43. Alma desnuda.

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Sus largos y rizados cabellos negros flotaban en el aire como ráfagas de viento a consecuencia de los pasos furiosos que daba.

—¡No pueden ir! —la voz de Draco sonaba furiosa.

Hydria enarcó una ceja.

—¿Y por qué no?

El rubio se masajeó el puente de la nariz, en clara señal de que estaba comenzando a exasperarse.

—¿Qué no lo entiendes? Si sabes que la muerte del príncipe ése no se debió a un atentado muggle, ¿verdad? —preguntó mientras hacía aspavientos bruscos con las manos.

—¿Y quién dice que no?

A pesar de los enormes intentos que la joven hacía para no dejarse vencer por la tristeza, sus últimas palabras salieron débiles.

—Puedo sospechar quién lo hizo —dijo él, dándole la espalda—. Ella puede estar ahí, Drya... —su voz dejó de ser fría para tornarse un tanto suave— Es peligroso.

Black se secó una lágrima que se había escapado de sus ojos. Draco descubrió la terrible tristeza que inundaba los ojos de su prima, y no pudo evitar darse cuenta que su mirada era idéntica a la que el espejo le daba de él cuando Hermione estuvo secuestrada.

Verla así le había provocado unas inmensas ganas (que él jamás admitiría en voz alta) de abrazarla. El cariño que le tenía era similar —según sus suposiciones— al que se le tenía un hermano; sin embargo él nunca había consolado a nadie a excepción de Hermione, pero las cosas eran distintas ahora. Quizás podría permitirse un momento de debilidad.

—Voy a ir al funeral.

Y las intenciones que tenía de reconfortarla se esfumaron tan rápido como dijo la última sílaba.

Se pasó una mano por el cabello, despeinándolo y descargando en ese gesto su frustración.

—Bien —espetó con frialdad—. Tú puedes hacer lo que quieras, pero no arrastres a Hermione contigo.

—¿Arrastrarla? —preguntó furiosa—. ¿Quién eres tú para ordenarle lo que debe hacer? —algo dentro del rubio se apretujó— ¿No crees que ya fue suficiente haber decidido por ella, el futuro de ambos?

Draco se contuvo de decirle un par de palabras malsonantes apretando la mandíbula con tanta fuerza que sus mejillas se tensaron. Mantuvo su rostro imperturbable, pero sólo eso, el exterior...

Porque su alma estaba rota.

—Mi única intención ha sido protegerla —fue lo que dijo con voz enronquecida, antes de salir de la habitación de Hydria dando un portazo.

Entonces ella comprendió a Draco.

Él rompió su compromiso con Hermione porque la amaba, porque quería protegerla de cualquier otro daño que pudiera hacerle Bellatrix... para que su madre dejara de poner a la castaña en la mira sólo para destruir a Draco.

Porque, alejar a las personas que amas para protegerlas, en vez de mantenerlas contigo siendo consciente de que serán un daño colateral de tus acciones; es la mejor decisión.

Los Celos de un Slytherin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora