021 había sido el peor mes del año. Tomando en cuenta mi mala relación con la comida, y el hecho de odiarme por no cumplir los criterios de belleza que se mostraban en redes sociales, mi autoestima, en ese entonces, estaba por los suelos. Además, en ese mismo año y con periodos de tiempo muy cortos entre sí, todas mis mascotas habían muerto.
Mis cuatro tortugas fallecieron, una a una, las encontraba sin vida y sin una razón aparente. Y el remate, fue mi perro, con el que había pasado once años de mi vida.El mundo externo e interno parecía caerse a pedazos, y sentía que no tenía control de nada de lo que me pasaba. Por mas que intenté recuperarme de cada caída, me hundía cada vez más en el hoyo profundo de la tristeza y la ansiedad causada por la pandemia. Pero en ese momento, de lo único que me sentía segura, y con el control, era mi relación con Pablo.
Tenía en mente que mientras yo hiciera lo posible para que él no dejara de amarme, podría retener lo único estable en mi vida hasta ese momento. Como he narrado en los capítulos anteriores, la valentía y mis características "charlas para arreglar las cosas" se convirtieron en una sumisión no muy saludable solo para no perderlo. Él podría tratarme como la mierda, y yo, hasta podría agradecerle. Era capaz de todo para que, la persona que más amaba en la vida, no se fuera de mi lado.
Ese veintidós de noviembre, me encontré escuchando viejas canciones de Danny Ocean, las mismas canciones con las que me había enamorado de Pablo. Recordé nuestros inicios, y cómo su llegada a mi vida me había hecho tan feliz. Me sentía afortunada de tener a un novio como él, porque comencé a recordar cada uno de los momentos preciados que mantenía en mi corazón, como la vez que estuvo para mí cuando Susan sobrepasó mis límites, el cómo me había apoyado en mi sueño de la caligrafía, en cada beso y en cada abrazo que me habían hecho sentir como en casa. Cerré los ojos, dejándome arrullar por los violines de "Cuando me acerco a ti", agradeciéndole a Dios por haberme dado la oportunidad de amarlo.
Al terminar mi momento nostálgico, sentí la enorme necesidad de hacerle saber lo que sentía, pero me detuve. Esa noche no habíamos hecho videollamada, y mi solución para expresarle todo lo bonito que sentía por él, eran los mensajes de voz. Estuve delante del celular, abriendo y cancelando la opción de graba, porque tenía miedo:
Después de que su promesa acerca de nuestro cambio en la relación, sobre la próxima cercanía que tendríamos y el cariño de su parte que nunca llegó, él había sobrepasado los límites de crueldad. Noviembre fue el mes donde Pablo se convirtió en una versión malévola de sí; arrogante, poco tolerable a la frustración que yo le causaba, indiferente a mi dolor, egoista al tomar decisiones que nos perjudicaba a ambos, en fin, un joven cruel. Y yo, creyendo que con "el poder de mi amor" lo cambiaría, no desistí en ser la mujer más melosa del mundo.
Pero había un problema: mientras yo fuese más amorosa, él más distante se comportaba.
Paralizada enfrente del celular, en lo que único que pensaba era en su posible rechazo a mis agradecimientos de haber llegado a mi vida. Tenía tanto miedo que no me respondiera como yo esperaba, tenía tanto miedo a que al fin se hartara de mis palabras cursis, sí, le temía a todo él. Pero Corazón, un poco insistente, alentó a decirle lo que él quería comunicarle, y así, comencé a hablarle por notas de voz, expresándole lo cuánto que lo amaba:
—... En verdad, Clean, no sabes lo feliz que me has hecho. Sin ti, creo que en estos momentos de mi vida, no podría estar de pie. Gracias por cada pequeña cosa que has hecho por mí, gracias por haber llevado a mi vida, gracias por existir, mi amor. No sabes lo cuánto que te adoro, y lo mucho que temo perderte. Tu actitud tan indiferente me preocupa, y temo a que no reacciones bien a estos audios. Así que te pido que seas amable, parece que no entiendo, pero quiero hacerte saber que te adoro, y que muero por estar junto a ti. Ya no puedo esperar más a que entremos a clases, no me importa hacer amigos, no me importa nada. Solo quiero estar contigo, a toda hora, en todo momento. Muero por verte, Clean, ¿vendrás en Navidad? Te amo, en serio, te amo desde el fondo de mi alma.
Ese diálogo se extendió unos tres minutos más de los dos que ya llevaba. Llorando, le expresé que sin su presencia, básicamente yo estaría en otro mundo. Al terminar, suspiré y esperé a que él los escuchara. Pero algo sucedió, algún enchufe de mi cerebro se desconectó, y pronto empecé a sentir un pánico terrible.
Ya los está escuchando, pero no me dice nada. ¿Y si fueron muchos audios? ¿Y si dije algo que lo molestó? Debí de haber sido muy intensa, a él no le gusta que le demuestre el amor así a veces. Dios mío, ya terminó de escucharlos, ¿por qué no me dice nada? ¿Y si se quedó dormido? ¿Y si le marco para que despierte? ¿Por qué no me dice nada, por qué?
A los diez minutos que Pablo reprodujo mis audios, no pude evitar enviarle mensajes algo invasivos, pero controlados por el mismo pánico que sentía de haberlo hartado con mi azúcar. Le envié como once, preguntándole si había dicho algo malo, le pedía que olvidara lo que había escuchado si así fue, que eso no se volvería a repetir. Que me perdonara, le suplicaba un perdón ante mi intensidad.
Temblando, comencé a llorar otra vez, porque él solo me dejaba en visto. Y cuando respondió, no lo hizo de la mejor manera:Pablo
11:35 pm
Lena, tus audios no duran un minuto ¿sí? Apenas los estoy escuchando bien. Hablas a susurros y no te entiendo nada.Lena
11:35 pm
Perdóname, puedes oírlos mañana si estás muy cansado. Si quieres ya no los escuches, solo te decía que estaba agradecida por tu llegada, es todo.Pablo
11:40 pm
Creo que estás agrandando las cosas, Lena. Si entramos a la escuela es para conocer a más gente, no tengo por qué limitarme a estar contigo. He estado pensando mucho las cosas estos días.Lena
11:40 pm
¿Y qué pensaste? Perdóname si te harté con esos audios, de verdad...Pablo
11:43 pm
Ya no estoy seguro de querer un futuro a tu lado.Aquel mensaje nocturno, detonó un cierre imposible de impedir. Al leerlo, comprendí que no me importaban las veces que yo le rogara a la luna para que Pablo volviera a amarme, no importaban las oraciones antes de dormir, no importaba nada de lo que hiciera para mantenerlo conmigo: él ya no me amaba.
Me encantaría decir que nuestra relación terminó esa noche. Pero no. A los pocos días las cosas volvieron a la rutina: con algunas promesas baratas me pudo retener a su lado, con algunas pruebas de arrepentimiento me convenció sobre su amor infinito hacia mi.
Pero lo que él no sabía, es que con ese mensaje con el me torturé por semanas, había desencadenado la primera ola de un huracán: me hizo dudar sobre si yo también quería un futuro a su lado.
Él no lo supo nunca. Pero con ese mensaje, terminó por enterrar el poco amor puro que le tenía. Esa noche hizo mierda a Corazón. Ese Corazón parlanchín, impulsivo y simpático, había muerto. Mató cada uno de mis sueños, mató cada una de mis esperanzas, mató a Corazón.
¡Mató a Corazón!
Me volví otra. Y también me encantaría decir que me volví fría, calculadora, de esas chicas con maquillajes negros y oscuros. Pero no. Solo fui una versión mía mucho más apagada, tratando de revivir a Corazón.
Lo peor de todo, es que Corazón solo podía revivir si su asesino lo besaba.
💜💚Datos curiosos💜💚
1- Creo que no tengo mucho que decir. Solo que estoy enojada hasta los huesos.

ESTÁS LEYENDO
MoonCat II
Ficção Adolescente💚💜SEGUNDA PARTE DE MOONCAT💚💜 Las dos semanas de vacaciones más extensas de la historia. El año en el que todo se detuvo, el año en el que el desastre comenzó: 2020 Después de que Lena y Pablo afrontaran los diversos retos para poder estar juntos...