Días después:
Debido a la discusión surgida el día del encierro de Misa Amane, L había dejado de frecuentar por completo la habitación de ___-san, como hacía antes para prevenir otro incidente como el ataque de pánico en la bañera.
Sin embargo, en los momentos en que el resto del equipo se ocupaba en otras cosas, seguía encendiendo las cámaras de seguridad que daban a su cuarto, para comprobar que se encontrara bien. De esa forma, podría seguir cuidando de ella sin que D se enterara.
"¿Nosotros? Madura un poco. Lo único que pasó entre nosotros fueron unos cuantos besos. No significaron nada."
Eso le había dicho la chica esa vez. L no sabía si en verdad tenía la intención de decir dichas palabras, si en verdad eso creía, o si en medio de su furia había tratado de lastimarlo. Cuando eran niños, ___ acostumbraba decirle una sarta de frases ofensivas para regresar después, llorosa y arrepentida, para suplicarle que no dejará de ser su amigo.
Si así era... ¿Por qué no había acudido a él aún? Nunca antes dejó pasar tantos días molesta. Tal vez en verdad nunca dejó de considerarlo su juguete. Alguien con quién experimentar cosas y vivir aventuras hasta el momento de aburrirse. Aún cuando él había comenzado a pensar en ella como en su esposa, eso no quería decir que la experiencia hubiera sido igual para ambos.
Pero... ¿Y si ___ tan solo estaba siendo orgullosa? Después de todo, ella había creído que estaba salvando al detective del segundo Kira al ponerse en riesgo en su lugar. Y en lugar de agradecerle, Ryuzaki la reprendió por ello. Tal vez lo único que D esperaba era que él se disculpara primero, y aún así, L no podía hacerlo. Jamás la congratularía por actuar de una forma tan estúpida, arriesgando su vida. ¡Jamás!
Dando un suspiro, el detective tomó asiento frente al monitor y después de un instante, se cuestionó encender la cámara que daba al cuarto de ____ para comprobar que esta se encontraba bien.
"Aunque parecía gustarle. Estoy seguro de que le ha gustado. ¿Podría equivocarme, tal vez?"
No, no podía distraerse, tenía que concentrarse en el caso de Kira. Por otra parte, todos en las celdas dormían. No había la gran cosa que vigilar. ¿Y si en esos momentos ___ estaba sufriendo otro ataque sin poder gritar para pedir auxilio? Jamás se perdonaría si algo le pasara. Además, lo quisiera o no, era su esposo. Aún sí ella lo odiaba, su responsabilidad era asegurarse de su bienestar.
Volvió a observar la pantalla inerte del monitor, y pronto sus pensamientos volvieron a viajar hacia su amiga. ¿Se enojaría si descubría que espió las cámaras de su habitación? Era lo más probable. ¿Y acaso valía la pena tomar el riesgo?
Pero ¿sería tan malo si lo hacía? Lo había hecho antes, aunque solo estrictamente para hacer avanzar la investigación. Asegurándose que el resto del equipo estaba lejos, suspiró y activó las camaras del cuarto que D residía.
Sabia que habían posibilidades, pero no imaginaba que se la encontraría desnudandose poco a poco para enfundarse en una pijama que estaba tendida en su cama.
Se quedó quieto como una estatua de piedra, y se obligó a pasar saliva. Apenas podía creer lo que tenía en frente. La chica se quitaba el pantalón con lentitud y, con el aliento contenido, el pelinegro observó la suave y redondeada superficie de su trasero y las inocentes braguitas que llevaba puestas.
Ryuzaki se descubrió a si mismo deseando quitárselas y...
Se detuvo de nuevo, no.
No podía estar pensando en eso justo después de que se había jurado a si mismo comportarse en torno a ella. Hasta el momento había tratado de no pensar más en sus caderas ensanchadas y sus senos, pequeños y perfectamente formados. Procuraba fingir que ____ seguía siendo una niña pequeña, la misma de hacía años, para mantener apartados los pensamientos indebidos que le provocaba su sola presencia.
¿Por qué tuvo que ocurriesele besarla? ¿Por qué, si sabía que aquello lo haría mucho más difícil? Ya estaba perdidamente enamorado de ella incluso antes de hacerlo. Lo estuvo desde que eran niños, cuando no tenía idea de cómo expresar sus sentimientos de otra forma que no apartándose nunca de su lado, siendo leal a ella como un perro.
Miró la pantalla principal que contenía la información del caso Kira, para así intentar disipar el calor que le envolvía todo el cuerpo. Sin embargo, la curiosidad pudo de nuevo y termino observando a la perfecta jovencita, que ahora, se quitaba la holgada blusa azul deslavado, mostrando sus perfectos pechos (que probablemente cabrían a la perfección en las manos del detective) ocultos tras un sostén del mismo color que sus bragas.
Su miembro comenzó a despertar y L deseó hacer con ella decenas de cosas... Acariciar cada centímetro de su piel, tenerla desnuda bajo su cuerpo y entrar en ella, haciéndola gemir de placer con cada embestida. Devorarla. Lamerla hasta que su cuerpo estuviera lleno de marcas rojas. Corromper de todas las maneras posibles a la inocente jovencita. Provocar que le temblaran las piernas y que suplicara que le diera más, más, más...
Volvió en sí. No, eso no pasaría.
Bajó la vista sonrojado y apagó la cámara.
No. Jamás sucedería.
A menos que fuera ella quien se lo pidiera.
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¡Bang! ¡Bang! You're dead
Fanfiction-Solo ha habido una chica en la vida de L -dijo Watari después de un largo rato de silencio. -¿En serio?¿Solo una? Bueno, sé que Ryuzaki es un poco antisocial pero estoy seguro de que...- Matsuda se quedó en silencio al ver la culpa en el rostro del...
