Jimin intentaba avanzar, pero las piernas no le respondían como antes. No estaba seguro de si era por miedo o por algún golpe que se le había escapado en medio de la huida. Cada paso era una lucha. Por más que intentaba mantener el ritmo de Jungkook, sus rodillas temblaban y sentía cómo los músculos se rendían. Al darse cuenta de su desfallecimiento, Jungkook, paciente como siempre, tomó su mano sin dudar. La calidez de ese contacto lo reconfortaba y, en el acto, le devolvía un poco de esa fortaleza que sentía haber perdido.
Jimin odiaba depender de otros, detestaba la idea de ser una carga, pero con Jungkook era diferente. Él siempre había sido un refugio incondicional, alguien que nunca exigía nada a cambio. Antes de que Jimin pudiera protestar, Jungkook lo levantó sin esfuerzo, acomodándolo sobre su espalda en un gesto fraternal que evocó recuerdos de un pasado distante. Como aquella imagen en una propaganda del hospital, donde aparecía una familia sonriente, sin problemas aparentes, en una escena idílica y muy lejana a su propia realidad.
Pensó en la ironía de aquellas propagandas. Para quienes como ellos vivían en la miseria, un hogar de dos pisos y una familia unida eran sueños imposibles. Siempre se decía que el dinero no compraba la felicidad, pero Jimin estaba convencido de que, al menos, la sostenía.
La falta de alimentos y agua, el dolor de ver a los seres queridos consumirse lentamente… ¿Cómo podría alguien hablar de felicidad en esas condiciones? Recordó las palabras de Jesús sobre los pobres y el Reino de los Cielos, pero, en su situación, Jimin ansiaba algo más tangible que una promesa divina: un techo, una cama donde descansar. Su fe se volvía frágil frente a las duras realidades del día a día, y, en esos momentos, era Jungkook quien se erigía como su único dios en quien confiar.
La noche avanzaba y, con ella, la neblina oscura que los rodeaba parecía disiparse o tal vez había cedido lo suficiente para dejar que el aire se sintiera un poco menos pesado. Aunque respirar seguía siendo difícil, ya no era como estar atrapados en un incendio, y sobre la espalda ancha de Jungkook, Jimin encontró un descanso inesperado.
Poco a poco, sus párpados se fueron cerrando y el peso del cansancio se hizo irresistible. Se sintió seguro, protegido, como si las palabras de aquel salmo resonaran en su mente: “Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío”. Jungkook no era más que un ser humano, pero, para Jimin, él era su sostén en la tierra, alguien que lo levantaba cuando nadie más lo hacía. Sus padres nunca lo habían apoyado así, y lo único que solía encontrar a su alrededor era el consuelo de perros callejeros que lamían sus heridas. Jungkook era distinto, su amabilidad era genuina. Al fin, con un suspiro de alivio, Jimin se dejó llevar por el sueño, sintiendo que por fin había encontrado un lugar al cual pertenecer.
Cuando abrió los ojos, se encontraba en un banco frío y desgastado. El ambiente olía a humedad, y la sensación era de un lugar abandonado. Sin embargo, la chaqueta de Jungkook lo cubría y le daba el calor suficiente para protegerlo del frío. Se dio cuenta de que llevaba en la cabeza un gorro con orejas de gato y una cara sonriente que, aunque infantil, le causó gracia. Los ricos tenían toda clase de objetos inútiles como ese, mientras que los pobres, en noches de tormenta, apenas lograban cubrirse con periódicos. Era frustrante ver cómo se derrumbaba esa utopía fabricada de la que alguna vez pensó que podía formar parte. Había aprendido a observar los contrastes entre ambos mundos y sabía que el suyo carecía de hombres como Jungkook.
— Silencio. — Murmuró Jungkook desde el otro lado de la habitación.
A su alrededor, el lugar parecía olvidado, con paredes sucias y un aspecto descuidado. Sin embargo, en una esquina, dos máquinas expendedoras permanecían encendidas. Una de ellas estaba repleta de latas de refresco con colores intensos, casi agresivos, mientras la otra contenía pequeñas cajas minimalistas, sin mucho diseño.

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HECATOMBE 神 KOOKMIN
Fiksi PenggemarLa religión tiene por padre a la miseria y por madre a la imaginación. ✨ Fanfic, distopía. ✨ Temas para gente madura. ✨ No acepto copias ni adaptaciones de ninguna de mis historias.