Sus ojos verdes, húmedos y preocupados, miraban expectante al arrogante rubio parado frente a él.
Cuando Pansy le dijo que Draco estaba ahí, en Grimmauld Place, en el hogar que había pertenecido a los Black y que, por ende, le había heredado Sirius, no se lo creyó.
Pero cuando vio con sus propios ojos el semblante afligido y desesperado de quien fue su enemigo durante el Colegio, supuso que algún terrible acontecimiento había sucedido. Algún trágico acontecimiento que involucraba a Hermione Granger.
Porque, ciertamente, las únicas veces que vio a Malfoy preocupado por alguien, fue durante los juicios de su madre y padre... Y ahora, era testigo de cuánto amaba a su mejor amiga.
Así que, con la preocupación más grande que había sentido en su vida, se dispuso a escuchar todo lo que Draco decía.
—¿Cómo sabes que era ella?
Draco rodó los ojos antes de dar un fuerte golpe en el escritorio.
—¡Porque una mujer que ahora mismo está en el hospital me lo dijo! —exclamó—. Bellatrix atacó a Rose, y simplemente no la asesinó porque quería que ella fuera el contacto que nos hiciera saber que... —su voz se entrecortó— Que estaba viva, y que no volveríamos a ver a Hermione —los ojos plateados se enrojecieron y un dolor terrible se formó en su pecho—. Porque la asesinaría.
Harry tuvo que contenerse de echarse a llorar ahí mismo; a pesar de lo que estaba sucediendo, jamás lloraría frente a Draco Malfoy. Menos en ese momento en que alguien debía mantener la cordura. Ciertamente, Malfoy la perdería en cualquier momento si no se tranquilizaba.
—Es imposible. Bellatrix murió durante la guerra, Molly la asesinó —murmuró mientras se quitaba los lentes para secarse disimuladamente algunas lágrimas que se escaparon sin permiso.
Draco bufó.
—Pues quizás no lo hizo. Ya ves, ¡está viva, y acaba de secuestrar a la mujer que amo! —exclamó con desespero y furia.
Harry se sentó en la silla de respaldo ancho mientras recargaba los codos en el escritorio. Se quedó pensando un buen rato, hasta que finalmente negó con la cabeza.
Eso era imposible.
—¡Deja de holgazanear, Potter! Mi futura esposa a la que tú llamas mejor amiga está en peligro —tenía que contenerse de no hechizar a ése maldito Gryffindor.
—No podemos actuar sin pensar, idiota —Draco le miró con ira pura, pero simplemente tuvo que ignorar la ofensa del estúpido de Potter porque había un asunto mucho más importante que tratar—. Primero hay que pensar en los lugares a los que pudo haberla llevado... ¿Tienes alguna idea?
Si no le daba un puñetazo allí mismo, era porque sabía que Potter era el único que podría ayudarlo verdaderamente con eso. ¿Por algo era el héroe del mundo mágico, no? Pensaba con hastío.
—No Potter. No tengo una jodida idea —espetó—. Pero deberías llamar a todos tus amiguitos de la Orden, esos que se hacen llamar amigos de Hermione.
Harry explotó.
—¡Claro que llamaré a los miembros de la Orden y del Ejército de Dumbledore, maldito idiota! ¡Pero debes tranquilizarte y pensar con la cabeza fría! ¿Dónde está esa dichosa astucia de la que tanto se mofan tú y tus amigos de Slytherin, eh? Desesperándote y enojándote con el mundo no traerá a Hermione de vuelta —dijo con tristeza— Debes cooperar.
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Los Celos de un Slytherin
Fiksi PenggemarLa vida de Hermione Granger dio un inesperado giro luego de la muerte de sus padres. Fue acogida por su adinerada abuela muggle, luego asediada por un príncipe, y... ¿Otro príncipe más? ¿El de Slytherin? Draco Malfoy heredó todo en cuanto Lucius f...