Capítulo 41- Genio

3.7K 372 40
                                    

Dedicado a LPawliet

Horas más tarde:

-Ya comprenderán, y hasta lo encontraran muy sencillo e infantil cuando se los explique ¿no es así, ____? -

-¡Bah!- gruño, y añado por lo bajo, avergonzada por tener que admitirlo -Menudo susto me has dado con el ataque fingido de antes-

L sonrió azorado. El coronel y el inspector se miraron estupefactos. -Pero ¿Lo has fingido?-

-Ya hablaremos de eso, en unos minutos.- dijo el detective con languidez. -Las cosas las hay que ir explicando por orden y así lo haré. Pero tengan el cuidado de interrumpirme cada que algo no les parezca claro.-

Hizo una pausa desinteresada e innecesaria, y continuó al cabo de un instante.

-La clave del misterio estaba en el pedazo de papel que se encontró en la mano de la víctima. Recordaran que según la declaración de Keita Aoyama el asaltante no podía ser el que arrancó el papel, ya que este huyó antes de que cayera al suelo el cochero. Nada era más lógico que fuera el propio Keita, en el espacio de tiempo que estuvo solo con el moribundo, antes de que llegaran su padre y los criados. Así pues, lo primero que consideré importante fue averiguar el papel que jugó Keita Aoyama en el asunto.- diciendo esto extendió la carta encontrada por ____ y escuchó a los presentes divagar al respecto.

-Parece algo extraño el carácter de la letra... Pero no se por...-

-Lo han escrito dos personas- reveló _____, algo impaciente al ver que de las decenas de teorías propuestas por los presentes ninguna se acercaba ni en lo más mínimo a dar en el clavo. -Una palabra cada una. Fijense en lo inseguro de la "t" en la palabra "útil" y "tres" además de lo enérgico en la palabra "cuarto".-

-¡Vaya!- murmuró el coronel interrumpiéndola -¡Pero si es sencillisimo! Aunque ¿qué motivos han podido tener para escribir una carta de este modo?-

-Eso es tan sencillo como lo otro. Uno de los individuos desconfiaba del otro y quería que la responsabilidad, en caso de ser descubiertos, fuera de ambos.- murmuró L tratando de ocultar la alegría que sentía por ser comprendido por _____ con tanta facilidad. No siempre estaba a la par de inteligencia con otro ser. -Ahora bien, y esto se los dirá mi compañera, el verdadero asesino es el que ha escrito las palabras "doce y cuarto"-

El coronel se quedo mirándolos con la boca abierta. -¿Y como demonios lo saben?-

-El hombre resuelto escribió todas sus palabras primero, dejando entre una y otra huecos para que el segundo los llenara. En ciertos lugares las palabras están dentro de un espacio demasiado pequeño, por lo que lucen apretujadas. Ciñéndonos ahora al caso que se nos presenta, y examinando el carácter resuelto y seguro del uno con la vacilante de tt sin tilde del otro, se puede afirmar que uno de los hombres era joven, y viejo, aunque no decrépito, el otro. Además, existen entre los dos caracteres ciertas semejanzas de rasgos, que indican claramente que se trata de dos individuos de la misma sangre. Tan solo miren las "e". No fue muy complicado fijarse en los Aoyama.- explicó la chica, aunque era notorio que comenzaba a aburrirse de tener que explicarlo todo con peras y manzanas, por lo que el pelinegro se apresuró a relevarla rápidamente.

-Una vez hube llegado a dicha conclusión, me valí de todos los medios posibles para transformarla en certeza. La primera prueba de ello fue que William Kirwan fue herido de un disparo de revolver, hecho a cuatro metros de distancia puesto a que no había la menor señal de pólvora sobre el traje, lo cual no hubiera podido ocurrir de haber sido hecho el disparo en una lucha de cuerpo a cuerpo, según declaró el joven Keita. También estuvieron acordes, tanto este como el padre, en el camino que el asesino tomó para huir después del crimen, pero precisamente en ese sitio hay unas charcas, y el terreno cercano a ellas es muy húmedo, no obstante, no encontré la menor huella de pasos. Ya no faltaba más que descubrir el motivo del crimen, y entonces recordé que el coronel me había dicho que existía entre los Suoh y los Aoyama un pleito por cuestión de terrenos, y en seguida comprendí que debieron entrar en su despacho con la intención de apoderarse de algún documento importante y no habiendo encontrado lo que buscaban, intentaron despistar a la policía simulando un robo vulgar, cogiendo para ello lo primero que hallaron a mano.-

_____ puso los ojos en blanco. Aunque no se notara a simple vista estaba convencida de que el detective disfrutaba de ver a su publico boquiabierto y escucharlos alabar sus hazañas. No obstante ella estaba acostumbrada a la indiferencia, al olvido, y por ende deseaba acabar con todo tan pronto como fuera posible. Quería a L para ella. Y solo para ella.

-Bien, bien, ¡eres en verdad un genio! solo te faltaba averiguar por que la carta estaba dirigida a William y para conseguirlo debías buscar el otro pedazo arrancado de las manos del cochero. Y como Keita había sido indudablemente quien lo arrancó, debió guardarlo en algún pliegue del kimono que llevaba puesto la noche del asesinato ¿cierto?- habló impaciente.

"Oh..." pensó el pelinegro excitado ante la inteligencia de la chica "en cuanto lleguemos a casa..."

Satisfecho continuó su relato. -Recordarán que los mandé a llamar, se empezó a hablar del crimen, y yo estaba sobre ascuas temiendo cualquier alusión al trozo de papel hallado en mano del muerto, porque en ese caso los asesinos procurarían destruirlo enseguida... Y efectivamente, no habíamos más que empezado a hablar, cuando el inspector fue a soltar las temidas palabras. Entonces, para interrumpirle tuve el gusto de ofrecerles el curioso espectáculo de un ataque nervioso.-

El coronel soltó una carcajada.
-¡Pues en verdad te felicito, amigo mio! ¡Eres en verdad un excelente actor! ¡Y pensar que nos llegaste a preocupar a todos tan seriamente!-

L se encogió de hombros como si no fuese nada del otro mundo. -Cuando "se me pasó el ataque", y por medio de una astucia infalible, conseguí que el joven Aoyama escribiera la palabra "cuarto" para compararla con la de la carta.-

-¡Es posible!- exclamó el inspector ya en el colmo de la estupefacción. -¡Y yo que dudaba de usted!-

L sonrió levemente. -Ya, ya vi que me compadecieron por mi falta de memoria... Pero volviendo al relato, una vez resuelto esto, le hice llegar a ____-san un mensaje para que buscara el otro pedazo de papel, que encontró donde ella misma ha dicho hace un instante, y el resto ya lo han presenciado. Ahora solo falta decirles lo que ha pasado después de mi marcha. Inmediatamente les tomé declaración a ambos, y mientras el padre se mostró algo razonable, el hijo estaba loco de rabia, y seguramente de tener a mano un revolver, se hubiera levantado la tapa de los sesos o nos la hubiera levantado a nosotros. Cuando el viejo comprendió que era inútil negar, lo confesó todo.

Según parece, el chófer William había seguido secretamente a sus amos la noche del asalto a la casa Suoh y teniéndoles de este modo en su poder, quiso abusar de ellos y sacarles todo cuanto se le antojara. Pero este no contó con lo peligroso que resultaba jugar con un hombre del temple de Keita. Éste tuvo una inspiración realmente genial: se le ocurrió aprovecharse del terror que había despertado en el país aquella serie de robos nocturnos que habían empezado hacía poco para deshacerse del chófer. William cayó el el lazo que le tendían y pagó con la vida su indiscreción. Tal vez si los asesinos hubieran arrancado el papel por completo, y no hubiesen cometido alguno que otro descuido, su crimen habría permanecido impune.-

Hubo un largo silencio de concordancia por todos los presentes, y finalmente, el pelinegro murmuró las tan ansiadas palabras:

-Y ahora, _____-san, me parece que ya hemos abusado bastante de la paciencia del coronel. Mañana mismo volveremos a casa, y seguramente concordaras conmigo en que no pude elegir un sitio mejor para mi recuperación-

¡Bang! ¡Bang! You're deadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora