Cuando Jungkook aún era un niño, sus padres tomaron una decisión que marcaría su vida para siempre: convertirlo en una fuente de riqueza y prestigio. No pertenecían a la clase alta que podría considerarse “millonaria”, pero tenían suficiente dinero como para codearse con personas influyentes.
No eran los típicos burgueses que sobresalían en la sociedad, pero sí estaban lejos de ser unos simples trabajadores. Eran una familia que, aunque acomodada, carecía de la notoriedad que otros políticos o figuras públicas ostentaban. Su padre, un capitán de la milicia, era temido, pero no destacaba por encima de otros en su mismo círculo. Los Jeon no se conformaban con ser simplemente parte de la clase media alta. Su verdadera ambición era mucho más grande. Ellos deseaban algo que no se podía comprar: reconocimiento. No les importaba el honor o el orgullo, sólo querían ser vistos, ser escuchados, y por encima de todo, destacarse en una sociedad que parecía ignorarlos.
Jungkook, con su peculiar intelecto, se convirtió en la pieza clave para alcanzar esas metas. A los diez años lo inscribieron en el servicio militar, en una clara intención de que siguiera los pasos de su padre. Aunque el niño aún tenía dificultades para pronunciar palabras simples como “hipopótamo”, ya era capaz de identificar una infinidad de armas, dominar estrategias y conocer a fondo todo lo relacionado con el ámbito bélico. Su mente brillaba de manera sorprendente, y sus padres no pensaban en otra cosa que no fuera explotar ese potencial hasta el último rincón de su ser.
El costo de ser un niño prodigio, sin embargo, no era bajo. Jungkook dejó de vivir con su familia, abandonó la escuela y comenzó a entrenarse de forma rigurosa, como si fuera un adulto. A pesar de su corta edad, ya no tenía espacio para la inocencia que acompaña a la niñez. Los recuerdos de juegos y risas fueron reemplazados por horas de entrenamiento físico y mental. Pero el general encargado de su formación no estaba convencido de que prepararlo de esa manera fuera lo correcto.
Los niños, por naturaleza, eran puros, piadosos, incapaces de sentir el odio de una forma tan profunda como para usar la violencia letal. Los niños no estaban hechos para tomar la vida de otro ser humano, pensaba el general. Sin embargo, los Jeon no pensaban en lo que el general consideraba adecuado. Estaban dispuestos a seguir con el plan, costara lo que costara.
Un día, en una pequeña y fría sala de interrogatorio, el general se acercó a Jungkook. El ambiente era tenso, la luz tenue. Sólo ellos dos estaban allí, pero Jungkook sabía que más allá de ese espacio, a través del espejo, sus padres observaban cada gesto y reacción. Ellos no estaban allí para preocuparse por la seguridad de su hijo, sino para presenciar lo que consideraban un momento de prueba, el primer indicio de si su hijo podía cumplir con las expectativas que ellos habían puesto sobre él.
— ¿Crees estar listo para esto? — Preguntó el general, mirándolo fijamente. Su tono era serio, casi de desaprobación.
Jungkook, sin vacilar, respondió con la determinación de un adulto, aunque su voz aún sonaba como un eco de niño.
— Por supuesto. — Su vocecita retumbó en la sala, sin que nadie pudiera escucharla como una amenaza, sino más bien como una respuesta vacía.
El general, que ya había comenzado a dudar de si aquello era una buena idea, suspiró y le hizo una última advertencia.
— Tienes que estar listo para matar.
— Lo estoy. — Jungkook tenía apenas 10 años, pero su temperamento era todo lo contrario a su edad. Aquel niño no actuaba como tal, y su porte reflejaba más la de un hombre adulto que la de un niño pequeño. Estaba vestido con un traje a medida que parecía cortado de una tela perfecta. Su cabello estaba tan pulido y rígido que parecía haber sido rociado con toneladas de gel. Su rostro, aun con las marcas de la niñez, era serio y calculador, mientras que su postura, recta y firme, delataba un comportamiento que no correspondía a su corta edad.
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HECATOMBE 神 KOOKMIN
FanficLa religión tiene por padre a la miseria y por madre a la imaginación. ✨ Fanfic, distopía. ✨ Temas para gente madura. ✨ No acepto copias ni adaptaciones de ninguna de mis historias.