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Se puede jugar con cualquier cosa. Con una pelota, un juego de mesa, juguetes y con lo que sea.

Menos con el destino.

No puedes ser capaz de borrar lo que ya está escrito, incluso si no eres creyente y crees que todo es mera coincidencia, no puedes escapar de tu destino.

Solamente que, si había una forma para cambiarlo, era una especie de ritual extraño que estaba escrito en el libro del abuelo de Taehyung.

Quizás Kim Namjoon se acercó a esa familia por pura conveniencia o de verdad quería recuperar a su padre; se acercó por ambas razones, pero por distintos objetivos.

Nadie nunca sabe las verdaderas intenciones que tienen las personas contigo, ¿eso es malo? no tanto, pero hay veces que no te imaginas en el gran conflicto en el que estás metiendo sin siquiera saberlo.

—¿Estás seguro de que ya quieres regresar? No hemos visto bien la ciudad —Seokjin colgó el teléfono para dirigirse a Taehyung, quién estaba en el balcón del hotel con la mirada perdida.

—No vine de paseo, Seokjin —Taehyung contestó con voz monótona y algo apacible, como si no hubiese llorado a mares horas antes.

Seokjin le dedica una sonrisa a medias y continúa empacando las cosas en su maleta.

—Creo que es lo mejor, vine a verlo y él no quiere verme a mi, así que no tengo nada más que hacer aquí.

—Hey... todo estará bien, ¿de acuerdo? —Seokjin se acercó para acariciarle el cabello.

Mientras tanto, Jungkook bajaba las escaleras apresurado, colgando el teléfono luego de llamar a Namjoon y preguntarle sobre el hotel en que Taehyung se quedaría y que cuando regresaría.

El corazón le latía demasiado rápido al enterarse que se iris en menos de tres horas, debía apresurarse.

Maldecía tanto en estar en esa estúpida y gigantesca ciudad, sería casi imposible llegar hasta a su hotel.

Si, había cambiado de opinión de repente, luego de la conversación con su madre, no quería que la historia se repitiera, es por eso que lucharía por él.

Salió, prácticamente corriendo de la mansión, avanzó un par de calles sin detener el paso, ¿que si estaba cansado? Absolutamente, ¿debía tomar un taxi? Claro, pero él conocía la ciudad, el tráfico era horrible, quizás no llegaría más rápido a pie, pero lo intentaría, lo haría todo para por lo menos ver al amor de su vida una última vez.

Le pediría un último día para que ambos estén juntos, un último día para tomar su mano, acariciar su rostro y besarle.

Corrió por la ciudad, mirando cada cinco minutos el teléfono para asegurarse de que estaba yendo a la dirección correcta, no se detuvo, ni cuando creyó que sus piernas iban a colapsar.

Sus esperanzas aumentaron cuando llegó a la calle en dónde estaba el hotel, se detuvo abruptamente cerca de la entrada, sujetó sus rodillas para permitirse respirar por el cansancio, ni el mismo había creído que podía correr así.

Unas voces en la parte superior del hotel llamaron su atención, caminó un poco lejos de la entrada para ver si se trataba de Taehyung.

Efectivamente, era Taehyung, pero no estaba él solo, Seokjin le abrazaba.

¿Qué carajos...?

—Vamos abajo, el taxi que nos llevará al aeropuerto llegó —Seokjin se separó de él y ambos bajaron las escaleras para salir del hotel.

Seokjin, quién llevaba la delantera, no tardó mucho en darse cuenta de la presencia de Jungkook.

Mantenía el ceño fruncido, la mandíbula tensa y los puños cerrados.

Is my destiny ✧ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora