La organización de los tiburones toro surgió de manera casi instintiva. No hubo un proceso estructurado en el que se eligieran miembros por sus habilidades o talentos específicos. Más bien, aquellos que compartían una mentalidad perturbada y una disposición a aceptar la premisa más inquietante de todas: la práctica del canibalismo, se unían de forma natural. Esa idea, tan macabra como extraña, atraía a quienes se sentían desconectados del resto de la sociedad, como si fueran piezas de un rompecabezas que encajaban con la oscuridad de la organización.
Jeon Jungkook, por su parte, poseía una comprensión bastante profunda de ellos. Sabía que la inspiración detrás de los tiburones toro provenía de los caníbales de la Polinesia, y que, al igual que figuras como Armin Meiwes, habían hablado sobre el sabor de la carne humana. Describían su sabor como similar al de la carne de cerdo, aunque con un toque más fuerte. Visualmente, comparaban su aspecto con el de cualquier carne roja, debido a la alta concentración de mioglobina en el cuerpo humano.
El líder de los tiburones toro, Cole Jongo, había sido quien más tiempo llevaba al mando de la organización. A diferencia de muchos, no dudaba en cargar con un arma de fuego si la situación lo exigía. Su atuendo era sencillo, pero distintivo: una sudadera larga que ocultaba su figura esbelta, y una bufanda roja brillante, un regalo de su madre, que se había convertido en su sello personal.
Jongo había sido uno de tantos jóvenes privilegiados, internados en un centro psiquiátrico por sus padres, quienes pensaban que su salud mental estaba comprometida. Sin embargo, él no se consideraba un enfermo. No sufría de alucinaciones ni trastornos, y no creía que su falta de empatía lo colocara en la categoría de psicópata. Sabía que el canibalismo era moralmente incorrecto, pero también entendía que, como otros animales, los humanos no eran inmunes a ser consumidos. La diferencia, para él, residía en la conciencia humana.
Tenía sólo 20 años, pero su historia había sido marcada por un giro sombrío en su vida. Había sido vegano durante un tiempo, rechazando la carne de los animales con un fervor casi religioso. Sin embargo, la actitud de su familia cambió drásticamente cuando lo abandonaron en un hospital psiquiátrico con la intención de matarlo de hambre. Su compañero de internamiento fue el primero en sucumbir, y en un desesperado intento por saciar su hambre, Jongo mordió parte de su mano. Fue ese acto el que despertó en él una extraña fascinación por la carne humana.
A pesar de que sus padres no eran asiáticos, Jongo había nacido en un país donde predominaban personas de descendencia coreana y japonesa. Esto hizo que sus rasgos, particularmente su cabello anaranjado y su piel salpicada de pecas, lo distinguieran de los demás. Sus ojos azules, profundos y misteriosos, capturaban la atención de todos los que los miraban, como un abismo al que nadie podía resistirse a asomarse. No era un chico amigable, pero su singular belleza provocó que sus hermanas mayores lo sintieran como una amenaza y lo alejaran de la familia por celos superficiales.
Aunque no era extrovertido, Jongo contaba con dos amigos que siempre lo respaldaban: Dragomir Kovács y Lee Hye-Lim. Dragomir aspiraba a convertirse en un TEDAX (técnico especialista en desactivación de artefactos explosivos) y se imaginaba trabajando junto a figuras prominentes como Jeon Jungkook y Kim Dujin en la milicia, mientras que Hye-Lim planeaba seguir una carrera en medicina. La joven era fuerte, inteligente y cariñosa, cualidades que equilibraban la impulsividad de Dragomir. Sin embargo, todo cambió cuando ambos fueron aceptados en la milicia, dejando a Jongo sin compañía y perdiendo, de alguna manera, la esperanza de encontrar algo que le diera propósito.
Aislado y enfermizo, Jongo pasaba sus días en el hospital, sometido a interminables vacunas y tratamientos. Pero todo dio un giro cuando descubrió que su familia estaba pagando para que envenenaran su comida. Los padres de Jongo pensaban que él nunca sería digno de heredar su fortuna, y querían asegurarse de que muriera antes de alcanzar la mayoría de edad. Fue entonces cuando su actitud comenzó a cambiar radicalmente. Su mirada, antes dulce y vacía, se tornó fría y calculadora. Su belleza se transformó en una aura peligrosa y decidida. Ya no necesitaba una familia; su única familia era la que él mismo había creado.

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HECATOMBE 神 KOOKMIN
FanfictionLa religión tiene por padre a la miseria y por madre a la imaginación. ✨ Fanfic, distopía. ✨ Temas para gente madura. ✨ No acepto copias ni adaptaciones de ninguna de mis historias.