Capítulo 51: Promesas

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Marcos se había levantado hacia media hora en medio de la noche. Podía ver las estrellas que brillaban a través de las puertas abiertas del balcón. Decido levantarme de la cama.

Sabía que Marcos estaba en su oficina, pero decido que es mejor ir a la cocina por un poco de leche tibia.

Enciendo las luces de la inmensa cocina chapada en mármol blanco y me dirijo a uno de los refrigeradores.

En ocaciones, me preguntaba quien había decorado el castillo. No tenía nada anticuado, es más, parecía recién remodelado. Haylee me había contado que muchas de las cosas fueron idea de la ex-reina pero sentía que algunas eran muy recientes.

Me quedo frente a la olla esperando que el agua hierva, me estremezco y acaricio mis brazos ante el repentino frío. Me sujeto del mesón aguantando un grito cuando me giro y veo su sombra.

Alto e intimidante.

—Buenas noches, alteza.

Carlo entra usando una pijama bastante fresca, camisón y pantalones flojos de un tono canela que puede fácilmente perderse con el color de su piel. Sus ojos de un crudo azul se posan en la olla a mi lado.

Apago el fogón.

—¿Se encuentra bien? ¿No puede dormir?

Suspiro y niego. Me ayuda a bajar dos vasos del estante una vez llega a mi lado.

—Quería pedirte disculpas por todo lo que presenciaste... fue una velada quejumbrosa.

Carlo se ríe.

—No tiene de qué preocuparse, he crecido en un ambiente bastante hostil, lo que vi hoy no fue nada.

Podía ver la sombra de sus alas, las cuales no se habían materializado del todo. Su fuego color rosa no pegaba en nada con él y me causaba una infinita curiosidad.

Sirvo un poco de leche para él y otro poco para mí. Nos acomodamos en los taburetes al otro lado de la isla.

—Me imagino que Mørk es todo oscuridad y peligro.

Él ríe.

—Es neblina más que otra cosa, siempre hace frío pero no dude de que es hermoso. Sus montañas y las luces de colores que se ven en el cielo cada noche debido a los Denarys legendarios y la nieve, son un arte muy poco valorado.

Lleva el vaso a sus labios y da un sorbo.

—¿Denarys legendarios?

—De la realeza, los de linaje antiguo.

Tomo de mi leche, tratando de descifrar la nueva información.

—Todos ustedes son tan diferentes a su rey.

Carlo me mira con una media sonrisa bañada en diversión.

—¿A qué se refiere?

—Bueno, Cass y Zander parecen muy cordiales y amables y tú... bueno tú eres bastante tranquilo.

—No se lo tome a mal, alteza. Si ese ha sido nuestro comportamiento es porque no nos hemos sentido amenazados o en peligro. Algo muy diferente para nuestro rey, él siempre se siente en peligro.

—¿Por qué?
 
—Es algo que no me concierne decir —se toma toda la leche en un solo respiro y una vez baja el vaso me mira con seriedad—. Estoy aquí para ayudar al general Benedetti, seré su capitán con gusto si él confía en mí. Cómo a ustedes, mi rey tampoco desea ser atacado por el imperio del mar.

Asiento acomodándome.

—Creo... que deberemos idear un plan sin Klaus por ahora, no está en condiciones como pudiste notar hoy.

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⏰ Última actualización: Jan 04 ⏰

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Amando Al Rey © [ L. I. 2 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora