7 de febrero del 2021
💚✨Ropa ajustada✨💚
—Le, ¿de verdad quieres más? ¿No has comido mucho? —. Mamá se sorprende al pedirle el segundo plato de comida, un plato muy bien servido. Yo le digo que sí con la cabeza, aunque en realidad, no sé por qué estoy comiendo tanto.
Estoy frente a un plato al tope, y me como lo que hay en él a mordiscos desesperados. Como, como, y como, pero no lo saboreo. Entre pláticas con mamá, se me va el tiempo y la noción de lo que he ingerido, y cuando menos me doy cuenta, ya me lo he acabado todo.
Al terminar, voy a recostarme a mi cama un rato, no es que pueda hacer mucho realmente desde hace casi un año.El baile lo he dejado atrás. Por más que lo intento, por más que quiero aprenderme nuevas coreografías, ya no es lo mismo. Ya no siento la magia que sentía antes, simplemente, es un sueño roto.
Voy directo a la cama de mi tía a recostarme. Pero al pasar frente al espejo, veo una figuro monstruosa. Esa no puedo ser yo.
Siento que mi abdomen está grandísimo, que de mis brazos cuelgan kilos y kilos de carne. Siento los cachetes inflados tal cerdo, y de la nada, la ropa me empieza a picar. Busco una manera para que se haga más grande, que no la sienta tan apretada, que ya no me asfixie.
Me pellizco los brazos para, tontamente, agrandar la blusa que llevo puesta, porque me es imposible aguantar un segundo más con la ropa que uso todos los días, y que justo hoy, se me ve tan mal. No me queda de otra más que desnudame y ponerme la pijama más holgada que encuentro, sintiendo un poco de alivio al ver que he podido ocultar mi gran barriga.—¿Y ahora? —pregunta mamá en cuanto me ve—. Son las cuatro de la tarde ¿por qué traes pijama?
—Tengo calor —le respondo, ahora yéndome a tumbar al sillón—. ¿Tú no lo sientes?
(...)
—Las cosas no me están saliendo bien, Lena, es todo —Pablo habla con un tono seco en su voz, hastiado de la vida.
—Te he dicho muchas veces que puedes confiar en mí, ¿por qué no lo haces?
—No es que no confíe en ti, es solo que no quiero preocuparte con mis cosas.
—Me preocupo más si no me cuentas, Clean. Por favor, dime...
Pablo lleva días con una actitud insoportable, y eso se debe a dos razones: O me ha dejado de querer, o algo le pasa internamente, y casi siempre es la segunda. Puedo detectar de inmediato hasta un punto de más en sus mensajes, y saber que se siente mal con algo que ha pasado en su interior o con su familia. Pero como en cada ocasión, terminamos peleando por su falta de confianza para contarme sus problemas.
—Ya hemos hablado sobre esto. Realmente tus problemas serían menos pesados si intentas...
—Parece que mi hermano enfermó —me interrumpe algo brusco, harto de mis insistencias—. No es un hecho todavía, pero hay señales.
—¿Desde cuándo? —le pregunto asustada, pues no tiene mucho de la última vez que nos vimos, y nuestra próxima cita es la siguiente semana. Mis nervios aumentan cuando él calla, viéndome con los ojos muy arriba, pero con todo el rostro para abajo.
—Desde hace una semana —responde con culpa, sabiendo que voy a enojarme.
—¿Y por qué no me habías dicho nada...?
—No quería que cancelaras nuestra cita del catorce. No quería que lo supieras, no tenías por qué. Son problemas de mi familia, no tienes que meterte.
—¿Perdón? —mi pregunta lo hace retractarse de sus palabras de inmediato. Como yo, él conoce cada uno de los pasos para hacerme enojar, y sabe que ha llegado al límite.
—No quería preocuparte, Lena...
—Pero tú debes de estar angustiado por la salud de tu hermano, debes de estar tenso, debes de tener miles de ideas en ma cabeza, por Dios —exploto, levantándome de la cama—. En vez de estar tan serio, tan indiferente conmigo, pudiste haber dicho lo que pasaba, yo lo iba a entender.
—Pero Lena...
—¡Es que nunca me cuentas nada! Para eso estoy, para escucharte, para que te desahogues. No soy un maldito trozo de carne con el que hablas por las noches de jueguitos.
—No te pongas así —su actitud de arrepentido pasa a una de fastidiado, rodando los ojos ante mis reclamos—. No quise preocuparte, es todo.
—Está bien. No quisiste preocuparme —. Bufo, y él sabe perfectamente que ya me enojé, y que se le aproxima un sermón digno de misa de muertos; muertos que fueron acribillados por su novia—. Pero si viniste a verme y ya tenías sospechas, ¿no pudiste prevenirme? No iba a cancelar la cita, pero pude haberme cuidado, no haberme quitado el cubrebocas, haberme lavado mejor las manos, no lo sé... —. Entro en crisis nerviosa, pensando que pude traer el virus a mi casa—. Solo era que me avisaras, pude haber tomado mis precauciones porque no vivo sola.
—Lena...
—Estoy harta de sentirme como un mueble más en tu vida, Pablo —. Me vuelvo a recostar, abrazándome—. Pero dejando de lado que psusite en riesgo a mi familia, espero que tu hermano esté bien. Espero que no sea nada grave, Clean.
—Él estará bien —musita. Sus labios están torcidos, él también se ve muy enojado—. Lamento no haberte dicho nada.
—Lamento no haberlo sabido para poder apoyarte.
—Lamento que te enojes tan rápido.
—Lamento que me hagas enojar tanto.
Una sonrisa se va formando en mi rostro, viendo que él también quiere dejar de molestarse conmigo. Nos vemos detrás de la pantalla con picardia, porque hemos perdido.
—Lamento que seas tan guapo.
—Y yo lamento que estés tan bonita.
💚💜Datos curiosos💚💜
1- Lena quiso lavar todos los regalos que Pablo le había dado. Obvio no lo hizo, pero ¿quién no entraría en pánico?
2- Lena no sabía que estaba entrando en un trastorno alimenticio, y creyó que era culpa suya el sentirse con la ropa apretada. Ella no quería sentirse "gorda"
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MoonCat II
Teen Fiction💚💜SEGUNDA PARTE DE MOONCAT💚💜 Las dos semanas de vacaciones más extensas de la historia. El año en el que todo se detuvo, el año en el que el desastre comenzó: 2020 Después de que Lena y Pablo afrontaran los diversos retos para poder estar juntos...