46. Bellatrix planea algo.

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La vida le sonreía. Sí.

—¿Qué tal te fue en el examen?

Theo comenzó a caminar junto a ella mientras la miraba de vez en cuando con expresión nerviosa.

—Creo que... —articuló aquella sonrisa orgullosa que siempre daba a Harry y Ron cuando estaba segura de que obtendría la mejor de las notas— Bien.

El joven le dedicó una sonrisa lobuna.

—¿Sabes? El director acaba de hablarme de una tentadora oferta...

Hermione detuvo su andar y se giró hacia él para mirarlo con detenimiento.

—¿Y cuál es? —preguntó sin ocultar sus ansias de saber de qué se trataba.

La sonrisa de Theo se ensanchó aún más al escuchar su tono de irreverente curiosidad.

—Debido a mis altas notas, me ha ofrecido adelantar cursos... —la boca de Hermione se abrió levemente a causa de la sorpresa— Consiguió mi historial académico de Hogwarts y al compararlo con las calificaciones que he obtenido en estos meses, está seguro de que puedo ponerme al nivel de los de tercer año.

Ahora —según decían— la «bruja más brillante de los últimos tiempos», miraba a Theodore Nott con el ceño fruncido mientras que una terrible indignación comenzaba a apoderarse de ella.

—¿Por qué no me la han ofrecido a mí? —inquirió sin ocultar el tono resentido de su voz.

—¡Oh no puedo creerlo! —exclamó llevándose las manos al rostro—¡Hermione Granger está celosa de mí! —varios alumnos les dirigieron miradas indiscretas al escucharlo.

Se escucharon unos aplausos lentos detrás de ellos.

—Imposible de creer más bien... —inquirió una voz femenina en un tono sarcástico— La brillante heroína de guerra, está celosa de su amiguito.

Joder, cómo la detestaban.

Peregrine Burke iba al mismo curso que Hermione y —hasta hace unos minutos— Theo. Eran bastante competitivas a la hora de participar durante las clases, y eran completamente opuestas, aumentando así la antipatía que sentían la una por la otra. La bruja era bastante inteligente, se graduó con las mejores notas de su generación en Durmstrang, sin embargo, siempre era superada por la antigua Gryffindor.

Era una sangre pura que decía haber superado los prejuicios, pero cualquiera notaría que al estar cerca de Hermione éstos volvían y aún con más intensidad. No obstante, después de la batalla final contra Voldemort, se anexó el artículo 41 del documento que regía y mantenía en orden a la población escolar y magisterial del Colegio de Sanadores de Londres así como de la mayor parte de las escuelas mágicas británicas, el cual establecía que «cualquier referencia vulgar o palabra ofensiva respecto a su estatus mágico (véase el apartado C de la página 274), dirigida a los hijos de muggles y/ó mestizos, equivalía a una expulsión inmediata».

—Me parece que tú lo estarías más, Burke —le respondió la castaña enviándole una mirada desafiante.

Peregrine sonrió, altiva.

—Anda, te mueres por decirlo, Granger.

Theo, parado junto a Hermione, negó.

—Yo te lo diré  —inquirió—. Bueno, digamos que gracias a Merlín no te veré durante las clases ni un sólo día más —soltó las palabras con delicadeza, mofándose al ver la intriga e irritación en la mirada de Peregrine.

Los Celos de un Slytherin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora