C A T O R C E

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26 de noviembre del 2020

💚✨La carretera✨💚

Perdoné a Pablo.

En eso se resume los últimos dos meses. El tema se dejó por la paz una vez me mostró una captura de pantalla donde me "prometía" haberla bloqueado. Sin embargo, desde ese día, restringió la opción de ver sus amigos en Facebook.

Quise ser una chica práctica. Quise dejarlo en paz, quise confiar en él. Estar pensando en una posible infidelidad o falta de confianza me era muy desgastante, así que he tenido ojos ciegos y oídos sordos a lo que me pudiese alterar, y así, me he mantenido cuerda.
Las cosas entre nosotros no se han enfriado, pero tampoco han estado tan cálidas como era costumbre antes de la llegada de la susodicha.

—¿Cuándo podremos vernos? —le pregunto en la llamada, a nada de quedarme dormida.

—Yo creo que como van las cosas, hasta tu cumple —. Suspira, llevando su mirada al techo—. Me encantaría verte en Navidad.

—No creo que se pueda.

—Sí. Nunca se puede, nada se puede.

Más dormidos que despiertos, empezamos a balbucear incoherencias. Mi mente se va navegando en un río de sueños absurdos donde vuelo con gatos, donde me abrazo con Jonhy Depp o uno donde Lyla se transforma en una bruja. Los ronquidos de Pablo son mi soundtrack de aquella pesadilla, y de la nada, me asusto y termino despertando. La tele ya está apagada, mi teléfono está calientísimo, Pablo ya no tiene la lámpara encendida, pero por el reflejo de la pantalla, puedo admirar su rostro durmiente. Sus pestañas rozan su piel morena, y sus manos se esconden debajo de sus mejillas. A pesar que pude haber caído en un sueño profundo hacía unos momentos, me quedo apreciando a la persona que más quiero en la vida. Mi dedo roza con suavidad la pantalla, dibujando el contorno de su rostro, y me quedo ahí, observando como su pecho sube y baja, cómo su boca se abre un poco para roncar, cómo se acomoda para dormir mejor.

—Pablo —susurro, esperando a que se despierte. Al no obtener repuesta, hago lo que siempre hacemos cuando el otro se queda dormido—: Te amo. Y no me gustaría perderte por nada del mundo. Sé que vernos parece algo imposible desde hace casi un año, pero te prometo que una vez termine esta horrible pesadilla, nunca me despegaré de ti —. Mis audífonos son invadidos por su fuerte roncar, haciéndome sonreír—. No me imagino mis noches sin tus sonidos de tractor. No me imagino mis noches sin ti a mi lado —. Acomodo mi teléfono un poco más cerca de mí, apagando la luz de mi lámpara—. ¿De dónde te conozco, Clean? Porque desde ese primer día, desde ese veintidós de marzo, supe que te conocía, pero no he podido descifrar de donde...

—Lena, ¿estás hablando? —. Mi tía me hace aventar el teléfono del susto.

—No, no. Canto —me excuso, silenciando el micrófono—. Traigo los audífonos, no puedo escuchar qué tan fuerte ando cantando.

—Duérmete, por fa, no me dejas dormir  —. La arremedo con algunos gestos graciosos, y despidiéndome de un beso a la pantalla de Pablo, cuelgo.

Le envío un mensaje contándole que se ha quedado dormido, y deseándole las buenas noches. Después, pongo "nuestra canción" que fue elegida por mí desde ese once de julio: Baby Come Back. Me coloco los dos auriculares en cada uno de mis oídos, y poniendo mis manos sobre mi estómago, intento relajarme para volver a mis sueños ridículos.

Una vez la canción comienza, ya no puedo moverme. Tengo los ojos cerrados, pero mi cerebro me muestra una imagen inusual, algo que nunca antes había visto; una carretera de noche. Mis cejas se fruncen, porque no estoy soñando, estoy más consiente que nunca, porque mis manos están heladas, y puedo sentirlas.

La carretera se ve en blanco y negro, y yo, al parecer, estoy en un auto convertible. Bajo la mirada y observo unas piernas tan blancas como las mías, con algunos moretones y un vestido blanco a mitad de los muslos. Pongo mis manos delante de mí, y los brazos que poseo son mucho más delgados que los míos. Estos, muestran marcas de sogas, o de algo que me ató. Totalmente consiente de que no es mi cuerpo el que estoy apreciando, y que mi cabello ya no es castaño, sino rubio, me hace querer brincar de la cama, pero ya no puedo moverme.

En la "visión" poco a poco, las cosas se vuelven coloridas. El cielo sigue oscuro, pero los árboles que pasan a toda velocidad muestran sus hojas verdes, el coche convertible gris, se convierte en un azul cielo, y cuando intento voltear hacia el lado del conductor, me encuentro con un hombre sin rostro. De piel morena, y una camisa azul pálido, me quedo estupefacta ante aquel contacto.

—¿Quién eres? —le pregunto con la voz entrecortada del miedo. Mis manos reales se quedan entumidas, y las de la visión, intentan golpear al sujeto—. ¡Habla! ¿Quién eres?

Mis gritos logran activar mi cuerpo real con un salto, logrando desconectar los audífonos de mi teléfono y abriendo los ojos. Mi pecho sube y baja del susto, estoy temblando, y mis manos poco a poco recuperan su calor. Toco mi cuerpo para corroborar que no sigo en la "visión", que mis brazos son más grandes, que no llevo un vestido blanco, que mi cabello es café. Todo está en orden, pero, ¿qué acaba de pasar?

¿Quién era ese hombre? ¿Y por qué era tan parecido a Pablo?

💜💚Datos curiosos💜💚

1- ¿A quién se le hace familiar esta escena, eh? Quien la haya comprendido, tiene mi corazón ganado.

2- Este tipo de capítulos no serán frecuentes, puede que este sea el único donde relate los hechos paranormales de Lena.

3- ¿Ustedes creen en las vidas pasadas?

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