Especial No. 5

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Flashback:

L soltó un resignado suspiro.
-¿Por qué les prometerías tal cosa sin preguntarme antes? -

Watari tomó aliento.
-Sabía que no aceptarías, así que decidí no arriesgarme.-

El pelinegro se llevó un bombón a los labios y masticó en obstinado silencio.
-¿Y por que tuviste que elegir este día precisamente, entre todos los otros días del año?- preguntó al fin. -Sabes que no me encuentro de humor. Tan solo quisiera estar solo.-

Watari le dirigió una triste mirada.
-No pretenderás que te deje encerrarte en una habitación todo el día, compadecerte de ti mismo, llorar y hundirte en tu propia miseria.-

-Llorar no.- lo interrumpió el detective -Planeaba sufrir en silencio, pero por lo demás, sí, eso es justo lo que esperaba.-

-Pues no. Se ha acabado. Estoy seguro de que esa visita va a alegrarte al menos un poco. A _____... Bien, pues a ella le gustaría que siguieras adelante.-

"A _____ le gustaría verme arder en el infierno por no haber ido tras ella cuando murió" pensó L, pero se limitó a suspirar de nuevo.

Watari, como no, había prometido a los niños de Wammys que tres de ellos (aquellos con los mejores logros, comportamientos y calificaciones) tendrían la oportunidad de pasar un día en casa de L, el mejor detective del mundo, para observar en que consistía su trabajo e inclusive para ayudarlo a resolver casos.

-Por supuesto, también les llevarás a comer a algún restaurante de comida rápida, y deberás sugerirles ver una película en el cine. Los pobres no suelen salir nunca del orfanato, así que tendrás que arreglartelas para hacerles la experiencia lo mas agradable posible. ¿De acuerdo?-

L asintió con dejes de tristeza. -¿Algo más?-

-Sus nombres son Near, Mello, y Matt. Llegaran en cualquier momento. No te olvides de los nombres, por favor.-

Los enanos resultaron ser el grupo más curioso de niños que L hubiese visto nunca.
Near era un albino de unos cinco o seis años, que vestía con una pijama tan blanca como su cabello. (En realidad, casi todo en él era blanco, con excepción de la piel -de un tono apenas un tanto más oscuro- y los ojos.)
Mello era un rubio con el cabello cortado a la altura de la barbilla que vestía ropas del todo negras (en contraste con el otro niño), y por ultimo, Matt era un castaño con grandes gafas parecidas a ojos de mosca. Lo único que parecían tener estos tres en común era la forma en que miraban al pelinegro. Como si fuera lo más sorprendente del mundo.

Cuando el detective los tuvo en frente no pudo sentirse más abrumado. ¿Qué se suponía que hiciera con ellos?

-Bueno... Hola, supongo...- hundió las manos en los bolsillos del pantalón, sin poder disimular su incomodidad. ¿Qué le había dicho Watari que hiciera para entretenerlos? -Es... Es un gusto tenerlos aquí.- miró su propia casa y se abrumó al reparar en lo desordenada que estaba. ¿Que clase de ejemplo estaba dándoles a esos niños? -Yo soy L...- ¿Debió de ponerse otra ropa? -Yo... Eh...-

-¡Eres sorprendente!- Se adelantó Matt entusiasmado. -¡Tu resolviste el caso de la reina de Jenovia! ¡Y el del signo de los cuatro! ¡Y el del sabueso de los Baskerville! ¡Y...-

-Basta, Matt. Creo que ya lo sabe.- lo acalló Mello dirigiéndole una irritada mirada, defendiendo a su ídolo de más frases obvias.

-Eres... Joven- comentó Near quietecito en su sitio. -¿Cuantos años tienes?-

-¿Yo? Ehh...- la pregunta lo tomó con la guardia baja -Dieciocho.-

-Yo cumplí los seis hace dos meses,- continuó el albino -Mello tiene siete y medio, y Matt... ¿Cuantos años tienes tú Matt?-

El castaño se encogió de hombros.

L supuso que lo mejor sería tomar nuevamente la palabra, por lo que les preguntó si tenían hambre y al final declaró que los llevaría al centro para comer comida rápida. Esto no pudo entusiasmarlos más.

Una vez ahí Near comenzó a jugar sin cesar con el juguete que incluía su cajita feliz.

-Bien, ¿Y a ustedes que les gusta?- preguntó el pelinegro inexpresivo. -Ya que estamos aquí deberían aprovechar para pedirme lo que se les antoje, y no escatimar en gastos. Nunca sé en que gastar mi dinero, después de todo.-

Un robot con articulaciones movibles, luces y sonidos para Near, una caja de caros chocolates para Mello y un videojuego recién salido al mercado para Matt después, los tres niños estaban convertidos en las criaturas más felices del mundo y sonreían con orgullo ante la idea de que la gente que pasaba creyese que L, el mismísimo L, era su hermano mayor.

Vieron una película en el cine, se atiborraron de palomitas, y rieron a carcajadas cuando se reveló quien había sido el autor del crimen, pues ellos lo habían sabido desde un inicio.

Incluso L estaba contento. No se notaba mucho, pero ahí estaba. Era innegable.

Una vez de vuelta en su residencia, dejó que los niños resolvieran un par de casos por si solos y los felicitó con ganas, pues habían hecho las suposiciones correctas, aun a pesar de su escasa edad.

Watari los recogió un rato después para llevarlos de vuelta al Wammys, con sus adquisiciones nuevas, y los mejores recuerdos de sus vidas, y al volver, se encontró con L solo en la inmensa sala mirando una foto.

El detective solo tenía una foto en todo su hogar y la había tomado Watari cierta vez, mientras _____ y L dormían acurrucados el uno contra el otro después de una exhaustiva tarde de trabajo.

Cada que se cumplía aquella fecha, el pelinegro se abrazaba a dicha foto y lloraba, lloraba hasta quedarse sin voz ni lágrimas. No era un secreto.

Pero aquella ocasión, los ojos de L estaban brillosos, llenos de ánimo.

-Te habrían agradado, _____-san- decía con calma -Near es listisimo para su edad, aunque casi no habla, y Mello es impulsivo, y todo el tiempo trata de llamar la atención, pero es noble como ningún otro. Y Matt... Oh, a Matt es imposible no quererlo.- se detuvo de pronto, como si considerara que era irrespetuoso mostrar tanta felicidad en el día del aniversario de muerte de su amiga.

-En verdad espero que estés en donde estés, te encuentres bien...- suspiró al cabo de un rato, y añadió, en voz más baja -Aquí las cosas marchan bien... Todos estamos bien.-



¡Bang! ¡Bang! You're deadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora