Los Celos de un Slytherin

10. No te vayas... Por favor.

Era sábado por la mañana, los alumnos del Colegio Hogwarts se preparaban con abrigos para salir a Hogsmeade como cada fin de semana.

La mañana era fría, y no era para más. El invierno estaba a las puertas, y los copos de nieve habían caído sobre los jardines la noche anterior.

Algunos se habían quedado desayunando antes de irse, algunos otros no irían.

En la mesa de Gryffindor, Hermione y Ginny charlaban con tranquilidad; mientras Harry a su lado, tenía la mirada fija en la mesa de Slytherin.

-¿Dices que Parkinson se irá de Hogwarts? -aquello hizo que Potter enfocara su mirada en su ex novia, atentamente.

-Draco me lo dijo hace unos días. Se va el lunes a Francia. -respondió la castaña.

Harry sintió que se le detenía el corazón. ¿Que Parkinson se iba? ¿Por qué?

-¿Y por qué? -preguntó Harry despreocupadamente.

A Hermione le extrañó un poco que su mejor amigo preguntara por ello; aún así, respondió.

-Su familia se mudará a Francia, así que ella terminará el curso en Beauxbatons. -dijo, luego de limpiarse la boca delicadamente, y posteriormente se puso de pié.

-Vaya... -intentó disimular un poco.

-Bueno chicos, me retiro. Iré a dejar unas cartas a la lechucería. Adelántese ustedes. -sonrió Hermione, mientras se retiraba de ahí.

Harry y Ginny se miraron, mientras ambos se ponían de pié.

-¿Vas a Hogsmeade? -le preguntó ella.

El pelinegro vaciló unos momentos.

-No. -suspiró. -Tengo algunas cosas que hacer, nos vemos. -y se fué, dejándola ahí.

Unos instantes después, alguien llamó la atención de la pelirroja.

-¿Vamos al pueblo, Ginny? -le preguntó Dean.

A la chica no le quedó más remedio que asentir, bajo la atenta y furiosa mirada de cierto Slytherin.

**

-¿Greengrass, has visto a Parkinson? -le preguntó Harry a la chica.

Daphne frunció el ceño, mientras salía del cuadro.

-Sí. -respondió.

Harry bufó, y se pasó una mano por el cabello, desesperado.

-¿Dónde está?

-¿Para qué quieres saberlo? -interrogó.

-Tengo que hablar con ella. -respondió.

La rubia suspiró, mientras se preguntaba qué diantres quería hablar Potter con su amiga.

-Está en su habitación, arreglando sus maletas. -aquello hizo que el chico se tensara.

Dudo unos momentos en pedir aquello, sin embargo, era hacerlo o dejar que ella se fuera.

-¿Podrías decirle que salga? Necesito hablar con ella. -pidió casi suplicante.

La Slytherin estaba bastante sorprendida por aquello, sobretodo porque Potter le pidiera un favor. No es que lo odiara, no, no lo hacía. Su familia no había sido seguidora de Voldemort; sin embargo, era algo natural la rivalidad con los Gryffindor.

-Está bien. -respondió, para sorpresa de Harry. -Pero me deberás una. -sonrió, mientras volvía a entrar a la sala común.

Un minuto después, salieron Draco y Blaise de la sala común; para terror del pobre Gryffindor.