Los Celos de un Slytherin

12. La mañana siguiente.

Se despertó sintiendo un punzante dolor en la cabeza, maldita sea, nunca había bebido tanto.

Se sorprendió al ver a sus amigos tirados en el suelo sobre algunas mantas que no recordaba que hubiesen conjurado la noche anterior... De hecho no recordaba nada... Lo único de lo que se acordaba era que bebieron hasta no poder más, y jugaron verdad o reto. Tan sólo eso.

Sin embargo, su sorpresa no terminó ahí, pues se dió cuenta que estaba recostada en algo muy cómodo. Sintió una respiración en su cabello y un fuerte brazo que rodeaba su cintura. Su corazón se detuvo. Levantó la mirada y ahí estaba, Draco Malfoy, mirándola fijamente.

-Buenos días. -le dijo con la voz enronquecida. -¿Estás cómoda? -le preguntó con sarcasmo, haciendo que ella se levantara rápidamente con las mejillas enrojecidas.

-¿Qué pasó ayer? -preguntó mientras se ponía de pié y se arreglaba sus ropas, o mejor dicho, su camisón de dormir.

El soltó una carcajada mientras también se incorporaba.

-Pues creo que nos bebimos unas quince botellas de whisky. -dijo señalando las botellas vacías tiradas en el suelo.

-¡Merlín! -dijo llevándose las manos a la boca.

Luego ambos repararon en que sus amigos seguían durmiendo tranquilamente.

-Hay que despertarlos. -sugirió él.

-¡Es verdad! El tren no tardará en irse. -murmuró.

-Eugh, quítate pelirroja. -escucharon la voz de Blaise detrás de ellos, intentando alejar a una soñolienta Ginny de su pecho.

-¿Qué demonios...? -exclamó ella al darse cuenta con quién estaba.

Poco a poco todos se levantaron, y se fueron a sus respectivas salas comunes para ir a recoger sus baúles y dirigirse a la Estación de Hogsmeade.

Una hora después, subían al tren escarlata, todos dirigiéndose a sus vagones correspondientes.

Hermione se sentó en un compartimiento con Harry, Ginny y Neville; Ron aún seguía molesto con ellos.

-¿Y qué tal las cosas con Parkinson? -preguntó la pelirroja, para sorpresa de todos.

El chico se confundió un poco por aquella pregunta. Era tan extraño que justamente la chica a la que tanto quiso durante años le preguntase eso. Sin embargo, Pansy era su presente, y la quería, de una forma que aún no lograba entender, que no sabía si era simple atracción o amor. Lo único de lo que sí estaba como lentamente seguro era de que ni quería, ni podía dejarla ir.

-Excelente, ella es una gran chica. -dijo sonriendo.

-Me alegro. -respondió ella.

El ambiente estaba algo tenso, no era normal que una ex novia le preguntara a su ex novio, qué tal iban las cosas con su actual novia. De cualquier modo, Ginny era Ginny.

Las horas transcurrieron sin muchos acontecimientos relevantes, faltaban unos cuarenta minutos para llegar a King's Cross, cuando Hermione se puso de pié.

-¿Te vas a cambiar? Aún es pronto. -dijo Neville.

-Oh no, voy a despedirme de Draco, Blaise, Pansy y Theo. -sonrió.

-¿Al vagón de Slytherin? -le preguntó Harry, incrédulo.

-Hay que dejar la rivalidades en el pasado, Harry. Además yo no salgo con ninguno de ellos, no te preocupes. -dijo riendo. -Tú deberías despedirte de Pansy.